Bush y Blair piden apoyo en Irak

El presidente de EE.UU, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, pidieron el apoyo internacional para el nuevo gobierno iraquí y descartaron una retirada inminente de sus tropas en Irak, al constatar que aún hay muchas "dificultades" pendientes.

Ambos mandatarios ofrecieron una rueda de prensa tras reunirse en la Casa Blanca para hablar de asuntos como la crisis nuclear iraní o el futuro en Irak tras la toma de posesión del gobierno de unidad nacional encabezado por el primer ministro Nuri al Maliki.

La toma de posesión había dado lugar a conjeturas acerca de que las tropas aliadas podrían comenzar una retirada gradual. Estas alegaciones cobraron fuerza después de que el propio al Maliki declarara el miércoles que sus tropas podrían completar el relevo para finales del año próximo.

Bush se mostró tajante al respecto y subrayó que EE.UU. mantendrá en Irak "el nivel de tropas necesario" para sustentar la seguridad y dijo que la decisión final sobre la salida corresponderá a los mandos militares sobre el terreno.

"Quiero que nuestras tropas se vayan, no me malinterpreten. Pero también entiendo que es imprescindible que hagamos nuestro trabajo y completemos nuestra misión", afirmó.

EE.UU tiene desplegados cerca de 132.000 soldados en Irak, mientras que el Reino Unido mantiene 8.000.

Tanto Blair como Bush insistieron en que lo necesario ahora es dar todo el apoyo posible al gobierno de Maliki, y que este respaldo provenga no sólo de sus dos países, sino de toda la comunidad internacional.

"Permaneceremos firmes junto a ellos a la hora de derrotar a los terroristas", prometió Blair.

Tanto Bush como Blair reconocieron "errores" en el pasado y que dijeron que "en ocasiones" las cosas no salieron como esperaban.

Preguntados sobre esos errores, el presidente respondió en un tono insólitamente personal.

Su primer error, admitió, fue usar frases como "que me los traigan"' ("bring them on") sobre los terroristas, una expresión que en inglés tiene connotaciones despectivas y que "envió el mensaje equivocado a algunos".

"He aprendido algunas lecciones sobre cómo expresarme, quizás, de manera un poco más elaborada. Ya saben, `se buscan, vivos o muertos' esa manera de hablar, creo que en algunas partes del mundo eso se malinterpretó", explicó el presidente.

El principal error, no obstante, fueron las torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib, una equivocación por la que EE.UU. ha estado "pagando mucho tiempo", dijo.

Además de Irak, la conversación entre los dos mandatarios estuvo dominada también por el programa nuclear iraní y los esfuerzos de la comunidad internacional para persuadir a Irán de que abandone sus actividades de enriquecimiento de uranio.

EFE