La primavera promete alivios
Los suelos en la larga espera de las lluvias
La interrupción temprana de las lluvias de otoño y el cálido invierno consumieron la humedad de los suelos. Tanto el Atlántico como el Pacífico normalizaron sus temperaturas en las costas continentales y proponen lluvias de valores normales en primavera, aunque los suelos tardarán en recuperarse. El norte santafesino, entre las zonas más afectadas. El invierno se iría entre cálidas jornadas, heladas esporádicas y granizos latentes.

El ingeniero Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, atribuyó a la "temprana interrupción de las lluvias de otoño y al invierno cálido", que acelera el consumo de humedad en los suelos la actual situación que padece buena parte de las tierras productivas del país. Pero pronosticó que la situación se normalizaría en la primavera.

"El problema este año fue que las lluvias se cortaron temprano, a mediados de otoño, y ésa es el agua que está faltando. En abril y mayo hubo un episodio de La Niña bastante fuerte y, al mismo tiempo, se enfrió el Atlántico. Eso cortó las lluvias de otoño y el invierno viene siendo normal, apenas por debajo de niveles habituales para esta época del año", explicó.

"Sin embargo -aclaró-, lo que se nota ahora son las lluvias que nos faltaron en otoño. Y, además, el invierno ha sido muy cálido; en promedio, 4 grados por encima de lo normal", lo que acelera el consumo de humedad de los suelos.

El titular de la Fundación Climagro explicó que "el panorama de invierno seguiría con olas de calor interrumpidas con heladas intensas y lluvias de tipo invernal, que son más bien escasas, lo cual apunta a la disminución de reservas hídricas.

"Ello -añadió- se suma a la posibilidad de tormentas severas. Sobre la Patagonia, los vientos del oeste están muy acelerados y llegan con mucha violencia. Eso es lo que provoca los episodios de granizada", explicitó. E insistió en que "es bastante probable que siga habiendo episodios de esa naturaleza".

Lenta recuperación

Aclaró Sierra que "ahora estamos en situación neutral" en los océanos, por lo que estimó que "las lluvias de primavera deberían ser normales. Sin embargo, aunque empiece a llover bien, el perfil del suelo va tardar en recuperar la humedad. Va a costar un poco recuperar esa situación.

"Ése es el riesgo que hay: empezar la primavera con reservas hídricas escasas y luego, hasta que las cosas se normalizan, podría pasar octubre. Esto depende mucho de cómo haya cuidado la gente el agua", señaló.

Consultado sobre las zonas afectadas por la sequía, apuntó que "Santa Fe (ciudad) está entre los privilegiados. La Mesopotamia está bien, así como el centro y el sur del territorio de la provincia de Santa Fe y todo lo que sería el centro y el este de Buenos Aires, así como el extremo sur de esa provincia".

En cambio, señaló que " en el este del Chaco, norte de Santa Fe, centro de Córdoba y oeste de Buenos Aires hay principio de sequía. Más al oeste de esta línea hay sequía, incluso en el norte de Córdoba, San Luis, La Pampa y Chaco".

Consultado sobre el impacto de la situación en el plano productivo, Sierra apuntó un "mal arranque para los trigos y estragos en la ganadería".

El calor mejora la cotización de los commodities

Los precios de las commodities (materias primas) siguen con fuertes oscilaciones pero esta vez ni China ni India son la razón del nuevo round de volatilidad sino los cambios climáticos, según un estudio de Walter Molano, economista jefe de la firma estadounidense BCP Securities.

Para comenzar, el precio de los energéticos se incrementó a causa de las altas temperaturas en el hemisferio norte que hizo subir la demanda de electricidad. "Los hogares y negocios están renovando sus acondicionadores de aire y sus sistemas de refrigeración, poniendo una gran presión a las redes eléctricas", asegura el analista.

Otras partes del mundo también se vieron afectadas por los anormales patrones climáticos, que están teniendo incidencia en la producción de energía. Por ejemplo, en el cono sur de América latina se está reduciendo la producción hidroeléctrica.

El río Paraná presenta un nivel de agua tan bajo que está reduciendo la producción de las plantas hidroeléctricas Itaipú y Yacyretá. Esto está forzando a que los distribuidores de electricidad viren hacia métodos de producción termales, tales como generadores a gas o carbón.

Además, la ola de calor está generando una presión alcista en el precio de los granos. Molano afirma que "los agrónomos en Europa, América latina y partes de los Estados Unidos están reduciendo estimaciones para la cosecha de este año".

"Esto está forzando a los productores del alimento y a destiladores del etanol a competir para una fuente reducida de granos", agrega. Así, la suba reciente en los precios del grano y las excelentes perspectivas para los productos agrícolas, a criterio de Molano, hace casi imposible creer que la Ronda de Doha haya fallado porque los representantes comerciales no podían hacer concesiones en subsidios agrícolas.

La hora de la verdad

Sierra explicó que en términos climatológicos el ciclo dura 100 años y que dentro de él se dan fases. "Va a ser muy importante el otoño que viene; si llueve bien y se borra esta memoria de la sequía, sería pasajera aunque larga. Si en el otoño que viene vuelven a cortarse las lluvias temprano, decididamente estaríamos entrando en una fase seca". El año climatológico va de abril a marzo (termina antes que la campaña agrícola) y lo que marca el inicio es la primavera del hemisferio norte. Las religiones mediterráneas y otras etnias de la historia realizaban sus ritos propiciatorios a esa altura del año. "Si el año climático 2006-2007 termina dejando las cosas bien, volvemos a la época de oro de los 25 años buenos, entre las décadas de los 80' y los 90", concluyó Sierra.

Ignacio Hintermeister