Concluyó en nuestra ciudad el Segundo Argentino de Teatro organizado por la Universidad Nacional del Litoral. Durante una semana, los santafesinos pudieron disfrutar de espectáculos de diversa procedencia, con cruces de poéticas y relevantes valores estéticos.
No es nuevo que en las épocas de grandes crisis, de aflicciones y reconfiguraciones sociales, algunas expresiones culturales cobren un fuerte impulso, en la doble necesidad del arte de testimoniar lo que ocurre e imaginar fantásticos mundos posibles.
Algo de esto pudo verse durante una semana en nuestra Santa Fe. El Segundo Argentino de Teatro organizado por la Dirección de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral, nos recordó las épocas en las que las salas teatrales eran centro de grandes convocatorias. Los espectadores van a ver, pero también a verse, a comentar, a poner en común la opinión sobre lo visto. A retomar la ida al teatro como un acto público.
El esfuerzo de producción del encuentro colocó, además, a los santafesinos en el lugar de anfitriones de directores, autores, actores y críticos del teatro argentino, que llegaron hasta Santa Fe para dialogar acerca de sus trabajos, sus anécdotas, sus recorridos, sus elecciones estéticas y temáticas.
Así, numerosos grupos de espectadores -2.900, según la cifra dada a conocer- se dieron cita en torno de lo más nuevo del teatro independiente nacional. No deja de ser un hecho altamente auspicioso verificar que hay una generación lúcida y audaz que, lejos de dejarse limitar por el contexto, lo desafía y lo retrata con afán transformador. Esto está hablando de una suerte de eco de aquella íntima, histórica y fructífera relación de la ciudad con el teatro.
No es extraño, entonces, que la dinámica ciudadana vaya delineando nuevos hábitos que recuerdan a los que supieron distinguir a Santa Fe como una de las localidades más teatrales del país. La impronta mítica de esos recuerdos, y los crecientes resultados de la nueva apuesta, funcionan hoy a la hora de que grandes teatristas convocados a participar de un encuentro en nuestra ciudad, decidan apretar sus agendas para poder darse una vuelta por las salas locales. El público, como buen anfitrión, no ha desairado la invitación.
El teatro, vivo
En cuanto a los valores específicamente teatrales, quedarán en la memoria las relevantes propuestas de "La forma que se despliega", "Un hombre que se ahoga" y "Mujeres soñaron caballos"; "Perras", "No me dejes así", "Afuera", "Shangay", "Medea", "Mujeres oscuras", y las producciones de la Comedia Universitaria "Saverio el cruel" y "El reñidero".
Este Argentino de Teatro es necesario, a pesar de cualquier objeción. Y lo es por muchos motivos: porque es una instancia de encuentro e intercambio de experiencias y vivencias entre artistas; porque le permite al público, que acude a las salas donde se desarrolla, conocer cuál es la fisonomía teatral de nuestro momento; porque es una fiesta, justamente, un espacio en el que celebrar que el teatro está vivo en este país donde la palabra "muerte" se cuela por tantos resquicios; porque se propone como un reflejo ineludible y creativo de las realidades sociales, políticas y culturales que acontecen, y porque el teatro da cuenta también de una realidad: la nuestra, la de todos los días. Así, la Universidad Nacional del Litoral sigue apostando de forma contundente al crecimiento de la cultura de Santa Fe. De la mejor manera posible.
Roberto Schneider