Con vocación parapolicial en Guadalupe

Un hombre mayor, de 75 años de edad, fue apresado esta madrugada a poco que un vecino de Guadalupe residencial denunciara que ese mismo, junto a otro sujeto que desapareció de la escena, le disparó con una arma de fuego en dos oportunidades, sin dar en el blanco.

El agresor, al igual que el agredido, también viviría en la zona, pero tanto él como su compañero de andanzas, se permite actuar y andar armado como lo haría un agente policial o de algún servicio de vigilancia privada.

Quien fue blanco del ataque, el joven Antonio Perondini dejó su automóvil en la cochera que dista a unos cincuenta metros de su casa -Antonia Godoy 7866-, y tras ello abandonó el estacionamiento.

En esas circunstancias dijo Perondini que el hombre mayor salió de las sombras y fue tras él para ordenarle a los gritos que detuviera el paso, mientras apuntaba con un revólver hacia su persona.

Nuestro entrevistado, lejos de detenerse apuró la marcha y siguió su camino, en dirección a su casa. Entonces escuchó un primer estampido y el zumbido de un proyectil que le pasó demasiado cerca.

"Qué estabas haciendo ahí adentro", escuchó que preguntaban el tirador y su acompañante. Perondini recuerda que entonces llamó a la puerta de su casa, porque "de haber metido la mano en el bolso para sacar las llaves creo que me habrían matado", y fue así que su novia salió a recibirlo.

"Yo la empujé a ella y ahí mismo ese hombre disparó y esta vez el proyectil me pasó mucha más cerca". El joven agredido cerró la puerta bajo llave y esperó a que aquellos dos se alejaran del lugar.

Luego, recién cuando eso había ocurrido, salió nuevamente a la calle para dirigirse a la Seccional 8a., dependencia de la URI donde denunciaría lo ocurrido. La policía atendió a los dichos de Perondini y una de las patrullas apresó al presunto responsable de los disparos cerca de calle Pavón al 600.

Perondini dijo que vive en el lugar de seis meses a esta parte, pero aclaró que en ese tiempo le bastó para poder reconocer en sus agresores a dos vecinos, padre e hijo que, según es sabido de todos, se atribuyen funciones propias de guardianes de la ley.

Un hombre, un tal Espinoza, de unos 75 años de edad, figura entre los detenidos por los agentes de la URI esta madrugada. A ese hombre le fue secuestrado un revólver 22 largo marca Rubí. Podría ser éste, y no otro, el individuo que atentó contra el joven Antonio Perondini en las calles de Guadalupe.