"El tigre y la nieve"
El mundo según Benigni

Juan Ignacio Novak

La construcción del mundo que el actor y realizador italiano Roberto Benigni propone al espectador tiene una lógica propia. Allí, la poesía, el amor y la imaginación superan males como la guerra y la muerte. Es un autor que trabaja bien la combinación de comedia y melodrama, pero se deja llevar por el sentimentalismo fácil. Bajo estas premisas, rodó en 1997 un filme que pisó fuerte en las taquillas, y que se tituló "La vida es bella". Sin ideas novedosas, pero con una dosificada utilización del melodrama y unas cuantas pinceladas de comedia, hilvanó una notable fábula sobre el amor en condiciones tan adversas como la Segunda Guerra Mundial.

Casi una década después, el italiano retoma las mismas líneas argumentales, para volver a descubrirnos su versión esperanzada y poética de la condición humana. Sólo que esta vez cambia el escenario, y traslada la acción a la guerra de Irak. La trama se sitúa en el año 2003, en el momento en que los ataques sobre Bagdad son inminentes. La historia toma como eje a un personaje llamado Attilio, poeta y profesor universitario de poesía. Es un típico personaje de esos que sabe bosquejar Benigni, con brochazos bufonescos y caricaturescos, que vive abstraído entre los libros de sus poetas preferidos, componiendo versos sobre los elementos cotidianos, y soñando despierto. Tiene una cierta fama en los círculos literarios, por un libro de su autoría, que se llama "El tigre y la nieve", que da título al filme. Su vida se alterna entre la poesía, y sus intentos de seducir a una mujer a la que ama, aún pese a la resuelta oposición de ella. Aquí cabe una voluntaria elipsis, para no revelar los giros de la trama; sólo es necesario consignar que Attilio, el pacífico y despreocupado poeta, termina en Bagdad, en plena guerra, para salvar a su amada.>

En un decir, Roberto Benigni, repite fórmulas utilizadas en su multipremiada "La vida es bella": un conflicto bélico de fondo, para narrar una historia de alto contenido humano y emotivo. Los paralelismos son claros: un hombre simple, con nobles aspiraciones, se arriesga para proteger a sus seres amados en medio de un espacio que se derrumba.>

Acordes y discordancias

En el plano actoral, se perciben ciertas disonancias. En su composición, el actor italiano da rienda suelta a su habitual -y muchas veces demasiado excesivo- histrionismo, para crear un personaje con registros notablemente similares al que protagonizara en su filme anterior. Pese al notable talento para la comedia, la constante exageración a la que apela el actor hace que se torne en ocasiones poco creíble. Tampoco es convincente el personaje de Jean Reno, poco acostumbrado a este tipo de personaje, lo que lo hace ciertamente lineal y con muy pocos matices en contraste con Benigni. Por su parte, Nicoleta Braschi repite casi con exactitud los personajes realizados a lo largo de su filmografía, sin buscarle tonalidades.

Los aciertos del filme habría que buscarlos en otra parte. En la seductora música de Nicola Piovani, quien fuera colaborador del gran Federico Fellini en su última etapa. O en el brillante trabajo de fotografía que sugiere un claro contraste entre los momentos adversos y bellos de la historia. Y una mención aparte merece el tema musical "No puedes detener la primavera", de Tom Waits, que se interpreta a sí mismo, y está presente en los sueños -con tintes surrealistas- que el personaje de Benigni tiene a lo largo del filme.>

"El tigre y la nieve"

(Italia, 2005); dirección: Roberto Benigni; intérpretes: Roberto Benigni, Nicoleta Braschi, Jean Reno, Tom Waits, Emilia Fox, Gianfranco Varetto, Giuseppe Battiston, Lucia Poli, Chiara Pirri, Anna Pirri, Andrea Renzi; guión: Roberto Benigni y Vincenzo Cerami; producción: Nicoleta Braschi; música: Nicola Piovani; fotografía: Fabio Cianchetti; montaje: Massimo Fiocchi.

diseño de producción: Maurizio Sabatini; vestuario: Louise Stjernsward.>