Un cruce de disciplinas

La segunda edición de "Pecha Kucha Night", una novedosa propuesta que cruza a artistas de distintas disciplinas y los convierte en oradores durante una secuencia predeterminada de tiempo, se realizará el próximo 3 de octubre en el Ciudad Cultural Konex con la participación del arquitecto Clorindo Testa, del humorista gráfico Santiago Liniers y de la agrupación artística Mondongo, entre otros.

El evento se realizó por primera vez en Tokio en el 2003, bajo la iniciativa de los arquitectos ingleses Astrid Klein y Mark Dytham, y ya tiene versiones en las principales ciudades del mundo, como Sydney, Adelaide, Amsterdam, Beijing, Berlín, Berna, Glasgow, Londres, Los Angeles, Melbourne, Miami, París, Praga, Oslo, Rotterdam, San Francisco, Shanghai, Estocolmo y Viena.

La edición argentina corre por cuenta de May Groppo, una joven investigadora de tendencias que, apenas conoció la experiencia, se contactó con los creadores y decidió poner a prueba el formato con creadores argentinos.

"Me dedico a investigar eventos culturales, movimientos sociales y asociaciones de marca que se hacen en varias partes del mundo y, desde hace un tiempo, con un grupo de artistas y diseñadores empezamos a detectar que no había en la Argentina ninguna iniciativa que apuntara a la vinculación de diferentes áreas artísticas", relató Groppo en diálogo con Télam.

"Tenía el proyecto de armar un proyecto interdisciplinario en Buenos Aires y, casualmente, a principios de año encontré que, en una web de Tokio, dos arquitectos ingleses contaban que habían decidido armar un evento multicultural con un formato muy específico. A partir de eso, me puse en contacto con ellos y empecé a pensar en la posibilidad de implantar el formato acá", aseguró la organizadora de la versión autóctona.

La modalidad de "Pecha Kucha Night", que significa "el ruido de la conversación" en japonés, es simple: doce oradores especialmente seleccionados y referentes de las diferentes disciplinas artísticas (arquitectos, artistas, diseñadores), tienen sólo 6,40 minutos y 20 imágenes para exponer una idea.

Así, una detrás de otra se van sucediendo las exposiciones y la audiencia experimenta una increíble diversidad de presentaciones de diferentes disciplinas en un breve período de tiempo. Al finalizar las presentaciones, el evento se transforma en espacio de interacción que busca promover la comunión entre innovadores con diversos perfiles creativos.

"La idea de Klein y Dytham fue en principio experimentar con una serie de amigos que, en su mayoría, se dedicaban al arte o a la publicidad. Los creativos en general pueden tardar horas en contar una idea, así que el desafío fue establecer una pauta específica con un límite de tiempo y de imágenes para que cada participante expusiera sobre un tema determinado", señaló Groppo.