Al gobierno le era insostenible mantener los embarques limitados al 40 %
Lo que interesa es el precio interno
Dice el gobierno que, de acuerdo con las últimas medidas, las exportaciones de carne vacuna ya no tienen prácticamente límite alguno.

Ignacio Iriarte

Sin restricción la cuota Hilton, las carnes termoprocesadas y liberada ahora -por 60 días-, la exportación de cortes del cuarto trasero de novillos de más de 460 kilos, las empresas podrían utilizar el cupo del 40 % aún vigente para vender cortes del cuarto delantero.

Creemos que para el Gobierno, por un sinnúmero de razones, le era insostenible mantener los embarques limitados al 40 %. Creemos también que la situación actual, de abundantes stocks de carne en cámara y de novillos en el campo, lo favorece para liberar la exportación sin correr el riesgo de una disparada de los precios de la carne al público, que es lo único en el fondo que le interesa.

Pero a no engañarse: el Gobierno se mostrará liberal sólo en la medida en que la carne al mostrador (los 6 cortes relevados por el Indec) se mantenga sin aumentos.

Si los valores al mostrador vuelven a subir, una acción que en el corto plazo no parece probable, seguramente volverá a limitar los embarques al exterior, con la decisión que lo caracteriza.

Por otra parte -y esto es lo más importante- queda por ver si esta liberalización de las exportaciones no es condicionada por la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) y la Aduana; si estas medidas son sinceras y su efecto es real. Y no está tomada para evitar un paro agropecuario o para hacer frente a las muchas presiones que existían hasta hace unos días sobre el Gobierno.

Efectos

Con el paso de las semanas, las quejas de la cadena de la carne por la política oficial se fueron limitando a las voces de los productores y a las de los exportadores.

En este último caso, ni siquiera a todas las empresas. Muchos segmentos de la comercialización (supermercados, carniceros, matarifes, frigoríficos de consumo), trabajando a plena capacidad instalada y con un aumentos notable en sus ingresos por venta de subproductos, comenzaron a advertir que, después de todo, la política oficial no era tan mala.

¿Para qué quieren los productores un precio para el ganado tan alto? La hacienda barata es un bálsamo para gran parte de los operadores de la carne y, en medio del desquicio al que quedó sometido el mercado, se van presentando oportunidades de negocios extraordinarios para todos.

Debe recordarse que en menos de 3 meses el precio de la hacienda cayó un 25 % y que en algunas categorías hasta el 40 %; el precio mayorista bajó entre un 10 y un 15 % y el valor al mostrador sólo un 5 %, con miles de minoristas en todo el país que hicieron caso omiso de los precios sugeridos al mostrador.

El titular de una importante consultora económica declaró esta semana que del 0,8 % que se redujo la inflación en enero-mayo, con respecto a igual período del año pasado, el 0,6 % corresponde al efecto de la baja del precio de la carne.

Es decir que el 80 % del éxito en la desaceleración inflacionaria el Gobierno se lo debe a la carne vacuna. Por 6 décimas de punto de inflación ganadas a lo largo de 5 meses se ha pagado el precio más alto y desproporcionado de la historia.