La ley estaría reglamentada para agosto

Combustibles renovables: una oportunidad para la provincia

Roberto Ceretto habla de las distintas aristas del tema: generará una mayor demanda de cereales y de sus precios que se incrementarán. Foto: Alejandro Villar.. 

Conversaciones formales e informales se suceden en las universidades y Ministerio de la Producción. Santa Fe con ventajas notables para la producción de biocombustibles. La Unión Europea está buscando oferta y el sector granario se favorecería.

El ministro de la Producción, Roberto Ceretto, sostiene que sólo tres grupos económicos, hasta ahora, le presentaron a la provincia proyectos de plantas para fabricar biocombustible. "Sabemos que hay otros interesados y que también se harán unidades productivas chicas de biodiésel, en el interior, para consumo propio. Pero, concretamente, -asevera- las comunicaciones oficializadas se tratan de tres", y pasa a reseñarlas:

* El grupo Vicentín en la zona del puerto de San Lorenzo concretará una inversión de aproximadamente 45 millones de dólares para la producción de 200.000 toneladas de biodiésel (unos 200 millones de litros anuales). La producción, básicamente, será destinada a la exportación a Alemania y a otros países de la Unión Europea. En aproximadamente 15 meses, la fábrica estaría en funcionamiento. * El proyecto de Puerto Terminal Rosario para producir unas 200.000 toneladas anuales de biodiésel. La inversión se encuentra en prácticamente en los mismos niveles que la anterior. Este grupo es el que administra el puerto rosarino donde se concretará la planta. * Oil Fox es la tercera iniciativa, que vienen trabajando fuerte. Ellos, explicó Ceretto, han mantenido conversaciones con compradores de Suiza y de y Alemania, en función de la construcción de una planta que podría erigirse en San Lorenzo. Se trataría de una fábrica de menor envergadura, por ahora, para la producción de 30 millones de litros mensuales.Este grupo le había solicitado a la provincia la gestión por cuatro tanques sobre el puerto a la altura de San Lorenzo: dos para recibir el aceite y dos para el producto terminado. La consulta vino a propósito de la posibilidad de asociación con alguna otra empresa o firma que quisiera alquilar los tanques. Ceretto reconoce que en las conversaciones mantenidas, los directivos de Oil Fox señalaron que la alternativa es irse a San Nicolás, donde ya les ofrecieron tanques.El grupo tiene una planta aceitera reconvertida en Chabás, que produce biodiésel, pero Ceretto agrega que las posibilidades de exportación están asociadas a la nueva planta de mayor porte productivo. "La de Chabás es de baja capacidad, como hay otras en la provincia".Por informaciones periodísticas y/o de medios empresariales se sabe que hay interés por parte de otros grupos de instalarse en el territorio: Repsol YPF, con una inversión que rondaría los 30 millones de dólares; Cargill desea construir una planta de biodiésel, pero no tiene todavía proyecto y el tercer grupo interesado es Mitsui Argentina SA, de origen japonés, pero para la fabricación de bioetanol, que es el alcohol a partir de la producción de vegetales. Ceretto explica que el bioetanol se puede hacer fuera de las plantas de aceites.

Inusitado interés

Tanto a las universidades como en el Ministerio de la Producción, las consultas se suceden respecto de grupos y empresas interesadas en biodiésel y bioetanol. La reciente ley votada por el Congreso -que aún falta reglamentar- establece que en 4 años los combustibles deberán expenderse combinados: en el caso de las naftas con un 5% de alcohol; en el caso del gasoil, con un 5% de biodiésel. "Ahora se lo puede producir, se lo podrá utilizar internamente e, incluso, exportar, pero la obligación de expenderlo en tales porcentajes regirá en la Argentina en 4 años". La reglamentación está en preparación y Ceretto sostiene que para agosto/setiembre estará terminada.

El titular del Magic explica que la Argentina actualmente está exportando el 92% del aceite que fabrica prácticamente como commodities. El convertirlo en un biocombustible será un eslabón más en la cadena de valor de la producción primaria.

