Colocaron 18 estufas en las aulas
Escuela Luis Ravera y un regalo para el invierno
. 

El dinero lo reunió el personal del establecimiento, que trabajó para el Día del Padre envolviendo paquetes en el centro comercial Wal Mart. Es un espacio cedido por la empresa, en el que los clientes colaboran a voluntad.

Los chicos que van a la escuela N° 1234 Luis Ravera, al noroeste de la ciudad, pasarán por primera vez un invierno con las aulas calefaccionadas. La buena noticia llegó este jueves, cuando en un bullicioso acto, cada maestra recibió una estufa para colocar en su salón.

Se compraron 18 artefactos eléctricos, gracias a la labor del personal docente y no docente del establecimiento, que dedica parte de su tiempo libre a empaquetar regalos en el centro comercial de barrio El Pozo.

La empresa Wal Mart le cedió un espacio el año pasado, para que en fechas clave, como vísperas de Navidad o para el Día del Niño, se encarguen de hacer los paquetes de los clientes, que van hasta el hipermercado en búsqueda de obsequios.

Rosa Zumoffen, la maestra de Tecnología, contó que comenzaron con ese trabajo "para el Día de la Madre, en octubre del año pasado", ocupando el lugar que había dejado otra institución. Con ese dinero cambiaron las cerraduras de las puertas "que no cerraban bien", para que no se filtrara más el frío.

Mil moños

Volvieron a la tarea de envolver regalos a fines del año pasado "para las fiestas", dijo Rosa. Estuvieron trabajando hasta Reyes y la recaudación alcanzó para hacer los armarios de las aulas y arreglar el equipo de música. Además "se cambiaron lámparas y arranques".

En esa oportunidad, "hicimos 10.000 moños y no nos alcanzaron", se asombró Rosa, que desde la materia Industria del Papel enseña cómo confeccionar sobres, moños y otros artículos de decoración.

Este año, los convocaron para trabajar en vísperas del Día del Padre, y tanto alumnos como docentes dijeron presente. Con el dinero reunido pensaron en reponer vidrios rotos, pero dado que "cada tanto vuelan cascotazos", tenían que ser de policarbonato, y no contaban con la suma suficiente.

A pesar del contratiempo, la plata alcanzó para comprar estufas y, provisoriamente, pondrán cartón en las ventanas, para estar más protegidos.

María Elena Machado, directora de la escuela desde hace un mes, reconoció que "el problema es la gente extraña a la comunidad, que rompe los vidrios". Lo de las estufas "es una manera de paliar esa situación", hasta tanto reúnan el dinero para arreglar las ventanas.

Al noroeste

La escuela está ubicada en Teniente Loza 7500, en cercanías del Mercado Concentrador de Frutas y Verduras. Asisten más de 800 alumnos, en los turnos mañana y tarde, que viven en los barrios La Ranita, San Agustín y la Nueva Tablada.

En los papeles está considerada "de primera categoría" por la matrícula, aunque en realidad está llena de necesidades. Allí dan la copa de leche, mañana y tarde, y los sábados abre el comedor escolar.

Para su directora, "la asistencialidad está bastante cubierta. Pero hay chicos con problemas pedagógicos derivados de problemas sociales". Se refirió a aquellos que, a pesar de asistir al comedor, resulta imposible captarlos porque trabajan en lugares alejados, o necesitan un trato diferente del resto de los compañeros.

Por tratarse de una zona poco segura, la escuela cuenta con custodia policial durante la noche y los fines de semana. La custodia busca que las mejoras, que tanto esfuerzo le cuestan al personal, no desaparezcan en una madrugada.

Los fondos.

Desde la escuela quisieron hacer público el acto, para que la comunidad sepa en qué se gastó la recaudación. Las 18 estufas se compraron con $ 592 reunidos para el Día del Padre. En octubre de 2005 -para el Día de la Madre- se llegó a juntar $ 1.067, invertido en cerraduras. Con los ingresos de Navidad y Reyes -$ 3.650 y $ 397- se hicieron 9 armarios de mampostería, instalaciones eléctricas y otras reparaciones. La próxima participación será para el Día del Niño, y estarán todo el fin de semana.

De la Redacción de El Litoral