Japón se siente amenazado por China

EFE

Tokio y Pekín abrieron hoy un nuevo capítulo en sus tensas relaciones diplomáticas después de que el ministro japonés de Exteriores, Taro Aso, considerara a China como una "amenaza importante" por la poca transparencia de su expansión militar.

China es un "vecino con mil millones de personas equipado con bombas nucleares que ha reforzado su gasto militar durante 17 años seguidos, pero el destino de esos desembolsos no está claro", señaló en una rueda de prensa el jefe de la diplomacia japonesa.

La respuesta de Pekín no se hizo esperar y el portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Qin Gang, calificó las palabras de Aso de "irresponsables" y señaló que es improbable que en estas condiciones se reúnan los ministros de Exteriores de ambos países.

Este cruce de declaraciones se produce precisamente cuando las relaciones de los dos gigantes asiáticos atraviesan uno de sus peores momentos.

Las repetidas visitas del primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, al santuario de Yasukuni, donde se honra a criminales de guerra nipones, y los libros de texto japoneses con una visión maquillada de la historia avivaron este año la llama del resentimiento chino contra la antigua potencia colonial.

Taro Aso realizó sus polémicas declaraciones al responder a una pregunta sobre las recientes palabras de Seiji Maehara, líder del Partido Democrático, la principal fuerza opositora del país, sobre su inquietud por la expansión militar de China.

China "se está convirtiendo en una importante amenaza", señaló Aso, quien ocupa la cartera de Exteriores desde la última remodelación del gobierno a finales de octubre.

"Estoy de acuerdo con lo que dijo Maehara en el sentido de que esta amenaza aviva la preocupación" japonesa, agregó y matizó que no existiría tal peligro "si el contenido de sus gastos militares se supiera claramente".

"La falta de transparencia da pie a la desconfianza", concluyó Aso, cuyas declaraciones coincidieron con la publicación en Pekín del "Libro Blanco del Desarrollo Pacífico", en el que asegura que el país crecerá sin suponer una amenaza para sus vecinos.

Esta es la primera vez que Japón califica abiertamente de "amenaza" a China, ya que en su propio Libro Blanco de la Defensa en diciembre de 2004 habló de la República Popular como una "preocupación" en la zona.

La palabra de la discordia ha salido del nuevo responsable de la diplomacia nipona, de 65 años, considerado como un defensor de la línea más derechista del Gabinete de Koizumi.