ENTREVISTA / DÍA DEL NIÑO

Por los chicos... vivo

Foto: Producción. 

Un regalo muy especial. Para compartir con nuestros pequeños lectores, Nosotros nos comunicamos con Piñón Fijo. Y descubrimos algo de la magia que hay detrás de ese payaso que tanto ha conquistado los corazones infantiles.

Piñón Fijo es su nombre, y con sus canciones, sus piruetas y colores, entró en el corazón de los niños sin pedir permiso, sólo con su sonrisa y sus morisquetas. Cuando habla tiene un marcado acento cordobés, que -asegura- no quiere perder. Lo lleva con orgullo y lo hace expreso en su diálogo y sus frases. "Cuando yo era niño y llegaba un circo a mi pueblo, el aire se llenaba de esperanzas y magia. Era fiesta, eran 20 días de revolución. Obviamente, esa imagen ha quedado para siempre en mi memoria", cuenta.

Este payaso sabe que ese recuerdo que tanto guarda entre los más atesorados, fue motivo para que se dedicara desde muy joven al teatro callejero, a la mímica y se convirtiera en un profesional de la risa, enfundado en un traje multicolor. "No sé si etimológicamente existe una definición de payaso, pero si tengo que definir el oficio, creo que es un personaje que tiene mucho de niño y que genera risas desde el absurdo", señala. Un oficio que no deja de retribuirle cosas gratas día a día, y que lo llevó a grabar un CD titulado "Por los chicos... vivo".

"El nombre de ese disco guarda un sano doble sentido. Está grabado en vivo, idea y sueño que hacía mucho tiempo venía persiguiendo, y también porque considero que Piñón Fijo vive por el cariño de los chicos. Sin ese motorcito, no existiría", reconoce.

Casi el 80 por ciento de sus días está pensando en escribir una nueva historia, canción o juego, y "el 20 por ciento restante lo uso para dormir y, de paso, soñar con este privilegio. Todo esto da un resultado bastante cercano a la plenitud. La plenitud que me genera vivir por los chicos".

Para verte reír

-¿Te proponés que las letras de tus canciones sean educativas, como "Los papeles van al tacho", "Atate los cordones", de tu primer CD "Con aire de sierras"; y didácticas, como "Guajira de los colores", "Cinco sentidos", "Vocales que son cinco", "Cepillo cepillo", entre muchas otras?

-Sí, quizás de la mano de los grandes encontré esa función. Este personaje se fue alimentando a medida que fue creciendo de las sugerencias de muchos padres y docentes, que me acercaron testimonios muy íntimos de lo que se logra con las canciones en la educación de los niños.

Aprendí a agradecer que los educadores (padres y docentes) tomen mis canciones como herramientas.

-¿Pensaste por qué grandes y chicos se engancharon tanto con tus canciones y, particularmente, con algunas?

-No lo sé, lo he pensado muchas veces. Puede ser un conjunto de factores. El artista callejero que aún llevo adentro siempre ha tenido la obsesión de divertir a todos por igual. Que ningún niño se sienta subestimado, que ningún grande se sienta desentendido...

-Naciste en Córdoba y a tus sierras le has regalado canciones tan lindas como "Bienvenidos a mi lugar"...

-Esa canción la escribí cuando trabajaba en la calle, en Carlos Paz. Era un intento de contarle a los turistas sobre mi pertenencia, sobre el amor a mi lugar, sobre la alegría que aprendí a ver en mi provincia. Córdoba es tradicionalmente una tierra muy hospitalaria y me dio ganas de traducir ese sentimiento, a mi manera, en una canción.

Después, me sorprendí en Buenos Aires, promoviendo espontáneamente mi lugar. Muchas veces tuve que explicar que no me pagaba el gobierno, ni la Secretaría de Turismo, que yo sólo lo hacía por convicción y para inculcarle a los niños que cada uno tiene que amar su raíz.

-"Quiero verte reír" es una canción dedicada a esos chicos que te esperan incansablemente para ver tus shows y escuchar tus canciones.

-Esa canción nació en San Luis, creció en Mendoza y maduró en Buenos Aires, durante la vorágine de mi 2003. Pocos tiempos, muchos viajes, demasiada velocidad. Paisajes en movimiento en la ventana de la camioneta, ciudades desde arriba en lo vertiginoso de un avión y, en cada llegada, el remanso de una mirada de un niño, la generosidad y la paciencia de una familia íntegra, humilde, haciendo fila para cantar conmigo. Demasiado grande, demasiado hermoso como para no decir gracias, como para no sacar una foto y transformarla en canción.

