Un conflicto recurrente

La prensa, otra vez en la mira del gobierno

Los especialistas consignan que el poder siempre resiste el libre ejercicio del periodismo. Pero catalogan de "intolerancia" a la actitud de los Kirchner. Foto: Archivo El Litoral.. 

El presidente Néstor Kirchner y su esposa, la senadora Cristina Fernández, volvieron a cuestionar a los medios y sectores del periodismo. Fue por las observaciones al proyecto que propone facultar de "superpoderes" al jefe de Gabinete para el manejo del Presupuesto. Los analistas hablan de estrategia política pero también de prácticas autoritarias.

Primero fue la primera dama, Cristina Fernández, en el Congreso de la Nación. Y siguió el presidente Néstor Kirchner, desde la Casa Rosada. Con un discurso casi calcado, el matrimonio presidencial volvió a elegir en la última semana al periodismo y a los medios de comunicación como blanco de sus más severas críticas.

La reacción de la senadora por la provincia de Buenos Aires y el presidente derivó del debate que dibujó la embestida del poder central para lograr una rápida aprobación del proyecto que otorga amplias facultades al jefe de Gabinete para la reasignación de partidas presupuestarias sin control parlamentario.

Y logró dividir a los analistas entre quienes afirman que el gobierno retomó los cuestionamientos a la prensa como parte de una estrategia de "rédito político-electoral" y aquellos que advierten una tendencia hacia prácticas autoritarias.

"Desde el retorno de la democracia, en todos los gobiernos, existió un principio de resistencia hacia el libre ejercicio del periodismo. Sin embargo, en el caso de Kirchner, hay un rasgo de intolerancia mayor", dijo Sergio Berensztein, director de la consultora Poliarquía.

Berensztein, también docente de la Universidad Torcuato Di Tella, juzgó que el principal antecedente para analizar las críticas del Gobierno al periodismo es "la relación que Kirchner mantuvo con la prensa en su provincia", Santa Cruz. "Kirchner plantea dos opciones: `o están conmigo y me adulan, o los destruyo' ", enfatizó.

Además, el director de Poliarquía advirtió que la actitud crítica del presidente y sus funcionarios hacia la prensa describe rasgos "autoritarios" porque "el mejor periodismo es el que informa pero también el que opina".

"La concertación de la que habla el presidente no es democrática. Es una convocatoria a los que piensan como él. De la misma manera, el presidente se siente incómodo con el periodismo que lo critica y por eso establece un vínculo discrecional", subrayó el analista.

Estrategia de rédito

Por su parte, el politólogo Carlos Fara advirtió que el discurso crítico del gobierno hacia la prensa está vinculado con una "estrategia de rédito. El presidente construye poder a través de la confrontación. Identifica actores de los cuales luego se diferencia", explicó el analista.

El director de la consultora Carlos Fara y Asociados advirtió también que la actitud del presidente tiene relación con los resultados de sondeos de opinión que circulan en la Casa Rosada y que marcan una amplia aprobación de sectores de la sociedad al estilo confrontativo del presidente.

"Uno de los rasgos de Kirchner que tienen aceptación en la opinión pública es que `dice las cosas en la cara'. Eso, sumado a que la construcción de la realidad que hacen los medios, comenzó a ser resistida en sectores de la sociedad, explica la estrategia del gobierno", sintetizó Fara.

En ese sentido, el analista recordó el resultado de un estudio de opinión pública realizado por la consultora que encabeza en Capital Federal y el Gran Buenos Aires a mediados de marzo pasado sobre una muestra de 442 casos.

Según ese estudio, subrayó Fara, las críticas del presidente a los medios de comunicación tenían una aceptación del 43 por ciento de los encuestados contra un 37 por ciento de opiniones desaprobatorias. Asimismo, el 72 por ciento de los consultados no creía que los medios informen sobre todos los caso de corrupción que conocen.

Honestidad

La nueva embestida del gobierno contra la prensa arrancó el miércoles cuando la primera dama aprovechó la exposición del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en el Senado para cuestionar las reservas del periodismo con el proyecto oficial que propone facultar con los denominados "superpoderes" a ese funcionario.

Un día después, el jueves, Fernández volvió a cargar contra la prensa en la sesión convocada para discutir la dilatada reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia (DNU). Con una diferencia de horas, el presidente dijo lo suyo en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.

"Los medios tienen gran responsabilidad del fracaso de la Argentina. Algunos periodistas nos dicen de la hegemonía pero se olvidan de que los que hablan son dueños de radios y canales y eso, más que libertad de prensa es libertad de empresa", juzgó.

Al día siguiente, también en la Casa Rosada, el presidente insistió en reclamar a los periodistas "más autocrítica. Algunos periodistas se mueven corporativamente. Hay tan poca honestidad intelectual que ni siquiera reconocen los errores de lo que van escribiendo", afirmó.

Los términos del debate

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, afirmó que "los medios deben ser conscientes de que, además de jugar intereses, deben informar, y la información muchas veces es muy sesgada, se informa para un solo lado. Lo que hace falta es tener un equilibrio informativo", enfatizó.

El funcionario se quejó del tratamiento que la prensa le dio al informe que esta semana brindó ante el Senado, donde el eje de su exposición pasó por defender el proyecto del Ejecutivo que pide para el jefe de Gabinete facultades permanentes para reasignar partidas presupuestarias.

Por su parte, la ex líder del ARI, Elisa Carrió, se sumó a las denuncias sobre "concentración de poder" y "ataques sistemáticos a la libertad de expresión" que distintos sectores de la oposición atribuyen al gobierno, y reiteró sus advertencias sobre la instauración de un régimen "fascista" en el país.

"Por concentración de poder, por los ataques sistemáticos a la libertad de expresión y por el uso de los pobres, estamos claramente en un sistema fascista de concentración de poder", reiteró la diputada.

Carrió advirtió que "estamos en un momento muy difícil de la Nación, de la República", y pidió a los periodistas y a la sociedad "tener mucha serenidad.

"A la violación de la libertad de expresión la vengo denunciando desde julio del 2003", recordó.

La diputada del ARI advirtió que esa situación que denuncian los medios y Adepa "ahora se va a agravar sustancialmente. Por eso hay que tener entereza, lucidez y una integridad moral absoluta para resistir esto.

"En esos sistemas fascistas no hay prensa libre y los gobernantes, cuando se ven en el espejo de los medios, se indignan, porque ese espejo puede sólo cristalizar lo que ellos dicen", agregó la legisladora nacional, quien advirtió que los políticos "no pueden discutir si alguna frase" que publica un medio les "gusta o no".

Finalmente, desde el oficialismo también, el diputado Rafael Bielsa se sumó a las críticas a la prensa, aunque en un tono mucho más moderado que el utilizado por Kirchner y su esposa.

Bielsa reconoció que le "causan dolor con mucha frecuencia" algunas actitudes de la prensa y consideró que las críticas que formuló Kirchner a algunos periodistas "no son una cuestión de fobia o totalitarismo expresivo".

Al igual que el presidente, Bielsa se quejó de los periodistas que realizan informes "ligeros y superficiales" y se mostró molesto porque "la persona que está en la escena pública muchas veces se siente ridiculizada por un tratamiento".

Sin embargo, el ex canciller remarcó que "los periodistas no son todos iguales", al tiempo que pidió que se reconozca que "tampoco los políticos son todos iguales".

Viviana Mariño (CMI)/El Litoral