SanCor, de Menem a Kirchner

En la Argentina de estos días se puede subsidiar una aerolínea privada cuyos trabajadores cortan avenidas importantes de Capital Federal. Pero una cooperativa emblemática que produce leche, a la que se le controlan los precios y se le impide exportar, no tiene el mismo trato.

¿Ameritaba SanCor un salvataje con intervención del gobierno nacional, o éste nunca debió incursionar en una aerolínea que terminó expuesta como correo internacional de la droga? Sólo la discrecionalidad de la Casa Rosada, que no confronta preguntas como ésta, puede responderlo.>

Lo cierto es que la cooperativa, la empresa láctea vital para la región y emblemática en el país, no puede subsistir con la deuda que contrajo en los '90, en dólares. Hoy no la puede pagar.>

Distinto es el caso de multinacionales que llegaron a la Argentina a prestar servicios públicos, sacaron ganancias en dólares durante la convertibilidad, se endeudaron en esa moneda con "autopréstamos" y se resguardaron con los tratados bilaterales de inversión que el Congreso argentino sancionó y que les permite ahora retirarse sin más y enjuiciar al país ante el cuestionable tribunal arbitral del Ciadi.>

La maniobra para el salvataje de SanCor era ineludible. ¿Quiénes son los socios de Soros, que se reunió con el presidente hace pocos meses en Nueva York? ¿Sabía Kirchner de las negociaciones? ¿Por qué el Banco Nación, como acreedor, jugó igual que los bancos privados?>

La industria alimenticia es el mejor negocio de la Argentina presente y futura. Lo sabe el gobierno que subsidia un dólar alto -una contraconvertibilidad que algún día también estallará- y que ahora observa, como si no tuviera nada que ver (¿no lo tiene?) cómo una industria y un tipo de organización auténticamente regional quedará en manos internacionales.>