Al margen de la crónica
Soñar no cuesta nada

Algunos dicen que lo hacen despiertos y la mayoría lo usa para huir de la fatiga. Se habla del dorado y el eterno; pesado, extraño y en versión pesadilla; previo y consumado. Puede darse con movimientos oculares rápidos o sin ellos (REM o NREM). En muchas culturas creen en su valor profético, y otras tantas aseguran que en ellos se esconden mensajes cifrados que es necesario desentrañar. También se llamó así a cierto baile silencioso del siglo XVIII.

La acepción más interesante del sueño es la que indica que es la posibilidad realizarlo lo que hace interesante la vida. Y aquí no encontramos muchos ejemplos, pero que los hay los hay. Si seguimos en la línea de soltar definiciones, diríamos que un auténtico soñador es el que sueña lo imposible. El que experimenta en su interior una única verdad: la somera probabilidad de lograrlo es lo que da sentido a la existencia. >

A ése, el empedernido que se aferra con uñas y dientes a su fantasía, no le importan las calificaciones de loco, inocente, crédulo, iluso o bobo. Es sabido, los que no sueñan no aguantan que los que sueñan sueñen, y menos que logren sus sueños.>

No son pocos los que persistieron. Uno de entrega y servicio tuvo la Madre Teresa de Calcuta. El de Gandhi fue de liberación y paz. Martin Luther King abrazó los de igualdad y derechos. Y cientos de anónimos, todos los días, buscan el suyo: recibirse, trabajar, viajar, formar una familia... Ser feliz. Faulkner lazó un desafío aún mayor: "La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen".>

Los mejor viene cuando se vivencia y palpita el milagro del logro. Allí hasta lo más insignificante de la cotidianidad se vuelve mágico, la ilusión se hace eterna. Por eso, no perder la esperanza y seguir adelante, es una lucha que debe ser encarada diaria y tesoneramente.>

Claro que a veces aparece la decepción. Igual hay que entender que resistir en los sueños de imposibles, seguramente nos llevará a la mayor de las alegrías. Después de todo soñar no cuesta nada... Y a veces el sueño se cumple.>

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(*) Mario Benedetti, "No te salves".>