Medio ambiente y conciencia pública

Cada una de las fechas incorporadas al calendario ambiental permite reflexionar y fortalecer acciones sobre el cuidado del entorno, tanto de la tierra y el agua como del aire, es decir los medios que posibilitan la vida en el planeta.

El 5 de junio fue el Día Mundial del Medio Ambiente, una jornada propicia para renovar compromisos y llamar la atención sobre numerosas actividades humanas que impactan en forma negativa sobre esos recursos y que, en una suerte de efectoboomerang se vuelven contra la calidad de vida de los habitantes del globo terráqueo. Actividades que se traducen luego en desastres -a veces mal llamados naturales-, y en pérdidas económicas y humanas que afectan de manera más directa a los sectores empobrecidos.

Los diagnósticos difundidos en estos días coinciden en advertir sobre los efectos del uso inadecuado de los recursos: el 20 % de la población mundial consume el 75 % de los alimentos y el 80 % de la energía, y a la vez libera el 80 % de los gases de efecto invernadero que producen el calentamiento global. En el país, el Inta reveló que el 20 % del territorio argentino está dañado por la erosión, en tanto alertó sobre la incidencia negativa que puede provocar el cultivo de soja.

Desertificación, crecientes extraordinarias de los cursos fluviales, manejo inadecuado de los residuos, contaminación, son términos que no sorprenden y que pueden relacionarse en forma directa con actividades humanas que producen graves efectos secundarios.

Con porcentajes y advertencias que se actualizan cada año, y desastres que ponen de manifiesto la necesidad imperiosa de trasladar acuerdos y compromisos al plano de las acciones concretas, se desarrollan por estos días actividades destinadas a la concientización. Es importante su desarrollo en todos los niveles escolares pero a la vez debe ser asumida como parte de una agenda pública y permanente. Las efemérides generan un ambiente propicio para la reflexión y la difusión, pero es prioritario que los temas ambientales se incorporen de manera concreta al discurso y a la acción públicas.

En diciembre de 1972, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas designó al 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente, con el objetivo de profundizar la toma de conciencia universal sobre el tema. Ese día se celebró la apertura de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano en Estocolmo. Dos décadas después fue convocada la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en Río, ocasión en que los gobiernos se comprometieron a garantizar un equilibrio entre el medio ambiente y el desarrollo, términos que no pueden quedar en una simple declaración de principios.

El cuidado del medio ambiente no compete sólo a organizaciones ecologistas que, por otra parte, exhiben desiguales grados de rigor científico, racionalidad y responsabilidad. Exige acciones estatales y privadas, fundadas y serias, que trasciendan el mero discurso de ocasión.