Polémica audiencia de Berlusconi con el Papa

AFP

El anuncio de la concesión de una audiencia del Papa Benedicto XVI al jefe de Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, pocos días antes de las elecciones generales del 9 de abril, provocó fuertes polémicas en todo el país contra lo que fue calificado de injerencia de la Iglesia en la campaña electoral.

La noticia de que el Papa recibirá el 30 ó 31 de marzo a una delegación de unos 200 miembros del Partido Popular Europeo (PPE, derecha), que incluye a Berlusconi, así como al líder del PP, el español Mariano Rajoy y al jefe de la UDC, el actual presidente de la Cámara de Diputados italiana, Pier Ferdinando Casini, provocó un duro enfrentamiento entre gobierno y oposición.

"No voy a instrumentar ni quiero involucrar a la Iglesia Católica y las autoridades eclesiásticas en la campaña electoral", advirtió hoy el candidato de la oposición de centroizquierda, Romano Prodi.

"No tengo intenciones de entrar en la polémica sobre las audiencias del Papa, quien legítimamente decide cuándo y a quién acordarlas", agregó.

Prodi, católico de formación, quiso así acallar las críticas de los sectores más laicos de la coalición, escandalizados por lo que algunos consideran una "injerencia" del Vaticano.

Para el secretario del mayor partido de la oposición, Democráticos de Izquierda (DS), Piero Fassino, los líderes de la coalición gubernamental de centroderecha quieren "utilizar una visita al Papa con fines electorales".

"Se trata de un gesto irrespetuoso sobre todo con el Pontífice", afirmó.

Para Fassino, los políticos italianos tendrían que renunciar a asistir a la audiencia.

"Un político no debería utilizar ni instrumentar la visita al Papa con fines propios", agregó.