Tercer debate televisivo por la segunda vuelta en las presidenciales brasileñas
Lula-Alckmin cruzaron ataques
El presidente brasileño y su adversario Geraldo Alckmin centralizaron anoche su tercer debate previo a la segunda vuelta electoral del domingo en Brasil, nuevamente en los escándalos de corrupción y en las posibilidades de crecimiento del país.

AFP-EFE

Lula da Silva, que reiteró el uso de la ironía para desmerecer los datos aportados por su rival, y Alckmin, quien otra vez cuestionó agresivamente la ética del presidente, se enfrentaron en una dura polémica promovida por la red Record de televisión, vestidos ambos de traje oscuro, camisa blanca y corbata roja.

"El actual gobierno está parado en la economía y acelerado en los escándalos", atacó Alckmin al inicio de más de dos horas de debate, a lo que Lula respondió que "no hay denuncia (de corrupción) que no se investigue en mi gobierno (...) afecte a quien afecte".>

Las acusaciones sobre los múltiples escándalos que afectaron al Partido de los Trabajadores (PT) y al gobierno de Lula desde el año pasado, por un lado, y las críticas a la anterior gestión socialdemócrata, hicieron que el pasado estuviese en la discusión más presente que el futuro.>

El socialdemócrata sostuvo que "Brasil se está quedando atrás, no es posible encontrar que es normal que Argentina crezca más que Brasil", mientras que el actual presidente reconoció que "la economía crece poco, me gustaría que creciera más, pero la pobreza (durante su mandato) disminuyó un 19 %".>

El Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil creció 2,3 % en 2005 y para 2006 el mercado prevé un crecimiento de 3 %, contra 3,5 % que proyecta el Banco Central y más de 4 % el gobierno.>

Alckmin lamentó que por segundo año la evolución de la economía de Brasil será en 2006 la penúltima en América Latina, pero el presidente destacó que su gobierno demostró "que es posible crecer con distribución de renta".>

Para mostrar que el ambiente de la economía brasileña no es propicio para los inversiones, Alckmin señaló a Lula que "hasta su propio compañero de fórmula (el empresario y vicepresidente José Alencar) está pensando construir una fábrica en China".>

"Injusticia"

El actual jefe de Estado replicó que "la economía brasileña está lejos de ser perfecta, pero es una injusticia no decir que ellos (los socialdemócratas, en el gobierno anterior) quebraron el país dos veces, y sólo en un día salieron (reservas por) 10.000 millones de dólares".

En la mayoría de los temas discutidos, como salud, educación y agricultura, los argumentos de ambos se concentraron en analizar los hechos pasados (durante el actual mandato, en el gobierno de Alckmin en San Pablo o en la presidencia del socialdemócrata Enrique Cardoso, (de 1995 a 2002), más que en ofrecer propuestas para el futuro.>

Al ser consultado sobre cuál era la característica que podía elogiar en su rival, Lula contestó que "yo veía más virtudes en Alckmin antes de comenzar los debates (...) era un hombre altamente civilizado, pero no sé que pasó, ahora está muy nervioso".>

No obstante indicó que "terminada esta campaña seremos dos brasileños con potencial para ayudar al país".>

Alckmin, por su parte, cuando el propio Lula preguntó cuáles serían los cortes que realizaría en los gastos del gobierno, dijo que los haría "primero en la corrupción", que según un estudio de la Fundación Getulio Vargas generaba pérdidas de 3.500 millones de reales (unos 1.700 millones de dólares).>

Exportaciones

En política exterior, Lula destacó el aumento de las exportaciones a todas las regiones del mundo, mientras el ex gobernador paulista aseguró que "priorizaría los intereses nacionales a las cuestiones ideológicas".

Al final del debate, Lula -a quien las encuestas dan más de 20 puntos porcentuales en las intenciones de votos válidos sobre Alckmin- sostuvo que participó de un debate "civilizado" y que salía "satisfecho" de la confrontación con su competidor en la carrera presidencial.>

El ex gobernador de San Pablo, en tanto, quien relativizó los datos de las encuestas, entendió que en la discusión demostró "que Brasil puede más" y argumentó que "quien queda con el farol hacia el pasado no puede apuntar hacia el futuro". Fue un buen debate "ético y programático", concluyó.>