Aunque no es un problema específico de Santa Fe
Encienden luces amarillas las deudas provinciales a la Nación
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El gobierno federal maneja recursos discrecionalmente que no coparticipa. Y las provincias asumen servicios y su deuda crece nuevamente tras la devaluación. El escenario político condiciona salidas técnicas posibles.

El economista y legislador provincial santafesino Juan Carlos Mercier aseguró que las cuentas de provincias mal administradas han encendido "luces amarillas" en el tablero del país. Y advirtió que el Estado nacional debería asistirlas con unos 7 mil millones de pesos para que puedan cerrar el año.

Mercier habló en la Bolsa de Comercio de Santa Fe en el marco de la presentación del Segundo Congreso de Economía Provincial que organiza la Fundación Libertad. En ese marco dijo que el ahorro corriente del conjunto de las provincias argentinas es de unos 2 mil millones de pesos, pero aclaró que "el resultado financiero es cero" y advirtió sobre los distritos que "dependen del subsidio nacional".

Mercier dijo que el stock de deuda consolidada de las provincias suma unos 70 mil millones de pesos, de los cuales más de 27 mil millones pertenecen a la provincia de Buenos Aires. El senador provincial capitalino aclaró que la deuda santafesina es de sólo 2 mil millones de pesos.

Al abordar el tema de las "potestades tributarias del sector público", planteó la "distancia" que existe entre el Estado nacional que recauda y no ofrece servicios -salvo la salud en Capital Federal- y los distritos endeudados y sin recursos.

Dijo al respecto que el escenario planteado por los constituyentes del '94 para la nueva ley de Coparticipación es "kafkiano", por cuanto resulta virtualmente imposible conjugar mayorías especiales en las dos cámaras y ratificación de todas las legislaturas provinciales.

Del problema a la solución

El ex ministro de Hacienda fundó las razones por las cuales el Estado nacional es quien debe recaudar algunos impuestos. "¿Se imaginan municipios y comunas recaudando el impuesto a la renta, que ya plantea problemas a nivel mundial?", ejemplificó.

Por esa razón -dijo- el gobierno federal recauda y después debe distribuir con el mecanismo de coparticipación. Pero eso extiende la distancia entre quien recauda y los servicios que debe brindar, lo que se agrava si se añaden impuestos o retenciones que no se coparticipan, y además si se tiene en cuenta que la Nación no presta los servicios.

La "discrecionalidad" en el manejo de los recursos nacionales y la `tensión" entre quiénes y por qué concepto reciben los recursos nacionales fue el núcleo del planteo de Mercier. "¿Cómo resolvemos esto?", preguntó, no sin descartar la alternativa de dejar flotar el tipo de cambio y eliminar las retenciones para que las riquezas queden en los distritos.

Como alternativa "razonable", Mercier dejó planteada la posibilidad de que las retenciones se imputen al pago de impuestos nacionales, lo que luego haría que ese recurso se coparticipe y se disminuya la discrecionalidad del manejo de subsidios. Dijo que eso es "técnicamente posible", pero dejó planteada la pregunta: "¿Es políticamente viable?".

Tensiones

Las provincias delegan lo que no pueden recaudar pero la Nación no las coparticipa, aunque las asiste con subsidios y fondos fiduciarios que maneja discrecionalmente y que equivalen a 4 veces el presupuesto completo de la provincia de Santa Fe. A la "tensión" entre quien recauda y quien debe prestar los servicios se le agrega la discrecionalidad del manejo de los recursos federales y la mala administración de algunas provincias que volvieron a endeudarse luego de la devaluación. Sólo Buenos Aires debe más de $ 27 mil millones; las cuentas del principal distrito electoral del país, no cierran; el gobierno federal es el único con recursos para asistirla, en la antesala de un año electoral.

Sin desarrolloaun cuando hayamás crecimiento

"Instituciones y desarrollo" es el planteo del Segundo Congreso Provincial de Economía - Santa Fe 2015 que organiza la Fundación Libertad. El director del Instituto de Estudios Económicos de esa entidad, Salvador Di Stefano, fue el encargado de presentar el evento durante el acto en la Bolsa de Comercio, pero fue el periodista rosarino Marcelo Fernández el que repasó un escenario según el cual no habrá desarrollo en la Argentina aunque el crecimiento económico se sostenga, si no hay calidad institucional.

Sin división de poderes, con la prensa influenciada por el gobierno y los gobernadores condicionados por la obra pública manejada desde la Nación, "las instituciones no juegan, no están sanas", advirtió Fernández. Y sostuvo que la Argentina se ha convertido en "un país unitario y obediente de la caja".

"Hay sectores que ganan y otros que la pelean", dijo Fernández para recordar que el crecimiento del PBI no es igual al desarrollo de los argentinos. Al respecto repasó algunos números de indicadores oficiales: el 40 % de la población sigue viviendo por debajo de la línea de pobreza (en grupos familiares que ganan menos de $ 850 por mes) y del 60 % restante la mayoría puede comer y vestirse "pero no soluciona el problema de vivienda ni puede cambiar el auto". Además, recordó que el 45 % de los trabajadores no están registrados.

Explicó que de esta situación "sólo se sale transformando el crecimiento en desarrollo", pero aclaró que "no tenemos instituciones serias, fuertes y modernas" para poder hacerlo.

Al respecto recordó que "la división de poderes no existe" a nivel nacional, por la "influencia decisiva del Poder Ejecutivo sobre el Congreso, que tiene probablemente el papel más triste desde la democracia moderna".

A eso añadió la "influencia" sobre un Poder Judicial "controlado por el Consejo de la Magistratura", aunque dejó expectativas abiertas sobre la nueva composición de la Corte Suprema.

Más adelante, dijo que los "partidos políticos machucados" no posibilitan el "reaseguro de la democracia" ante el riesgo del "populismo". Y recordó que "la reforma política está cuidadosamente eludida" por las autoridades nacionales.

Respecto de la reforma de la carta orgánica del Banco Central, recordó que "a Redrado le tiraron las orejas" cuando aludió públicamente al tema. Y añadió que en el caso de las universidades, "en la UBA ni siquiera encontraron la forma de poder elegir al rector" respetando las normas de la casa de estudios.

A ello añadió que "la prensa está influenciada por el gobierno a través de distintos mecanismos"

Ignacio Hintermeister