Acerca de las escuelas privadas

Ginés del Castillo *

Leo en El Litoral el artículo sobre el cierre de escuelas privadas y quisiera hacer algunos comentarios como aporte a la cuestión.

En primer lugar, las escuelas privadas pueden ser meramente un lujo elitista pero también pueden desempeñar una importante función social como "laboratorios de lo posible", en un mundo que necesita alternativas a sistemas educativos que ya no responden a las necesidades de estos tiempos. En ese sentido, nuestra escuela se ha constituido en una experiencia realmente innovadora que no tiene parangón en todo el mundo de habla hispana, según afirman algunos entendidos. De estas experiencias exitosas, se nutren los cambios que se hacen y se harán en el sistema educativo a fin de ir resolviendo sus problemas estructurales e ingresar en el futuro que no es otra cosa que el mundo real y no el mundo de la nostalgia.

Por otra parte, la innegable globalización trae aparejado también su opuesto que es la necesidad de permitir las expresiones de los diferentes sectores que componen la sociedad. Nadie duda que existen diferentes visiones del mundo y diferentes intereses y proyectos familiares en el extenso juego de la pluralidad y la democracia. Nadie quiere hoy que la democracia sea la dictadura de las mayorías en el poder. Son muchas las familias que no están conformes con las ofertas educativas oficiales y buscan opciones que coincidan más con sus expectativas formativas, en diferentes sentidos. Nuestra escuela nació como la inquietud de un matrimonio que quería otra educación para su hijo y rápidamente otras familias se sintieron convocadas por este proyecto alternativo.

Cuando se premia el incumplimiento

Es verdad que las escuelas privadas tienen una entidad propietaria que es la responsable de la misma pero también es verdad que la Ley 6.427 establece la posibilidad de que el Estado efectúe aportes a las escuelas autorizadas en función de criterios de equidad y justicia. También es cierto que al Estado le sale más barato educar un alumno en una escuela privada que en una escuela pública. También es cierto que la mayoría de las escuelas privadas reciben estos aportes, muchas de las cuales son escuelas tradicionales que reciben alumnos de clases con alto poder adquisitivo.

Es verdad que hay muchos emprendimientos aventureros, oportunistas o mal administrados que luego recurren al Estado para resolver su ineficacia o inviabilidad. Pero también es cierto que casi siempre son los proyectos que el Estado termina auxiliando e incorporando. Podríamos decir que en los últimos años, la manera de lograr que se incorpore una escuela privada solía pasar por cesar en el pago de aportes y hasta de los sueldos para luego plantear un problema social, con el auxilio de algún padrino político y lograr el "salvataje" del gobierno.

Nuestra escuela no registra deuda de ningún tipo y se ha sostenido con sus propios recursos durante 16 años. Lo grave sería que se premiara el incumplimiento y se continúe incorporando sólo escuelas en graves dificultades y moras mientras no se incorporan otras como la nuestra que ha cumplido siempre con sus obligaciones. Nuestra escuela es la más antigua de las escuelas autorizadas de la Región IV que continúa sin aportes; las razones para que así sea deben buscarse por el lado de los fuertes intereses sectoriales que existen en el ámbito de la educación privada y que terminan determinando las políticas del sector. Ahora, se dice que el gobernador de la provincia pide una investigación sobre la situación de las escuelas privadas; yo le recuerdo al Sr. gobernador y a sus funcionarios que ya le hemos expresado nuestra impresión de estar siendo víctimas de una política discriminatoria que es tolerada por el poder de turno.

* Representante legal de la Escuela de la Nueva Cultura La Cecilia N° 1385-3116.