Ecológica fábula de tiempos modernos

Encantadoras criaturas del bosque. El filme plantea con humor la compleja sobrevivencia de los animales silvestres ante el avance de la urbanización.. 

VECINOS INVASORES. Origen: Estados Unidos, 2006.Dirección: Tim Johnson y Karey Kirkpatrick.Guión: Len Blum, Lorne Cameron, David Hoselton y Karey Kirkpatrick; basado en la tira cómica de Michael Fry y T. Lewis.Dirección artística: Christian Schellewald, Paul Shardlow.Producción: Bonnie Arnold.Diseño de producción: Kathy Altieri.Música: Rupert Gregson.Montaje: John K. Carr.Voces originales del doblaje: Bruce Willis, Nick Nolte y otros.Duración: 83 minutos.Productora: DreamworksDistribución: Paramount PicturesCLASIFICACION: BUENA (***)

La adaptación al industrializado mundo actual y la "adaptación" de la vida silvestre animal a partir de las "deliciosas basuras" que lo caracterizan son el tema central del humorístico (y ecológico) planteamiento que los directores Tim Johnson y Karey Kirkpatrick, ambos especializados en la dirección y escritura de animación, ponen en marcha con un sustancioso guión, basado en un cómic de gran éxito en Estados Unidos, creado por Michael Fry y T. Lewis.

La reducción de la amplia oferta gastronómica natural de su bosque es el origen del conflicto por el que atraviesa una pequeña comunidad de silvestres animalitos recolectores, liderada por una precavida y noble tortuga, integrada por una pareja de puercoespines, una comadreja, una ardilla y sus respectivas proles. Al despertar de la hibernación, encuentran que su hábitat natural se ha alterado radicalmente: su lugar se ha reducido, acorralado por un imponente muro verde, debido a que una anónima compañía inmobiliaria ha instalado allí un enorme complejo habitacional. Sus moradores, llamados "humanos", sólo admiten animales domésticos.

Los ingenuos animalitos no tardarán en caer en las prácticas manipuladoras de un ambiguo mapache, empecinado en convencerlos de que, al otro lado del muro de hierba, existen maravillas indescriptibles, aunque se cuida bien de aclarar que internarse en ese espacio supone para todos ellos una peligrosa aventura.

Sin embargo, terminarán formando una inesperada asociación, solidaria y afectiva, mientras aprenden a coexistir con este extraño mundo llamado urbanización.

Acidez y moraleja

En la adaptación cinematográfica se ha perdido bastante de la profundidad de las viñetas originales, donde Fry y Lewis incluían jugosas conversaciones de los animales protagonistas, que podían discutir de temas filosóficos y sociales.

No obstante, pueden percibirse ácidas observaciones sobre los defectos y las absurdas contradicciones de los seres humanos que, paradójicamente, son terriblemente deshumanizados, obesos o neuróticos que "viven para comer, en vez de comer para vivir". Como muestra están la monstruosa "presidenta de la asociación de vecinos", que no está dispuesta a ver su comunidad invadida por la fauna salvaje, o el temible Church, el "desmalezador-torturador" contratado para exterminar cruelmente a los animalitos.

En balance, no es que "Vecinos invasores" sea una película despreciable, en absoluto, pero tampoco se trata del relato inteligente y mordaz que prometía su interesante argumento, repitiendo esquemas narrativos ya vistos en este tipo de producciones.

Cabe destacar que, más allá del modernísimo formato de animación 3D, la médula de esta fabulita de tiempos modernos está cargada de un contenido tan moralista y ejemplar como el que anida en los añejos relatos de Esopo, dejando claro que "no hay nada mejor que la familia", lo que se dice explícitamente, aunque, en realidad, deberían haber dicho "nada mejor que una comunidad solidaria". Así, los villanos terminan castigados o redimidos, como el mapache que cambia su conducta villana y se ennoblece. Lo que sí es confuso es la interacción de ambos mundos, de los que los animales terminan yendo y viniendo, seducidos por comida chatarra y comodidades superficiales.

También (y esto forma parte de la experiencia personal durante el visionado del estreno), el filme puede servir desde el punto de vista del conocimiento del mundo natural versus el artificial, ayudando a que los niños se familiaricen con especies silvestres poco conocidas, como un nene que durante la proyección de la película preguntaba a viva voz a sus padres "si la comadreja era una rata".

Rosa Gronda