El mercado internacional, destino clave para la comercialización
La miel orgánica gana terreno en Santa Fe

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Ante consumidores más exigentes, los productos con certificación orgánica resultan ser muy confiables. De a poco, la apicultura santafesina tiende a especializarse y a diferenciarse.

Ivana Zilli[email protected]

El auge de las producciones orgánicas va de la mano de la mayor confiabilidad que produce esta actividad por contar con una estrategia de certificación determinada. Este interés se manifiesta, principalmente, en las comunidades desarrolladas, donde los consumidores de estos productos reconocen que el proceso productivo que los origina es más amigable con el medio ambiente.

A pesar de todos estos beneficios, nuestra provincia, salvo con la miel orgánica, no ha hecho grandes avances. Cuatro son los polos productivos de miel orgánica que están concentrados en Santa Fe: tres están en las islas (uno a la altura de Puerto Gaboto; el otro, está en los departamentos San Jerónimo y La Capital; y el tercero, en los departamentos Garay y San Javier); y el cuarto se ubica en el departamento Vera.

Según el Senasa, durante 2005, la actividad apícola orgánica se desarrolló en Santa Fe, con el 24% de las colmenas bajo seguimiento; en Entre Ríos, con el 17%; en Buenos Aires, con el 16%; en Córdoba, con el 11%; y en Chaco, con el 8%.

Esta actividad productiva requiere de una alta especialización y de una mayor inversión (costo de certificación, recambio de material, modalidad de producción) en una primera etapa; y hoy no cuenta con operadores específicos y se enfrenta a un desconocimiento de cómo funciona el tema de la comercialización en este mercado.

Por esta razón, "el número de productores interesados en su desarrollo no es elevado", señalaron desde el Programa Apícola de la Provincia.

Como toda la actividad apícola, este sector sufrió algunos vaivenes, sobre todo, a partir de 2003, cuando aparecieron los nitrofuranos que afectaron seriamente a esta producción. Ahí fue cuando "se decidieron reducir los costos para soportar este mal momento".

Poco a poco, "algunos apicultores empezaron a interesarse por la producción orgánica porque comprendieron que la estrategia de diferenciar los productos y ganar posiciones en los mercados les daba mejor rentabilidad. La diferencia de precios entre una miel convencional y una orgánica está hasta un 50% por encima".

Sin embargo, "este trabajo necesita de un acompañamiento oficial que posicione al territorio y al producto en el mercado internacional, desarrollando operadores que trabajen, específicamente, con miel orgánica para que esta producción no quede en manos de intermediarios que ya están posicionados con las mieles convencionales", remarcaron desde el Programa Apícola Provincial.

Este programa cuenta con un convenio firmado entre la UNR y la UCEL (Universidad Centro de Estudios Latinoamericanos), por medio del cual, se caracteriza a todas las mieles organolépticamente (olor y sabor vinculado al origen floral) y por origen polínico, recibiendo una atención especial por combinar dos atributos fundamentales como es el hecho de ser orgánicas y contar con una determinada tipificación.

En expansión

Desde hace dos años, diez productores de nuestra provincia se juntaron y formaron Organic Honey Bee Group, consorcio de cooperación, el cual, está en un proceso de expansión. "Son varios los productores que van a empezar a incorporarse a trabajar con nosotros", remarcó Roberto Giudicatti, coordinador institucional de este grupo.

Es que a medida que pasa el tiempo, existe una mayor certeza de que "esta producción tiene un destino interesante en el comercio internacional, donde cada vez existe mayor demanda. Se trata de un camino que no es sencillo, pero, realizable", reconoció Giudicatti.

Durante la última cosecha (se extiende desde octubre hasta abril), este grupo ofreció entre 50 y 70 toneladas, con la finalidad de obtener la certificación orgánica. Para la próxima cosecha, se espera sobrepasar las 150 toneladas a raíz de que están ingresando nuevos productores a hacer certificaciones.

En la actualidad, este consorcio "comercializa un porcentaje muy bajo (5% de la producción) al mercado interno, con un valor muy interesante porque se vende de forma fraccionada". Mientras que en las últimas semanas, "estos productores ya hicieron ventas al exterior. Los principales mercados son la Comunidad Económica Europea, Alemania e Inglaterra y hay otros que, con el tiempo, se deben desarrollar.

Para otorgar la certificación correspondiente, se necesita de, aproximadamente, dos años de seguimiento de todas las colmenas y del sistema de producción que se lleva adelante.

Según mencionó el coordinador de este grupo, la producción de miel orgánica "tiene una enorme potencialidad en nuestra provincia, básicamente, en las zonas de islas y en la parte de montes autóctonos que están localizados hacia el norte".

Hoy por hoy, los integrantes de este consorcio están realizando una política de expansión en la producción primaria y generando una estrategia de captación de productores interesados. "Es un negocio viable y estamos convencidos de que la diferenciación de nuestras mieles hacia afuera es una alternativa válida", resaltó Giudicatti.

Aporte local

El trabajo llevado adelante por el Programa Apícola de Santa Fe está orientado a generar mecanismos de financiación para la etapa más cara, la de transición. Por un lado, se promueve a los grupos de Cambio Rural financiados por el INTA; por el otro, se da un apoyo al programa Fortalecer de Federación Agraria Argentina (FAA) que con fondos del BID financian las estrategias de certificación de productos para exportación.

Se entiende que este tipo de producciones "generan un valor adicional debido a que se llevan adelante de una forma amigable con el medio ambiente, lo cual, provoca otro atributo para el posicionamiento del producto en relación con el vínculo que mantienen con la conservación del lugar que les dio origen".

Hacia el futuro, hay muy buenas expectativas; sin embargo, para que "éstas se concreten es necesario delinear una estrategia articulada entre lo público y lo privado, con la finalidad de posicionar al territorio, al productor, al producto y al medio ambiente". Es decir, "se debe asumir el modelo de multifuncionalidad del sector agropecuario y no sólo de la producción apícola y, desde esta plataforma, se tienen que instalar las mieles y otros productos en el mercado internacional", remarcaron desde el Programa Apícola Provincial.

Confiabilidad

Un sistema de producción orgánica se basa, fundamentalmente, en lograr un equilibrado manejo de la fertilidad del suelo, con lo cual, se logran cultivos vigorosos que resisten mucho más que los convencionales a las plagas y enfermedades.

A Argentina se la considerada confiable para los mercados orgánicos más exigentes del mundo. Esto se debe a la seriedad y profesionalismo demostrado por nuestro país al dictar normas de producción orgánica en concordancia con las más exigentes del mundo. La creación del Registro Nacional de Certificadoras Orgánicas posibilitó el comienzo de una certificación seria y confiable en nuestro país, que generó un importante crecimiento del sector. El respeto de las normas y la seriedad del sistema de control argentino son las bases de la expansión de un mercado sólido.