Acusados de gatillo fácil se negaron a declarar

Buenos Aires (DyN) - Los dos oficiales de la Policía bonaerense, involucrados en la muerte de un joven en un confuso episodio a la salida de un boliche bailable en Ingeniero Budge, se negaron a declarar ante el fiscal Juan José Vaello, se supo hoy.

Fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense informaron esta mañana a DyN que los dos policías involucrados, identificados por la policía como el teniente Claudio Pereyra y el subteniente Felix Luciani, "fueron desafectados del servicio mientras investiga lo ocurrido la Auditoría General de Asuntos Internos".

El jefe de la Departamental de Lomas de Zamora, inspector Roberto Castronovo, admitió que uno de los dos policías "tenía un fuerte aliento etílico" al momento de ser detenido, aunque esta mañana aún no estaban terminadas las pruebas de alcoholemia.

También confirmó que de las armas de los efectivos salieron disparos.

Voceros de los tribunales de Lomas de Zamora informaron a DyN que los dos policías detenidos -que están alojados en la comisaría de El Jaguel- fueron llevados ayer ante la UFI 5 y "se negaron a declarar", haciendo uso del derecho constitucional que los asiste.

Según los informantes "el fiscal aguarda para las próximas horas los resultados periciales de balística que se realizaron en el lugar donde fue asesinado el joven Gabriel Arévalo, de 20 años, y a las armas de los oficiales detenidos.

El titular de la UFI 5 dispuso que, en forma simultánea a las pericias de balística, se les practique a los detenidos una serie de pericias médicas, especialmente análisis de orina y sangre, explicaron las fuentes a esta agencia.

El hecho, ocurrido en la madrugada del sábado pasado, fue denunciado ayer por la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) a través de un comunicado de la entidad que los definió lo ocurrido como "un nuevo caso de Gatillo Fácil".

La Correpi informó que "en la madrugada del sábado un teniente y un subteniente de la Policía bonaerense, luego de pelear `borrachos' con varios jóvenes que se encontraban cerca de un boliche en el barrio de `Juan Manuel de Rosas', de Villa Centenario, se subieron a su patrullero y persiguieron por 300 metros a un joven de 18 años al que `fusilaron' y dejaron muerto en la calle".

Versión que coincide con el informe suministrado por el inspector Roberto Castronovo, titular de la Jefatura Distrital de Lomas de Zamora, quien aseguró que "uno de los policías detenidos tenía un fuerte aliento etílico, por lo que ambos fueron sometidos a la prueba de alcoholemia", cuyos resultados no fueron revelados hasta hoy.

Agregó el informe de la Correpi que "la persecución de los policías empezó en la esquina de Olimpo y pasaje Tucumán y terminó en pasaje Tucumán y San Juan, donde los guardianes del orden le metieron un tiro en el tórax que lo mató. Acto seguido volvieron a subir a su coche y se fugaron".

Vecinos que presenciaron lo ocurrido lo denunciaron en la seccional de Ingeniero Budge.

Lo que el fiscal trataba esta mañana de establecer es qué hacían en Ingeniero Budge los dos policías si pertenecían a la comisaría de Villa Centenario, séptima de Lomas de Zamora.

Otro caso de "gatillo fácil" en la zona ocurrió el 8 de mayo de 1987 cuando los policías Jorge Miño, Isidro Romero y Ramón Balmaceda mataron a balazos a Agustín Olivera, de 26 años, Oscar Aredes, de 19, y Roberto Algañaraz, de 24, cuando tomaban cerveza en una esquina de Ingeniero Budge.

Hecho que fue llevado a juicio oral y público en dos oportunidades (en 1990 y 1994) donde los tres policías fueron condenados a once años de prisión.

Las fuentes tribunalicias destacaron que por ese caso -que se la denominó como "La Masacre de Ingeniero Budge"- sólo fue detenido Isidro Romero, en tanto que Balmaceda y Miño hasta hoy continúan prófugos".