Con un récord mundial
Beijing hace un ensayo en vivo y en directo
Comenzó el XI Mundial Junior de Atletismo, que nos ocupa a los santafesinos, por la presencia de Germán Chiaraviglio, que buscará la clasificación el jueves. Los medios periodísticos se sienten atraídos por ver como funcionan los chinos de cara a los Juegos Olímpicos 2008.

Fabiana García(Enviada especial a Beijing)

Finaliza el día en Beijing con un calor agobiante y la espera de la ceremonia inaugural que anunciaron será espectacular, mientras en un extremo del estadio, la cordobesa Rocío Comba luchó en la final de lanzamiento de bala donde quedó en el octavo puesto con un registro de 15 metros 55 centímetros.

La ganadora fue la holandesa Melissa Boekeleman con 17 metros 66 centímetros; seguida por la Alemana Denise Henrichs con 17.35 y la rusa Irina Tarasova con 17.11.

La atleta de Río Tercero por la mañana se clasificó cuarta en su serie y accedió a la final con un registro de 15.56 metros.

Comba, quien tenía una mejor marca personal de 16.59, se sintió feliz de llegar a la final y quedar octava entre las doce que tuvieron ese privilegio.

Ahora la cordobesa participará en lanzamiento del disco, el viernes próximo, prueba en la que también tiene expectativas.

También hubo otra actuación argentina, la del salteño Nicolás Piorno, en una de las ocho series de los 100 metros llanos, con una marca de 10 segundos 82 centésimas, que no le permitió acceder a las rondas siguientes.

Primer récord mundial

La jornada matutina superó de entrada todas las expectativas, cuando el estonio Margus Hunt estableció en el primer tiro de la clasificación, un nuevo récord mundial junior de lanzamiento de disco, con un registro de 66 metros 35 centímetros, con el implemento de 1.750 kilogramos.

"Honestamente esperaba el récord en la final; no me imaginaba que lo iba a hacer hoy y en el primer tiro...", dijo el estonio, que superó ampliamente la marca de corte en 56 metros 55 centímetros, razón por la cual "sin transpirar" se fue a vestuarios con la clasificación y el récord mundial en el bolsillo.

Ornamentación

La jornada de hoy fue absolutamente contrastante con la de ayer con las impresiones que dejó, ya que el sol brilló con fuerza y se vió el cielo azul que tanto desean los chinos, porque se sienten de este modo libres de polución. Aunque es impresionante ver cómo, cuando transcurre el día, se va tiñiendo para volverse grisáceo.

Sin embargo los chinos todo lo embellecen y lo adornan: hoy arrancó la competencia en un marco muy colorido, ya que ornamentaron todo con globos de colores, mascotas inflables y más flores. Pero sin duda lo que produce el impacto en estas competencias es la diversidad de atletas, de distintas razas, contexturas y leguajes que caminan por el mismo lugar o que comparten la misma prueba. Una mezcla única, sólo comparable y superada por los Juegos Olímpicos.

También ocupan aquí un rol determinante los miles de voluntarios que se desviven para que todos puedan estar bien atendidos, tienen una admirable voluntad de servicio y amabilidad y están muy concientizados de que todo tiene que salir perfecto. Nadie duda a esta altura que ensayan para los Juegos Olímpicos.

Las estrellas de hoy

tuvieron su paso por los Mundiales Juniors de atletismo, lo cual significó un gran aliciente para que este evento alcance cada más relevancia, siendo en Beijing su punto máximo de cobertura periodística.

Precisamente, la principal figura del atletismo chino, el vallista Liu Xiang, quien superó recientemente el récord mundial de los 110 con vallas, fue finalista en el Mundial Junior de Chile 2000.

Pero no es el único: también fueron medallistas la garrochista Yelena Isinvayeba, Carolina Kluft, la cubana Osleidys Menéndez y las velocistas Lauryn Williams y Verónica Campbell, quienes hoy ya poseen medallas olímpicas y mundiales.

Diario de viaje

China nos recibió con una pegajosa humedad y sofocante temperatura; pero en poco tiempo se transformó en una lluviosa tarde que presentó la calma que suelen tener estos días en todas partes del mundo. Inclusive aquí, en Beijing, ciudad de millones de habitantes, en la que aún no hemos descubierto el caos de tránsito que, dicen, existe.

La máxima seguridad de los aeropuertos trajo aparejado que se redujera al mínimo lo relacionado a la higiene personal, porque desde Ezeiza primó la orden de sacar del equipaje de mano todo lo que fuera líquido y sus derivados.

Pese a ello, en los aeropuertos que atravesamos había calma, aunque casi todos los vuelos, por los controles, salían demorados; debiendo señalarse que el viaje de Buenos Aires a Beijing transcurrió en unas 35 horas.

Volviendo a Beijing, el lujoso aeropuerto impacta, al igual que el orden y agilidad de los trámites aduaneros; además que hubiera alguien esperando de la organización del certamen.