-Quizá no se vea el problema étnico, del racismo, en este país. Pero se observa una situación de diferenciación, y el problema se basa en lo económico. Surgen, por ejemplo, los barrios privados o countries. ¿Qué lectura se puede hacer al respecto?-Ése es un problema que en todo el mundo sí está: el de la inseguridad. Es una cuestión común a Estados Unidos, a Canadá en menor medida y al último país del continente. Europa se ha desarrollado en lo que se llama el Estado de bienestar, que ha hecho de colchón, de puente, que ha amortiguado las diferenciaciones. Aunque allí ahora también está en crisis el Estado de bienestar; pero conocemos esa instancia y eso ha atemperado las diferencias. Creo que ustedes pueden aprender eso de nosotros: una sociedad puede crecer económicamente como la americana, ustedes aquí pueden ser cada vez más ricos, pero, si mantienen la bolsa de pobreza extrema, la sociedad nunca va a ser justa, ni ética.
-Se observa un desarrollo económico en el país desde la asunción del presidente Néstor Kirchner. Lo que no varía es el desequilibrio existente entre una clase poderosa que cada vez tiene más y una clase cada vez más excluida...-Eso lleva su tiempo. De acuerdo con la tesis que sostiene el socialismo de la tercera vía, vamos a crecer económicamente para distribuir la riqueza, excepto a los pobres. Pero eso siempre ocurre cuando el factor político busca un cierto equilibrio, cuando trata de distribuir las ganancias y de crear políticas de impuestos, de redistribución. El Estado todavía puede tener un papel en esto: tiene que rever la estructura política y social. Y en la Argentina debe haber una estructura política sensible a ese tema, que supongo que la habrá, así como una sociedad también sensible a esto. Una clase media que no sólo esté preocupada de su futuro, que puede ser más o menos temible, sino también por el futuro de los más pobres, que es todavía peor.
LA CULTURA COMO CULTO
-¿Se debe hablar de "culturas" y no de "cultura"?
-Es un tema muy difícil. Los sociólogos y antropólogos tenemos un debate muy largo en el tiempo. Pero hay una cuestión básica: puedes hablar de plátanos porque tienes la idea de lo que es un plátano. Si no existiera un plátano, no podrías hablar de ellos en plural. Es un problema filosófico nominalista. Los debates nominalistas son muy peligrosos. Yo diría que se necesitan la una a la otra: la cultura requiere de la diversidad de las culturas. No existe ninguna cultura en el planeta que no sea una suma de culturas.>
-Es un concepto que ha ido variando en la Historia. Hasta el siglo XV estaba relacionado con el cultivo de la tierra; luego, apareció como una cuestión interior, referida al cultivo del espíritu. Más tarde, se convirtió en una característica distintiva que, de alguna manera, atribuía cierto status. Hoy en día, ¿a qué lo podríamos asociar?-Hay un autor que se llama Gustavo Bueno, quien ha dicho que el concepto de cultura es polisémico. Todo ya es cultura y tiene múltiples significados: hablamos de cultura del deporte, del juego, política, constructiva. Se ha ampliado tanto el concepto que nos es difícil definirlo. Lo que hoy lo explica muy bien es la fragmentación, la ruptura, la imposibilidad de definir la unidad entre las culturas y, más bien, la apreciación de que lo que se privilegian son las divergencias culturales. Entonces, para intentar definirlo, tenemos el choque de civilizaciones, o bien, el diálogo de civilizaciones. Y esa cuestión es la que hay que resolver.
-Pensando en el escenario mundial, en esta guerra de Occidente y Oriente, ¿qué papel juega la religión?-La idea de que el mundo es un conflicto es muy vieja. Al menos, así pensaban los griegos, San Agustín o Marx. Pero la concepción de que la civilización puede ser un diálogo y no un conflicto también es una idea antigua. Con el paso del tiempo, el concepto de cultura fue adquiriendo mayor importancia. Para Marx, la cultura jugaba un papel muy pequeño y era la economía el factor fundamental para comprender la lucha de clases sociales. Sin embargo, en los últimos años asistimos a procesos en los que la cultura está adoptando posiciones con más protagonismo. En lo económico tiene un papel fundamental: el turismo, los parques de paseos, los medios de comunicación, el cine, la música, los libros. Son grandes emporios económicos y son emporios de cultura. La cultura se ha solapado con la economía.Es cada vez más oportuna la cultura para comprender los conflictos. No sólo el dinero, la economía, la lucha por el petróleo, sino también las luchas tribales, étnicas o religiosas son las que definen estas situaciones. El componente religioso en la lucha Islam contra Occidente, en este momento, es fundamental. Pero no sólo el religioso, sino la base civilizadora, la base cultural esencial de Occidente contra la del mundo musulmán, y las posiciones fundamentalistas de ambos. Los más ortodoxos occidentales defienden una cultura muy cerrada, poco dada a las aperturas, a las integraciones, a los intercambios. Y los más cerrados del mundo musulmán son dados a concebir su cultura como a través de la historia, sin posibilidad de evolución, sin necesidad de evolución. Ambas partes representan posturas fundamentalistas, y los fundamentalismos traen a la cultura no como un factor de diálogo, sino de conflicto.
TIEMPOS MODERNOS
-Hablando de socialización, ¿cómo catalogaría el rol que tiene Internet hoy?
-Un papel muy importante. Internet es un fenómeno muy curioso: lo creó el ejército americano para comunicarse. Teóricamente, partió de una idea jerárquica, cerrada. Sin embargo, hoy se ha convertido en algo libre y caótico. Pero no hay que olvidar que, de momento, todos los correos que circulan por el mundo, van a parar a una serie americana que es la que controla. Todavía hay un imperialismo de base. Pero, salvando esto, que es importante, Internet está ayudando en cuestiones sociales fundamentales. A veces, las manifestaciones se hacen espontáneamente vía Internet; en otras ocasiones, es un instrumento de comunicación, que hasta crea matrimonios. Es, en definitiva, una forma que nos afecta la vida cotidiana, que está generando formas de relaciones socialmente distintas, novedosas.>
-Ése es un debate muy profundo, porque el control rechazaría una de las ideologías, de las utopías de los padres de Internet, que es la libertad. Pero hay casos concretos como la pedofilia, la pederastia, que hay que controlar. El problema es quién controla. ¿Es el Estado? ¿El Estado y la sociedad civil? ¿Los internautas? Son problemas de muy difícil solución. En conclusión, diría que Internet tiene que mantener la máxima libertad posible, con controles mínimos, básicos. Tiene que generarse un debate social al respecto, profundo, conducente a que los gobiernos tomen políticas en tal sentido.