Vecinos y representantes de 40 organizaciones intermedias de Guadalupe se reunieron en la sede de la Cooperativa Setúbal para tratar una problemática que se acentúa cada vez más en el barrio: el consumo de drogas entre los niños y jóvenes.

Dos factores hicieron que la población se movilizara. El primero fue la violación de una promotora comunitaria por parte de chicos que estaban bajo los efectos de estupefacientes y el segundo, el hecho de que los docentes observan que el número de alumnos que recurren a sustancias perjudiciales para la salud es cada vez mayor.

"En el barrio se dan casos de chicos que aspiran combustibles que compran fraccionados en las estaciones de servicios y de niños que van a un basural y toman el primer medicamento que encuentran. También están los que recurren a adhesivos y, aunque no tenemos pruebas para afirmarlo, creemos que el paco ya está entre nosotros", señaló Mariano Figueroa, representante de la Comunidad ante el Consejo de Administración del Hospital Iturraspe y miembro de Guadalupe Estratégico.

El problema preocupa no sólo por las consecuencias sociales que acarrea sino también por el riesgo al que está expuesto un sector de la niñez y la juventud santafesina.

En la reunión se expusieron y debatieron todos los aspectos que integran el problema de la drogadicción: desde el tráfico ilegal pasando por la venta y consumo.

Las distintas organizaciones están convencidas de que "la droga es una batalla que se está perdiendo porque cada vez se difunde más", sostuvo Figueroa. Sin embargo, consideran que llegó la hora de salir a la calle y dejar de ser espectadores. "En estos momentos no alcanza con ser buen padre y buena madre, tener los impuestos al día e ir a trabajar. La situación nos está requiriendo un compromiso mayor, debemos salir de las cuatro paredes y juntarnos con otros vecinos para combatir la droga, la inseguridad", opinó Figueroa.

Como primera medida, las entidades intermedias decidieron convocar a la jueza rosarina Laura Cosidoy -que denunció la connivencia de la policía con los traficantes- a fin de trabajar sobre la problemática y definir líneas de acción.

En una segunda instancia, las organizaciones convocarán a las autoridades gubernamentales competentes para "conocer qué están haciendo y reclamarles una política clara sobre el tema", señaló Figueroa.

Para evitar que los chicos y jóvenes sigan consumiendo droga, las instituciones intermedias se comprometieron a construir una red de contención en donde la actividades deportivas y recreativas sean el motor para integración e inclusión de los menores en riesgo social.

Además evaluaron la necesidad de contar en las escuelas con grupos de psicopedagogos que acompañen y traten a los alumnos.