Hockey
Soledad Iparraguirre: "En el arbitraje argentino hay demasiada soberbia"
Una de las mejores árbitros de hockey del mundo dialogó con El Litoral. Resaltó la necesidad de capacitarse y destacó que uno de los aspectos más negativos es la "falta de humildad".

Luis Gudiño

Paraná (Entre Ríos). (Enviado especial).- La Argentina es uno de los pocos países que siempre aporta árbitros de nivel para las rondas finales de los campeonatos más importantes del mundo de hockey, tanto en varones como en mujeres.

Por ejemplo, Eduardo Ruiz, hermano de Jorge, quien fuera el director técnico del seleccionado nacional masculino, dirigió una final de Mundial y una de Juegos Olímpicos.

Horacio Servetto tuvo similar responsabilidad en tres definiciones de campeonatos mundiales y en dos olímpicas. Entre las mujeres, Laura Crespo arbitró una de las semifinales de los Juegos de Seúl de 1988.

En tanto, la protagonista de este reportaje, Soledad Iparraguirre, cuenta en su currículum el haber dirigido en el Premundial de Damas de Roma (Italia); en el Champions Trophy de Damas, de Amstelveen (Holanda); la Copa del Mundo de Damas de Madrid (España); además de numerosos torneos nacionales, sudamericanos y panamericanos. Su próxima meta es el Mundial de España.

Sin pelos en la lengua

En un descanso del Nacional de Clubes realizado en El Plumín de la capital entrerriana, Soledad contentó con mucha amabilidad y sinceridad a nuestras preguntas:

-¿Cómo ves al arbitraje en nuestro país? -No está tan mal, pero tampoco está tan bien como a mí me gustaría. Desde lo técnico, falta capacitación y, desde lo personal, sobre todo humildad. En el arbitraje en general, como en distintos aspectos de la vida, hay mucha soberbia; si los árbitros fueran más humildes los resultados serían mejores y estarían más abiertos a capacitarse y a poder mejorar. -¿A qué se debe esa soberbia? -Hay muchos árbitros que en su vida no pueden cumplir con sus objetivos, y creen que porque están en la cancha con tarjetas en el bolsillo tienen poder, cosa que en su vida personal no pueden hacer.Además, hoy en día se protesta más, se juega con más violencia. Entonces los árbitros necesitan una personalidad mucho más construida y fuerte que antes. Pero cuando se pasa del límite, se llega a la soberbia. A su vez, esto les impide ser críticos a la hora de capacitarse para mejorar. -¿Qué es lo que hace falta? -Tendría que haber un plan nacional de capacitación para los árbitros, ésa es mi propuesta, a través de las distintas asociaciones y elegir las personas correctas para capacitar con todo lo que ello implica. -¿El reglamento de hockey es complicado? -Es muy complicado y muy subjetivo. Hay muchas reglas y situaciones que durante el partido quedan a criterio del árbitro. Y como todos somos distintos como personas, esto hace que ante una misma situación los jueces apliquen decisiones diferentes. Esto a su vez confunde a los jugadores, a los técnicos, pero en casos como la pelota peligrosa, el tema de la intención en los quites es muy difícil lograr un criterio uniforme. -¿Estamos mal con respecto al resto del mundo? -El arbitraje local argentino en relación con otros países, por ejemplo de Europa u Oceanía, es muy bueno; a pesar de que muchos jugadores y técnicos no estén de acuerdo. En el arbitraje internacional, somos dos en la lista olímpica; en varones no estamos tan bien. Pero te aclaro, Argentina no está por debajo de la problemática general. -¿Cómo estás para dirigir el Mundial de España? -Muy bien, con muchas ganas y expectativas. Será mi segundo Mundial mayor, y el objetivo para mí es dirigir la semifinal, y si Argentina no llega a esa instancia, la final. Pero lo más importante que le puede pasar a un árbitro en un torneo de este tipo es dirigir las semifinales; porque allí siempre son elegidos los cuatro mejores. A veces, en las finales juegan otros factores, como políticos, geográficos... No siempre dirigen los dos más destacados, pero en cambio, en las semis, sí están los mejores.

El triunfo y la derrota

"El hockey es un deporte apasionante, que incluye una serie de emociones y sensaciones diferentes e intensas; implica esfuerzos, sacrificios, buena fe, juego limpio y, como está jugado por seres humanos, también incluye el error, la falla, la equivocación. Muchas veces, el triunfo y la derrota de determinado equipo vienen de la mano de estos errores que también son adjudicados al arbitraje", afirma la psicóloga deportiva Alejandra Floreán.

"El árbitro debe estar preparado tanto como los deportistas para afrontar estas situaciones, para superarlas y para que cada competencia, además de ser una responsabilidad, tenga la dimensión de placer y felicidad que brinda el deporte por sí mismo", indica.

"La capacidad del árbitro de seleccionar la información relevante y evitar la irrelevante, como para mantener la concentración durante la competición, es un factor importantísimo para un buen rendimiento. Asimismo, para intentar cometer la menor cantidad de errores posibles", expresa.

Finalmente, Floreán resalta que "estar concentrado significa estar aquí y ahora. Cuando se está concentrado, se está atento sólo a la competición; se ve y siente exactamente lo que se está haciendo".