El camino andado

Fabián Gómez lleva muchos años subido a un escenario. En la conversación, define que una de las cosas que lo hacen feliz es enfundarse todos los días en un traje de payaso, hacer reír a los niños y escucharlos cantar. "Me da mucho placer descubrir, cada vez que subo a un escenario, la razón de mi vida", sintetiza.

-¿Fue muy difícil hacer carrera y vivir de esto antes de ser Piñón Fijo?

-Sí, muchas veces se complicó; pero en defensa de mi gratitud puedo decir que mi carácter optimista y positivo me ha permitido mirar siempre el vaso medio lleno. He vivido cosas difíciles, como todos, pero siempre le encontré la magia y la poesía.

-¿Por qué dejaste de hacer TV?

-Dejé la tele en el momento que sentí que no me garantizaba el piso necesario para respetar a mi público. No quiero estar en la pantalla a cualquier precio. No quiero valerme del cariño de los chicos para trascender de cualquier forma. Así es que agradecí, y quedé a la espera de una nueva oportunidad.

-¿Qué opinión tenés sobre los distintos animadores y conductores de programas para chicos?

-Creo que cada animador es un nuevo intento por aportar algo a la niñez. Con algunos puedo coincidir más y con otros menos. No me siento capacitado para valorarlos. La única norma que exigiría sería que no se tome a los niños como un subrubro para escalar posiciones en un camino artístico determinado.

-¿Reconocés cuál es tu público hoy, después de llevar tanto tiempo en escena?

-Creo que mi público es muy amplio: los bebés, los padres, los docentes, los niños que van creciendo y me dicen que aún tienen buena onda conmigo, más allá de lo tirano que es el sistema, por hacer creer a un niño de 8 años -por ejemplo- que por escuchar a un payaso es un desubicado.

-¿Qué les dirías a los chicos que están del otro lado de estas páginas?

-Que vivan y disfruten de su niñez. Que no se pierdan nada, que jueguen, que vuelen, que guarden cada imagen, cada perfume, cada caricia, cada melodía, cada sabor. Cuando sean grandes, les va a servir. Que se dejen mimar y cuando no se sientan lo suficientemente mimados, íque avisen!

Canciones

Para que entre el sol

Muchas de las canciones de Piñón Fijo nacieron de historias asombrosas. La letra del tema " `Por una ventanita' -que dice: `Por una ventanita /, un rayo de sol / como es tu sonrisa / para mi canción', nació así: mi productor me contó que su niño le había hablado de esa imagen, de un rayo de sol entrando por su ventana, inundando todo de luz. Obviamente, él no pudo retener las lágrimas al contármelo. Paralelamente, en esos días, yo cumplía años y un guitarrista amigo me regaló una flauta de embolo, que es la que le da el sonido característico a esa canción. Me dijo: éste es mi regalo, creo que para algo te va a servir... Uniendo esas dos emociones, surgió esta canción".

DISCO

Fragancias infantiles

Su nuevo CD se llama "Fragancias de infancia". Fue grabado con los chicos de Deán Funes, en su zona natal, más precisamente en el cine adonde Fabián iba a ver películas cuando era niño. "Un día me desboqué y fui a ese lugar con una preproducción musical armada. Les hice cantar a los chicos los temas nuevos y lo grabé en vivo", cuenta.

MEMORIA

Y fábulas

"Con las once canciones del CD, quise rescatar las fragancias con la memoria sonora -cuenta Piñón Fijo. Muchos temas hablan de fábulas de animalitos, es material que uno siembra a futuro. Lo hice y fue gestado arriba de los aviones o camionetas donde me movilicé. Es un disco muy vivencial".

Piñón Fijo básico

DETRÁS DEL MAQUILLAJE

Piñón es un payaso que tiene 18 años de edad. Que empezó haciendo teatro callejero y mimo en las calles cordobesas y que ama a los chicos. Hoy realiza un promedio de dos funciones por día.

Todos esos colores que tiene en su cara y esa sonrisa grande, son parte de un maquillaje que para cada función se hace su creador, en una tarea que le lleva aproximadamente media hora.

Se define como un payaso con muy buen humor. A él -como a todos los payasos- le gustan las carcajadas infantiles, y dice que son, sin lugar a dudas, el mejor aplauso que puede recibir cuando está arriba del escenario. Cuanto más fuerte aplauden los niños, más contento se pone Piñón.

No se define como rutinario. Su mayor rutina, en todo caso, es subir a un escenario todos los días; pero cuando deja de ser Piñón y se baja de las tablas, corre a reencontrarse con su familia: su señora Carina y sus hijos Sol, de 19 años, y Jeremías, de 17, a quienes extraña muchísimo. "Cada vez que tengo un tiempo entre viaje y viaje, entre show y show, no hago otra cosa que pasar mis días con ellos", dice.

textos de Alina Pozzolo. fotos de Flavio Raina y gentileza producción