ACTUALIDAD / EN LA LIBRERÍA
El boom del sexo y sus reveses
"El sexo del nuevo siglo". En su más reciente libro, el psiquiatra y ensayista José Abadi habla de la explosión de los temas relacionados a la sexualidad en los medios masivos, y su relación con la vida de hoy.

La expansión de programas televisivos y radiales dedicados al sexo, un fenómeno que se consolidó en el último año con la irrupción de series y documentales que abordan la temática con afán informativo y hasta desmitificador, tiene como correlato un cambio determinante de los hábitos sexuales, según analiza el psiquiatra y ensayista José Eduardo Abadi en su libro "El sexo del nuevo siglo".

Multiplicados hasta el hartagazgo, casi tanto como los cocineros y especialistas en gastronomía exótica, los sexólogos conforman hoy una estirpe infaltable en el menú televisivo, ya sea en programas exclusivos o segmentos preponderantes en ciclos de interés general.

La consolidación de este nuevo "arquetipo televisivo", que se articula con otros similares, como "la mujer operada" o "el hombre producido", coincide con la multiplicación de series que tienen como eje la identidad sexual, y ciclos de pretensión documental que intentan testimoniar cómo se vive el sexo en distintas ciudades del mundo.

"Todo ese estallido del sexo en los medios que se registra hoy, crea la sensación en el espectador de que se está participando de algo, pero en realidad se trata de una excursión exclusivamente vouyerista que pone al descubierto otro fenómeno: una suerte de ruptura en la relación con el entorno", destacó Abadi.

"Lo que se detecta hoy de manera muy clara en la cultura posmoderna o supramoderna, es la disolución de la condición de sujeto, es decir, estamos perdiendo nuestra cualidad esencial de persona, que se define básicamente en la cualidad de relacionarse con el otro, de reconocerlo como un diferente", explica Abadi.

"Esta posibilidad de encuentro es la que eclipsa al fantasma de la soledad, que tiene su expresión cumbre en el momento en que dos seres se funden para convertirse en uno transitoriamente. Este espacio, que tuvo en la relación sexual su lugar privilegiado, está hoy en crisis", señaló.

La relación con el cuerpo

Una de las cuestiones que Abadi trabaja en su obra está relacionada con la irrupción vertiginosa de la cirugía plástica en la relación con el cuerpo. "El cuerpo, como desesperado recurso para encontrar una identidad potente y que responda a las exigencias valorativas del tiempo de hoy, opera como un factor de presión que de alguna manera justifica el boom de las cirugías estéticas. Por un lado está la pretensión mágica que tiene que ver con la eficacia y la hiperpotencia. Por otro, se trata de recuperar un lugar de autoestima, satisfaciendo al mismo tiempo las necesidades de consumo", explicó el psicoanalista.

Esta modalidad se emparenta con otra de similar impronta que también está sustentada por los avances de la medicina: el auge de las pastillas para mejorar el rendimiento sexual. Así como en los 70 los anticonceptivos cambiaron decisivamente las coordenadas sexuales, el siglo XXI tuvo un giro decisivo con la entrada en escena del Viagra.

"Como aporte al sujeto, el Viagra es maravilloso. Como pretensión de convertir al hombre en una máquina biológica, me parece delicado. Hay una tentación de creer que somos partes del cuerpo movidos por pastillas y hormonas: la sociedad de consumo se olvida de que los hombres somos fundamentalmente una narrativa y un argumento, y que debemos usar los avances médicos para consolidar nuestra condición de sujetos y no convertirnos en rehenes de supuestas pastillas salvadoras", enfatizó Abadi.

Paradigmas

En "El sexo del nuevo siglo", recién editado por el sello Sudamericana, Abadi trabaja sobre los nuevos paradigmas sexuales surgidos, justamente, como consecuencia del repliegue del sujeto: el auge de las cirugías estéticas, el desdibujamiento de los límites y la influencia de la medicina en las prácticas sexuales.

"Estamos cada vez más enfrascados en un aislamiento narcisista que nos lleva a buscar potencia para obtener poder y autosuficiencia. Y entonces el otro ya no es alguien a quien conocer y darnos a conocer, sino más bien una excusa para estar con nosotros mismos o para escapar del miedo al vínculo", indicó.

El sexo, en ese contexto, se carga de complejidad: "Por un lado se da una mayor libertad y elasticidad en términos de los permisos, de la imaginación y la innovación. En ese sentido, es importante destacar que la mujer -además de palabra y derecho- hoy también tiene deseo -apuntó Abadi. Por otro lado, en las condiciones de vida que se están llevando, no hay sujetos en un encuentro verdadero de dos personas".