Al margen de la crónica
La violencia del "porque sí"

De la crueldad del "porque sí", sin razón justificatoria, la literatura obtiene mucha tela para cortar. Truman Capote -para tomar un autor que el cine hollywoodense puso de moda- recreó en "A sangre fría" la historia real de dos oscuros jóvenes que matan porque sí a los Clutter, una familia campesina y devota de Kansas. Nuestro argentinísimo Horacio Quiroga, por su parte, rescata en "La gallina degollada" una forma de describir la existencia infeliz y primitiva de algunas almas.

Esa violencia cruel, cobarde y sin sentido entretiene, porque es literatura. Pero cuando tiene sus brotes en la vida real, preocupa mucho... porque nada la justifica. Y los últimos episodios de agresión en un ámbito donde debiera prevalecer la razón, como el educativo, dejan sin palabras hasta a aquellos que para todo consiguen explicaciones válidas.

Esta semana, desbordó hechos violentos en el sector educativo. El jueves pasado, la ministra de Educación de la provincia fue abordada por una horda de estudiantes, padres y gremialistas docentes que la agredió verbalmente, la empujó y hostigó por dos cuadras, sólo porque la funcionaria estaba ocupada y no atendió personalmente su reclamo, aunque destinó a otra persona para hacerlo.

El pedido por falta de cargos docentes, vale decirlo, era justo. Pero instigar a los adolescentes en edad escolar a participar de una actitud patotera roza lo ilegal, más allá de ser moralmente condenable. ¿Qué ejemplo le estamos dando a los chicos? ¿El de que sólo importa el fin, sin reparar en los medios?

Algo similar puede decirse de la protesta con incidentes durante la asamblea que iba a elegir al rector de la UBA, el martes pasado. Un estudiante hospitalizado fue el resultado de dos facciones que juegan a favor o en contra de determinado candidato. Y uno se pregunta ¿estar a favor "de" o "en contra de" justifica que se muelan a palos en una manifestación? ¿Justifica que se ponga en jaque la conducción de una de las universidades más importantes de Sudamérica? ¿Justifica que estemos dando hacia afuera una imagen primitiva de resolución de conflictos en lugar de usar la razón? No, no se justifica.

Pareciera que últimamente sobran almas escapadas de los libros de Capote o Quiroga: seres oscuros, mediocres, primitivos e idiotas, que sienten que en la violencia del "porque sí" hallarán alguna especie de justificación a su gris existencia.