En Colonia Aldao
"Es como una carrera, si te quedás, perdés"
Fabián Barberis es el encargado del Centro genético de La Lilia. Para él, dentro de un manejo integrado del rodeo, un plan de genética es vital a la hora de hacer rendir la inversión.

-¿Cómo comenzó la historia del Centro de Inseminación?

-La idea de sacar semen comenzó por el 75, cuando se habilitó el Centro de Inseminación, con uno o dos toros que estaban andando muy bien en las exposiciones, y como reaseguro empezamos a congelarle semen.En esa época también se empezó a comercializar algo. Te hablo de pastillas, cuando yo sólo cebaba mate a quienes hacían el trabajo. Después hubo un cambio tecnológico en la raza, y por el 87 -cuando yo me recibí- comenzamos a producir embriones en la cabaña. Nos planteamos empezar a mejorar y empezamos un plan de mejoramiento, utilizando el mejor semen que había en el mercado y sacando embriones a un grupo de 20 vacas de nuestras 100 vacas de pedigree.Con eso empezamos a hacer bastante presión de selección, y luego de 5 años de trabajo nos dimos cuenta de que había un buen material genético, por lo que se reflotó la idea de sacar semen y comercializarlo. El primer desafío fue para producción y uso propio en nuestros dos tambos. La gente que viene a la cabaña se empezó a interesar, por lo que retomamos la idea del Centro.En el 2002 empezamos a trabajar en estas instalaciones, empujando para que sea una empresa más importante dentro de nuestras actividades.Nuestro Centro es muy dependiente de la cabaña, y si bien hay toros que nosotros traemos de afuera, hay también varios toros nuestros. Esto es resultado de la confianza que nos teníamos, porque teniendo dos tambos y haciendo genética, creímos que estábamos por el buen camino. -¿Qué porcentaje del éxito se debe al trabajo genético? -La genética de hoy es muy moderna, se han logrado muchas cosas, y no tenemos que quedarnos atrás, esto de ve en los resultados económicos, y donde hay un buen planteo genético se ve la diferencia en producción. Hoy la producción es importante, pero también lo es la calidad de las ubres, de las patas, en definitiva, muchas cosas que hacen que una vaca lechera sea más redituable que otras.En Holando ha habido un mejoramiento genético muy grande. Nosotros acertamos con la incorporación de tecnología en el preciso momento. La inseminación, desde hace muchos años sigue siendo la forma más económica y masiva del mejoramiento de los rodeos. Cualquier productor que haga inseminación desde hace muchos años, tiene un buen nivel de animales. A nosotros en la cabaña nos ayudó mucho la transferencia de embriones, tomando las dos puntas, con el mejoramiento de los mejores toros y las mejores madres.Nosotros tenemos las madres bien identificadas, sabemos de qué origen son, tenemos muchos datos de generaciones atrás y sabemos cuánto dan, las seleccionamos como donantes, y toda la reposición del plantel proviene de esos 10 o 12 animales, a los cuales se les ejerce una enorme presión para que den lo mejor. Desde el mejor toro a nivel mundial con nuestras mejores madres, hemos completado el círculo. Y ahora creemos que el desafío es aún mayor.Todas esas vaquillonas que paren en el rodeo general, en su vientre tienen embriones de las mejores vacas, ejerciendo así una presión enorme. Hay algunas vacas que no responden al programa de superovulación, y uno las mete en programas de fertilización in-vitro, o sea que realmente buscamos aplicar las biotecnologías existentes para seguir mejorando. -¿Cuál es el principal consumidor de sus productos? -Nosotros comercializamos prácticamente todo al mercado interno, pese a que también vendemos afuera. De hecho hemos vendido unas vaquillonas a un grupo chino que las tenemos acá, esperando que lleguen los papeles de protocolo para poder abrir ese mercado. Esto nos genera muchas expectativas para colocar nuestros embriones. Hace 15 días vinieron de Bolivia para poder comprar semen y no nos hicieron objeciones, por lo que estamos contentos con esa posibilidad también.Hoy tenemos tres tambos. El tambo cabaña con el rodeo puro de pedigree, y dos tambos comerciales con ganado mixto. Con la presión que le venimos haciendo, el pedigree nos está comiendo el cruza. Cada vez tenemos más vacas de pedrigree. Dos tambos con 250 vacas y el otro con 100 vientres de pedigree. El año pasado se hizo un remate en abril en el que vendimos muchas vaquillonas reduciendo el plantel, y este año los recuperaremos. Por eso hacemos el remate cada dos años, para no perder capital. Queremos mantener un nivel de crecimiento y vender nuestra mejor genética a los productores que quieran incorporarla.Esto es un manejo integrado, cualquier desbalance va por el mal camino porque si tenés buenas vacas pero no las manejás o nutrís bien, lográs pésimos resultados. Y si hacés todo bien, pero no incorporás genética, no llegás al punto de expresión ideal, estás dejando de ganar dinero. La base está en el conjunto, en integrar el manejo, la alimentación y la genética. Eso lleva a que haya que incorporar capital en cada uno de esos rubros.La base del manejo es tener gente competente y capacitada. En la alimentación, estar produciendo pasturas de forma permanente. Y en la genética, lo más importante es tener un programa, porque muchas veces uno incorpora pero no lo aplica de la manera correcta. Hay que trazar un plan e ir cumpliendo las etapas. Uno lo ve cuando va a los tambos. Cuando no hubo un objetivo, los rodeos no son espectaculares. -¿Hasta dónde piensan crecer? -El crecimiento genético no tiene fin. Decir que hoy estamos en lo máximo es quedarse en el tiempo. Hace 10 años veíamos que teníamos buena genética; sin embargo, la de hoy es mucho mejor. Quedarse es pararse, cuando te quedás los otros te pasan por encima. Es como una carrera. Siempre que pensemos en eficiencia debemos pensar en genética.A nosotros nos gusta el crecimiento en todas las áreas, y le estamos poniendo muchas fichas. Esto se logró en base a la cabaña, porque sin ella no hubiésemos tenido este Centro, el que requiere una constante inversión. Hoy tenemos un buen equipamiento y eso tiene un costo importante. Uno siempre tiene expectativas, por eso queremos seguir creciendo.