"Me interesa el teatro como enigma"

Juan Hessel nació en Esperanza y vive en Rosario, donde desarrolla su actividad teatral. Llegó a Santa Fe para presentar "Territorio falso". La obra es resultado de los entrenamientos para actores que realiza en la ciudad del sur. "Se trata de dos historias que no tienen nada en común", comienza su explicación.

"Comparten un mismo espacio, muy despojado, pero tienen dos formas de narración muy distintas. El actor es el que funda el espacio. La primera historia es fragmentada, en una atmósfera muy rara, de misterio. Son dos hermanas en un campo, hay una laguna, un puestero muy especial, ciertos relatos de abuelos de la Guerra del Paraguay y hay como una iniciación de una adolescente, con una carga sexual muy pesada. La otra es una narración totalmente lineal y clara, transparente. Yo la llamo sainete, porque hay otro registro de actuación", define.>

Para Hessel, la clave del espectáculo es que "no se sabe muy bien dónde empieza la primera historia y dónde comienza la segunda".>

"Me interesa esa ambigüedad, ese lugar de enigma. Ambiciono la idea de fantasma, de cuerpo, de que hay algo detrás, algo que no podés leer muy claramente".>

QUÉ BUENO QUE ACTUÁS

"Me interesa el teatro como enigma. No me gusta el teatro que cierra discursos, de una trasparencia casi perturbadora. Me gusta cierta oscuridad; esto de la actuación como lenguaje en sí mismo. Trabajo mucho desde el actor como productor de escrituras. Eso no quiere decir que él vaya a venir a escribirme el texto; pero sí que tenga conciencia de que produce lenguaje, más allá de que tiene que haber una anécdota, un conflicto literario.

"A la vez, el actor debe ser consciente de sus procedimientos actorales y de lo que produce. Yo trabajo desde lugares cero, no con improvisaciones, sino desde lugares huérfanos. Me interesa el actor con esa orfandad. Un actor parado frente a un público es una convención que no es natural. Parece una locura que una persona se pare frente a veinte personas; es un lugar de exposición casi terrible, más allá de que sea el mejor texto, la mejor puesta. Ese lugar casi pornográfico, no por lo sexual, sino porque es una exposición en la que ves todo. Y es tan traicionero...".>

"¿Qué no me gusta del teatro? Cuando leo algunas puestas que quieren decir algo y el cuerpo dice totalmente lo contrario", afirma.>

"Me siento huérfano y expuesto y no es un lugar de mucho placer. Mis últimos espectáculos, gracias a Dios duraron mucho en cartel. Y en cada función es lo mismo: esa cosa... Ay Dios... esa incertidumbre, ese misterio... Si hay un conocido mirando un espectáculo, después no lo saludo por dos meses. Queda un lugar de exposición muy marcado", asegura.>

"El teatro es adrenalina, vértigo, conciencia del fracaso y ambición, ideas. Si perdemos, perdemos por goleada. Y con alegría en el sentido de actuar. íQué bueno que actuás!: ése es el mensaje que intento transmitirles a los actores". >