Israilevich y Weisheim están allá; Mosset se volvió
Los chicos de la guerra en Israel
No hace falta explicar por qué a Guillermo Israilevich lo apodaron "Corto" cuando se inició en las inferiores de Unión. "A través de El Litoral le mando saludo a todos los chicos del plantel, en especial a Zapata", comenta desde Israel. Foto: Luis Cetraro. 

Son tres ex jugadores de Unión. El "Corto" está ahora a salvo en Tel Aviv donde fue "mudado" su actual equipo, el Hapoel Kfar Saba. El "Gringo" quedó incomunicado en la peor zona: juega en el Hapoel Haifa. El "Tato" se volvió del Hacoaj Ramat Gan por miedo a la guerra.

Darío Pignata[email protected]

Aunque pasaron cinco años desde que se fue, Guillermo Israilevich sigue teniendo más cosas de "Corto" que de grande. Hoy, este habilidoso petisito santafesino está en pleno conflicto de Oriente Medio. Ahora, desde hace un puñado de días, un poco más tranquilo. Macabi Haifa, su club de origen que fue el que le compró en su momento la ficha a Unión, lo acaba de prestar al Hapoel Kfar Saba, con lo cual acaba de abandonar la ciudad de Haifa, epicentro de la zona de fuego. Allí, en Haifa, es costumbre escuchar la alarma que hace sonar el Ejército de Israel cada vez que ataca la milicia radical chiíta Hezbolah.

Conectado a sus familiares en Santa Fe vía telefónica y también gracias a ellitoral.com ("me meto una vez por semana y me entero de todo", comenta el "Corto"), transmite las palabras mágicas: "Ahora puedo decir que estoy tranquilo". De todos modos, en el momento de mayor tensión le pidió al manager del club que su esposa Marisol, el pequeño Alan (su hijo de 2 añitos) y su hermano Gabriel (estaba jugando en las inferiores del club donde estaba Guillermo) se puedan escapar a la Argentina.

Cronista de guerra

Buscando casa en Kfar Saba, Guillermo Israilevich atendió a El Litoral y comentó sus vivencias. Este santafesino de 23 años -cumple los 24 el 10 de septiembre- hace cinco años que vive en Israel, hizo allá el Ejército Militar y hasta adoptó la doble ciudadanía.

-¿Cómo estás "Corto"?-Ahora bien, pero la pasamos mal. Acá, en Tel Aviv, parece otro país. Vengo de la playa, lleno de gente y estoy buscando casa. Es, junto a Jerusalén, lo más seguro del país. -¿Qué zona, donde se juega fútbol, está realmente complicada en Israel?.-Donde estaba yo hasta hace algunos días: la ciudad de Haifa. Incluso, la radio y la TV nacional insisten mucho para que la gente evite ir a Haifa y algunos lugares más cercanos. Pero la guerra no entiende razones. Nosotros, antes, vivimos también en Nazaret, una ciudad complicada, porque la mitad es árabe y la otra mitad es judía. Sin embargo, los misiles cayeron todos en la parte árabe y los muertos fueron árabes. En esos lugares, nadie está seguro. -¿A qué se aferra la gente cuando aparecen los misiles?-Acá en Israel existe una ley que por obligación cada casa tiene que tener un refugio, que viene a ser algo así como "una piecita reforzada que tiene un material especial que el misil no logra romper" e incluso en algunas ciudades hay refugios públicos o comunitarios cada 100 metros. Fijate cómo son las cosas: los árabes que viven acá nunca lo hicieron al refugio en sus respectivas casas porque pensaban que jamás los iban a atacar y ahora son los que sufren los mayores daños. -¿Qué costo pagaron por aferrarse a esa creencia y no construir el famoso "refugio"?-Para que tengan una idea, el 60 por ciento de los civiles que murieron en Israel desde que arrancó el conflicto son árabes. -¿Te quedó algo en Haifa, "Corto"?-Lo primero que dejé en Haifa fue miedo...Por eso ahora en Santa Fe están tranquilos sabiendo que estoy en Tel Aviv y acá la vida es normal. En Haifa tengo mi casa, con muebles, ropas, electrodomésticos y dejé todas mis cosas. Pero lo material no cuenta. Ahora mismo, estoy por irme a un shopping a comprarme algo de ropa, porque todo lo que tengo puesto me lo da el club y es pilcha deportiva para entrenar o concentrar.

El miedo tan temido

"Estoy al tanto de todo lo que pasa en Unión...Bah, y de Colón también a la distancia. Mandale un abrazo a Zapatita, porque con él nos hicimos muy compinches", recuerda el "Corto".

