Libros y textos electrónicos

(EFE)

El libro impreso y la información electrónica poseen ventajas y funciones que les permiten coexistir, aseveró el director de la Organización de Estados Iberoamericanos, el español Angel Martín.

Los libros "permiten el ejercicio de la reflexión, la interpretación y la argumentación, mientras que los textos electrónicos ofrecen información rápida, interactiva y flexible", observó Martín en un foro de expertos en Bogotá.

Martín consideró que "aunque los textos digitales emiten información más amplia, ésta es más difusa y fragmentada; lo que demuestra que no podrán sustituir la disciplina que implica la escritura, el rigor de la investigación y la autoridad de su autor en un libro impreso.

"La era digital significa ingresar en nuevas formas de leer y acceder al conocimiento, gracias a la variedad de textos virtuales que incluyen, de manera simultánea, información verbal, visual, oral, sonora y numérica disponibles en un sinnúmero de presentaciones tecnológicas", continuó el director regional de la OEI.

Pero "no podemos olvidar el sitio que le corresponde al libro", advirtió Martín, quien resaltó que el impreso ha sido considerado históricamente como "el instrumento para la enseñanza y el conocimiento por excelencia".

La OEI es partidaria de que se transformen los modelos de educación, de modo que éstos respondan a las exigencias del momento, pero el libro no puede ser excluido de este "proceso vital", agregó. "Hablar de la invasión de la comunicación híper-textual, como nueva escritura electrónica y, por otro lado, sobre la comunicación y el conocimiento generado a través de los libros, nos lleva a una discusión polarizada en dos escenarios distintos, con posiciones radicalizadas", dijo Martín, para apuntar que unos le apuestan al "dominio de la informática" y, otros, a la vigencia del libro.

Para él, lo más conveniente es "replantear las formas en las que estos `nuevos lenguajes' se complementen con los `libros tradicionales', en lugar de excluirse mutuamente".

El asunto del futuro del libro como un "problema de sustitución radical de una forma de comunicación por otra" sigue en el centro del debate, pero "se debe propiciar la convivencia entre el libro y la comunicación digital. Los libros siguen siendo un instrumento indispensable en el proceso educativo y seguirán siendo utilizados de manera intensiva en los colegios, universidades y centros de enseñanza de educación formal y no formal, tanto en países en vías de desarrollo como en países industrializados".