Las cámaras de televisión han resultado conflictivas en el fútbol y en la justicia, si es posible una igualación entre uno y otra. Ante la nueva tecnología, sin embargo, el Poder Judicial fue demostrando mayor flexibilidad que la Fifa, en especial desde que su funcionamiento -propio de una cofradía hermética- logró más transparencia a través del juicio oral y público. Aunque puede discutirse la amplitud del concepto de "público", para la televisión fue un buen argumento para introducirse con mayor soltura en el campo de la ley, siempre impulsada por su búsqueda de material novelesco, y tal vez, también, por buenas intenciones.

María Laura Santillán fue responsable de "Justicia para todos", el ciclo que entre 1994 y 1995 reflejó la nueva realidad del juicio oral mediante unitarios compaginados con criterios narrativos. Fue un producto de excelencia, y "Fiscales, el ojo de la ley" constituye una nueva experiencia en el mismo terreno que estrenó canal 13 (miércoles a las 23), también con la conducción de Santillán, que inauguró su trabajo prometiendo "los secretos mejor guardados de la Justicia", revelados a través de la tarea de los fiscales, definidos como "héroes ocultos", que culmina con el juicio oral.

En el programa inaugural presentó dos casos, y el primero de ellos ("Culpables") fue de gran impacto. "Es una historia difícil de creer, pero real, de un grupo de personas que arruinaron a otras por ambición". Se trata de servidores de la Policía Federal que incriminaban a inocentes fraguando procedimientos, con el fin de mejorar las estadísticas y lograr ascensos, en especial con destino a comisarías con "poder de recaudación". Se citó a un comisario anónimo que, con escalofriante precisión, expresó el motivo por el cual sus camaradas salían a cazar inocentes: "si arreglás con todos los que delinquen, nunca podés agarrar a nadie".

Se elegían seres vulnerables, como desocupados, inmigrantes ilegales y pobres en general, que caían en una trampa bien calculada, y que culminaba con los agresivos titulares de Crónica TV. Esas personas que diariamente vemos acostadas boca abajo en el pavimento con las manos maniatadas en la espalda, a menudo son inocentes. Al menos lo eran muchas que veíamos hace cinco años, y la vez que Crónica TV tituló "Tiroteo en La Paternal: dos detenidos", uno de los casos que se relató en el programa de Santillán. Gastón Aguirre fue una de las víctimas de un tiroteo fraguado. La policía le plantó drogas, armas y un auto robado, fue a la cárcel y resultó absuelto por la Justicia luego de un año y meses en prisión que le dejaron graves secuelas, según contó a cámara mientras recorría los lugares de su calvario. El ex vendedor callejero de guías judiciales aún lleva estampado el miedo en su rostro. "Veo un policía y cruzo a la vereda de enfrente. Y si me para me pongo a temblar", dice, sin poder describir "el sufrimiento de que te hagan sentir una basura, un pedazo de papel".

Pablo Lanusse ofreció uno de los testimonios centrales, ya que integró la comisión de fiscales creada por la justicia para investigar las 105 causas armadas por la policía en Capital Federal, que provocaron la detención de 164 inocentes y el juicio político al juez Urso, que sobreseyó a los policías el año pasado. Sin emplear la palabra "complicidad", en el programa, se habló de "contactos" de los uniformados con los medios, especialmente de Crónica TV, cuyos letreros coronaban los "exitosos operativos policiales".

El otro tema tratado ("El cuarto hombre") tuvo como eje las ruedas de reconocimiento, un procedimiento que fue didácticamente ilustrado mediante el caso del asesinato de un joven ingeniero en ocasión de robo. Aunque con su pequeña cuota de sensacionalismo de la cual la pantalla chica no puede prescindir, el nuevo ciclo prueba que la televisión puede contribuir a mejorar las relaciones de la sociedad con la Justicia.

"Fiscales" va a las 23, pero comenzó media hora después porque "Showmatch" se iba prolongando con un estúpido juego de básquet y la presencia estelar de la llamada "preceptora hot", que encontró su lugar en el mundo junto a Tinelli. Es una paradoja que Tinelli también sea el productor de "Fiscales" , es decir que postergó un producto con otro, ambos suyos. A la vez, resulta contradictorio que los dos representen lo peor y lo más digno de la televisión, y que sean generados por la misma persona.