-¿Hasta qué extremo real estuviste en peligro?-Cuando pasó lo que voy a contar, el miedo fue total. Estábamos en Haifa, entrenando y escuchamos un ruido que no era habitual. Nos dimos cuenta que no era lo de siempre: el Ejército entrenando. Se paró la práctica, porque nos avisaron que estaban bombardeando los barcos. Estaban tirando misiles y cada uno se fue, desesperado, a su casa así como estábamos, en pantalones cortos, botines, transpirados. -¿Qué te generó mayor miedo?-No saber, en esos minutos, qué le pasaba a mi mujer y a mi pequeño hijo. Acá en Israel pasa algo: "Cuando hay atentados, automáticamente se cierran todos los teléfonos para que los supuestos terroristas no se comuniquen entre ellos". Era desesperante, porque el celular no andaba. Iba en el auto, seguía sonando el ruido de la sirena y se escuchaban los misiles cada vez más cerca. No me importaban los semáforos en rojo, sólo quería llegar a mi casa. -¿Qué tan cerca explotaban los misiles en Haifa?-Uno nunca sabe. Ellos, los del Hezbolah, usan unos que se llaman "Katiuza" o algo así. No te puedo decir cómo se escribe el nombre, porque lo leí en hebreo. Son chiquititos y no traspasan paredes, porque no tienen mucha fuerza. Pero si agarra un blanco móvil en la calle, fuiste. Ese misil, 30 segundos antes de caer, avisa con un ruido tipo chillido. Nunca en mi vida pasé un miedo como ése día. El viaje se me hizo interminable. -¿Cómo siguió todo, "Corto"?-Nuestra casa en Haifa es un departamento de un edificio ubicado en una montaña alta. Vivo en el noveno piso. Cuando llego, habían caído tres misiles. De allí se divisa el Mediterráneo y yo veía tres capas de humo negro en el cielo. No puedo calcular en metros, pero los misiles caían cerca porque en Haifa hay una base naval muy grande. -¿Y tu familia?-Mi mujer Marisol, desesperada, buscó los pasaportes, agarró el nene y se fue al refugio comunitario que tiene el edificio en la parte baja. Al otro día, obviamente, hablé con el manager del club y los mandé para Argentina. Mi esposa me contó después que el vuelo de Air Madrid iba lleno de argentinos que volvían. -Hablame de las secuelas...-Mi esposa en Argentina necesitó de la ayuda profesional de un sicólogo y aunque no hubo daños físicos afortunadamente, la parte mental te jode, porque la cabeza sigue dando vueltas. -Hay jugadores argentinos, como Roberto Colautti que está en la misma ciudad de Haifa, que opinan que "vivir en Argentina es peor que esta guerra por la inseguridad"...-Respeto todas las opiniones, pero son cosas distintas y pienso que no se puede comparar. Porque de última para los robos en Argentina te preparás, tomás recaudos, sabés dónde no ir. Pero acá nadie te avisa nada: vuelan los misiles y listo. Roberto (por Colautti) se casó acá, se nacionalizó y esta semana debuta con la Selección de Israel. El tiene otra visión. -La última: ¿por qué te quedaste, "Corto"? -Porque en este país conseguí la seguridad laboral que no tenía en Argentina, porque es mi forma de ganarme la vida jugando al fútbol y porque después de este año a préstamo en el Hapoel Kfar Saba, el pase será mío, ya que se cumplen los cinco años desde que Unión me vendió a Israel. -¿Y en cuanto al miedo de morir?-Acá en Tel Aviv y encerrado en un hotel Sheraton de cinco estrellas, no corro ningún riesgo de nada. En esta ciudad, si no es por la TV, la radio o las pancartas callejeras, la guerra no existe. Mi familia en Santa Fe sabe perfectamente que acá estoy seguro.

Los otros argentinos

Además de los dos jugadores ex Unión que están en Israel (Weisheim en el Hapoel Haifa e Israeilevich en el Hapoel Kfar Saba) y la mención de Mosset que se volvió (estaba fichado en el Hacoaj Ramat Gan), los otros futbolistas argentinos en Israel son: Roberto Colautti (Macabi Haifa), Jonathan Tenenbaum (Hapoel Raanana), Carlos Chacana y Nicolás Valensi (Hapoel Ramat Gan), Luciano De Bruno y Javier Páez (Hapoel Tel Aviv) y Ezequiel Yusin (en el Hapoel Ashkelon).

Al listado de jugadores hay que agregar a Osvaldo Ardiles, ex campeón del mundo en 1978, que está dirigiendo al Beitar Jerusalén. Y en cuanto a otros extranjeros conocidos, se debe mencionar a los chilenos Rafael Olarra -ex Independiente- que está en el Macabi Haifa y Milovan Mirosevic que fue dirigido por Ardiles en Racing, quien lo llevó al Beitar de Jerusalén.