Según Hezbolá y fuentes de la Policía local, los milicianos evitaron esta madrugada la entrada de comandos israelíes llegados en dos helicópteros y que, tras aterrizar en un área agrícola aledaña, trataron de tomar posiciones en Tiro, defendida con vehemencia por los guerrilleros.

La radio pública israelí indicó, sin embargo, que el ejército tildaba de "éxito" la operación de unidades especiales de la Marina para neutralizar las lanzaderas de cohetes de largo alcance del grupo islámico, que ayer llevó a cabo el ataque más lejos de la frontera desde el comienzo de la crisis, el pasado 12 de julio.

Los dos contendientes aseguraron asimismo haber infligido bajas al enemigo, pues según Hezbolá en la batalla murió un soldado de Israel, lo que posteriormente fue confirmado por fuentes israelíes, que reconocieron también ocho heridos, dos de ellos de gravedad.

Israel informó, por su parte, de la muerte de siete milicianos, extremo éste no confirmado por el grupo chií.

Además, al menos siete personas murieron en los ataques israelíes a la más populosa ciudad del sur de Líbano, según la policía local. Cuatro civiles y un militar libanés perdieron la vida en la batalla, mientras los otros dos fueron alcanzados por un proyectil israelí cuando viajaban en una motocicleta.

Fuentes castrenses dijeron que el soldado muerto formaba parte de la dotación de la batería antiaérea que respondió a los proyectiles lanzados por helicópteros artillados israelíes, pero que los militares libaneses no participaron en los combates posteriores.

También fue atacado por Israel el campo de refugiados palestinos de Rashidiyeh, en el extrarradio sur de Tiro, donde según la policía libanesa resultaron heridas varias personas.

Junto al frente de Tiro, se mantienen los combates en otros puntos del sur de Líbano y fuentes israelíes informaron de la muerte hoy de uno de sus soldados en la localidad de Taibe, donde milicianos y militares se enfrentan desde hace días.

Además de los seis civiles muertos en Tiro, otro falleció hoy y varios resultaron heridos en la localidad meridional de Nabatiye, otro de los principales bastiones de Hezbolá, en un bombardeo israelí, informó la cadena de televisión local LBC.

También fueron atacadas por la aviación israelí otras poblaciones del sur y del valle oriental de la Beká.

El grupo islámico, que ayer lanzó varias andanadas de cohetes a la ciudad de Hedera, a solo unos 30 kilómetros al norte de Tel Aviv, en pleno corazón de Israel, volvió a enviar hoy proyectiles a Haifa, en el norte, con un saldo de cinco heridos leves y otras cinco personas auxiliadas al sufrir ataques de pánico.

El recrudecimiento de las hostilidades sobre el terreno coincide con las mejores expectativas de lograr un rápido alto el fuego en los 25 días de conflicto. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo anoche que espera que se proclame la tregua en los "próximos días".

Con ese propósito llegó hoy a Beirut el secretario de Estado estadounidense para Asuntos de Medio Oriente, David Welch, que se reunió con el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, considerado el contacto más estrecho con Hezbolá, y que tiene previsto encontrarse con el primer ministro libanés, Fuad Siniora.

Fuentes de la oficina del jefe del gobierno libanés indicaron que el objetivo es examinar las opciones que baraja la diplomacia para poner fin a la guerra.

La llegada de Welch al Líbano coincidió con la noticia procedente de Nueva York de que EE.UU. y Francia habían conseguido limar parte de sus diferencias y parecían caminar hacia el consenso.

París insiste en que la Fuerza Provisional de la ONU en el Líbano (FPNUL), que actualmente está en el sur del país, sea la que supervise el alto el fuego apoyada por el ejército libanés mientras que Washington defiende que Israel se quede hasta que llegue el nuevo contingente de interposición.

Entre 7.000 y 8.000 personas, según la policía, empezaron a manifestarse hoy en el centro de Londres para pedir un alto el fuego en Líbano.

La manifestación, convocada por grupos pacifistas y organizaciones musulmanas, se dirigió hacia la embajada de Estados Unidos y a Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, Tony Blair.

A la salida de Hyde Park, el gran parque del centro de Londres, numerosos manifestantes corearon consignas favorables al Hezbolá chiita libanés, como "Todos somos Hezbolá" y "Boicoteen a Israel".