Domingo de boqueteros
Cuantioso robo en una joyería céntrica
Los ladrones accedieron al negocio a través de un boquete en la pared que comunica el local asaltado con uno vecino. El joyero denunció el faltante de más del 70 por ciento de las alhajas de oro y el total de las joyas de plata que guardaba una caja de seguridad. "Sueños", la joyería en cuestión, está en calle Mendoza al 2600. La modalidad delictiva recuerda otros golpes como los perpetrados en esa misma manzana contra joyería Cristina y la Bolsa de Comercio, años atrás.

Hugo Vismara, propietario de la joyería Sueños, convocó a los agentes de la Seccional 1ra. para denunciar que desde su local comercial de calle Mendoza al 2600 los ladrones se llevaron, entre la tarde y la noche de ayer, más del 70 por ciento de las alhajas de oro y el cien por cien de las piezas de plata.

El comerciante que aún llegada la mañana de hoy no había cuantificado el daño patrimonial sufrido mostró a los cronistas de este diario el hueco que, practicado en la medianera que separa su negocio de un local vecino, habría permitido a los ladrones burlar los sistemas de seguridad.

El cuantioso robo denunciado anoche fue advertido poco antes de la 22 y se supone que los amigos de lo ajeno trabajaron en su cometido durante más de seis horas munidos de herramientas automáticas como barrenos y amoladoras.

La maniobra habría comenzado con el corte de las líneas telefónicas que comunican a los negocios de la cuadra con distintos servicios de vigilancia privada y luego habría continuado con la apertura de las puertas blindex de un local dedicado a la comercialización de prendas de jean.

Todo parece indicar que en algún momento -posiblemente a la hora de la siesta de un día domingo cuando menor es la afluencia de público en la zona céntrica-, los ladrones cortaron el candado que cerraba las rejas de la pilchería y en seguida violentaron la cerradura de las puertas blindex.

A continuación, y cuando ya estaban a cubierto de miradas indiscretas, los responsables del robo denunciado colocaron un nuevo candado en las rejas, tanto como para no despertar sospechas o impedir el ingreso de la policía.

La maniobra siguió y, con el empleo de taladros eléctricos y potentes tronchadoras lograrían abrir en la parte baja de pared medianera un prolijo boquete de unos 30 cm. de ancho y 60 de alto, un agujero por donde podrían pasar al interior de la joyería sin ser detectados por el sistema de alarma.

Según Vismara los amigos de lo ajeno se demoraron adentro del local por más de cinco horas, no dio precisiones, pero su cálculo parece obedecer a algunas acciones que realizaron los intrusos, como haber beber cierta cantidad de agua y otros detalles.

Las fuentes policiales que fueron consultadas por El Litoral no se explican cómo no se disparó la alarma, o cómo la empresa de vigilancia privada pasó este asunto por alto a pesar que, se supone, los locales protegidos son monitoreados en forma permanente.

Las mismas fuentes mostraron su extrañeza ante ese y otros aspectos como que el servicio de vigilancia sería el mismo que burlaron un año atrás los ladrones que en esa misma manzana céntrica abrieron un boquete en un negocio de calle Salta y robaron después en la Bolsa de Comercio.

Esas fuentes recordaron el cuantioso robo que, como si fuera un calco del denunciado ayer, se produjo -a no más de treinta metros- en perjuicio de Joyería Cristina varios años atrás. Es decir que esos tres episodios delictivos atribuidos a una presunta banda de boqueteros tuvieron características idénticas, además de otras coincidencias como que ni ni uno ni otro fue aclarado todavía.