En otro momento de la conversación consideró que la producción de biogás es más compleja "porque tiene que estar combinada con la biomasa que se fermenta y a partir de allí se produce el gas". No hay proyectos en la provincia para su producción, pero de concretarse los emprendimientos estarían asociados a los "bonos de carbón", que tendrán su rentabilidad.

Ceretto habla de la "gran ventaja de ir sustituyendo combustibles fósiles por renovables; en que, además, preservan el medio ambiente, y de la ventaja de transformar un producto oleaginoso de poco valor agregado, en otro que tiene mucho más".

A juicio del ministro, la producción de biocombustibles no sólo aumentará el área sembrada con cereales sino mejorará el precio por una mayor demanda. "Permitirá al sector hacer inversiones en plantas de fertilizantes, por ejemplo. Hoy no se los utiliza como en otros países; de hacerlo aumentaríamos los rendimientos. Con la mejora de precios -es cierto que tenemos las retenciones arriba de ellos- se podrán volcar recursos para las plantas de fertilizantes".

Explica que en toda la cadena primaria es importante ir bajando los costos de fletes. De allí que las empresas están construyendo plantas más al norte en la hidrovía: Dreyfus que tiene una en General Lagos y levanta otra en Timbúes. "La soja, el maíz y el trigo tienen con más demanda", explica.

En lo interno

Ceretto habla que estos procesos de producción de biodiésel deberán pasar 24 etapas de control, pero reconoce que, además, las plantas se irán multiplicando en el interior para uso propio. "Al hacerlo con semilla propia se evita toda la carga impositiva porque no hay ninguna incorporación como la que pesa sobre la cadena normal del cereal: productor, acopiador, industria aceitera, biodiésel. Por eso las cooperativas también lo terminarán produciendo", arriesga.

Finalmente, Ceretto toca el tema de la calidad. Para tener un biodiésel aprobado debe pasar unos 24 controles porque, al igual que las naftas, deben cumplir con determinados estándares de calidad. Es un tema no muy conversado pero muy importante", destaca el ministro.

Las necesidades europeas

En los países de la Unión Europea la demanda va en aumento porque las normas determinan un cada vez mayor porcentaje de biocombustibles para el parque automotor. Así por ejemplo, para 2010, todo el transporte público europeo deberá utilizar un 5,75% de biocombustible para poder circular. La Argentina hoy es el primer exportador mundial de aceites de soja y girasol y en el 2005 llegó a ventas por 2.778 millones de dólares. También es gran exportador de granos de soja (2.269 millones de dólares) y maíz (1.350 millones). Una de las grandes apuestas es transformar el grano en combustible con el consiguiente agregado de mano de obra.

La ley nacional establece un corte obligatorio de la nafta y el gasoil con un 5% de biocombustibles a partir del 1° de enero de 2010.

La Argentina venderá 2 millones de toneladas de biodiésel y un millón de etanol al exterior y deberá abastecer el mercado interno, dicen los especialistas.

El programa de la Unión Europea, en 2005, establecía que el 2% del combustible usado por el transporte público debía ser biodiésel. Sin embargo no llegaron a producir el 1%. En cuatro años, el Viejo Continente va a necesitar 15 millones de toneladas de biodiésel y deberá importarlo.

Se estima que una tonelada de biodiésel se exportará a entre 600 y 680 dólares, mientras el aceite de soja crudo se embarca a 480 dólares. Una exportación de 2 millones de toneladas de biodiésel en 2010, significará 300 millones de dólares de valor agregado.

Etanol

"El país está atrasado en la producción de etanol; no sólo en la provincia", dice Roberto Ceretto. El ministro de la Producción recuerda que la alcoholera del ingenio Arno está parada. El conjunto productivo fue adquirido hace dos años por el grupo empresario de Guadalupe Norte, propietario de la marca El Vigía. Este se ha asociado a la cooperativa cañera de Avellaneda y está explotando el ingenio productor de azúcar, que le va muy bien, pero no la planta alcoholera. A ésta sólo le faltaría la concreción de las instalaciones de tratamiento de efluentes, "lo que no sería una inversión muy alta", sostiene Ceretto.

Teresa Pandolfo/Mario Cáffaro