"BAR CACHO" SE PRESENTA EN LA UNIDAD 2 DE LAS FLORES

Creando espacios de libertad

En escena. Cristóbal Sánchez, Leonardo Fernández, Luis Farías, Juan Rivolta, Ceferino Cervera, Oscar Leiva, Rubén Barnichea, Walter Peña y Juan López. Foto: NÉSTOR GALLEGOS. 

Nueve presos participan del grupo de teatro La Reja, que la semana pasada estrenó su obra. Será representada durante todo noviembre y la invitan a conocer. Walter Alemandi los dirige.

"Pónganle todo, pásenla bien, diviértanse, mírense mucho, hablen fuerte... mucha mierda", dice Walter Alemandi a los nueve actores que están a punto de estrenar la obra en la que trabajaron todo el año, "Bar Cacho".

El camino es largo hasta llegar al escenario, pero vale la pena. Después de repetir el nombre y documento de identidad según el número de rejas que se cruzan en el trayecto, se llega al espacio del teatro "La Reja", que es el nombre que le pusieron al grupo.>

Por fin se abren las puertas y el público pasa. Hay autoridades, compañeros, profesionales y medios, porque la invitación es para todos "los de afuera" como dicen, porque se presentará los martes y jueves de noviembre, "hay muchas ganas de compartir el producto logrado" expresan.>

Sobre el escenario hay un bar, el de Cacho (Cristóbal Sánchez), que es el primero que aparece. Sirve tragos, controla la caja, ordena el lugar, pero cada tanto sale de escena para dar detalles de su clientela. Después, pasan distintos tipos de buscavidas: el Tucu (Leonardo Fernández), el Mudo (Luis Farías), Toto (Juan Rivolta), Pipa (Ceferino Cervera), el doctor (Oscar Leiva), Jorge Racca (Rubén Barnichea), Rocko Santillón (Walter Peña) y Luciano Berreta (Juan López).>

"Bar Cacho" es una construcción colectiva, realizada a partir de improvisaciones, de experiencias personales, de la lectura de textos, y resuelta con humor. "A los tres meses de trabajo apareció el humor y empezamos a contar las cosas desde ahí", cuenta Alemandi, quien a partir de la presentación del proyecto "Teatro humano" y la disposición del Servicio Penitenciario trabaja, desde marzo, en la cárcel.>

EL ESPACIO

"Me sumé porque es una propuesta que no se puede rechazar. Los ofrecimientos dentro de un sistema penitenciario son pocos y sobre todo los de índole cultural, que creo que es imprescindible. Alguien se interesó por nosotros para brindarnos cosas, para que podamos expresar lo que sentimos, y demostrar simultáneamente que acá no sólo hay gente que ha delinquido sino que hay gente que tiene un interés genuino de integrarse y apostar a lo positivo" cuenta Juan.

Los martes y jueves de 9.30 a 13 se encuentran y construyen su espacio:"Son seis horas de libertad en la semana, donde charlamos, tomamos mates, aparecen las angustias, deseos de la vida cotidiana dentro de un penal y grupalmente podemos volcarlas, hacer catarsis, reír, llorar. Tienen ganas de decir muchas cosas", sostiene Alemandi, a quien el grupo considera un "maestro y amigo".>

"Él deja de hacer cosas afuera. Al estar en libertad, uno tiene muchas obligaciones y él las posterga para brindarnos el tiempo y su amistad, aprendimos en poco tiempo a sentirnos amigos", agrega Juan.>

Cada uno manifiesta su agradecimiento, grupal e individual, "si falta uno, no es grupo y eso es lo mejor de esto", menciona López.>

"Éramos doce -sigue- veníamos a la nada, sin conocer de teatro, y las clases que nos fue dando de hacer careta, de vocalización... parecía que no tenía sentido con nada y de a poco fuimos encajando. Me acuerdo de que el maestro dijo: inventen una canción y empiecen a caminar, y empezamos y quedó esto". >

"Salimos del ambiente carcelario y por eso nos sentimos libres, y para nosotros estamos en un teatro. Y tenemos libertad en cuanto a lo que decimos", agrega Luis.>

VOLVER A EMPEZAR

"Sé que algunos antes y otros después, nos vamos a encontrar a tomar alguna cerveza en algún bar de Santa Fe, en meses o años. El tiempo es a veces anecdótico. Creo que acá estamos trabajando sobre tiempos que los griegos definían como `kairológicos', los tiempos de la maduración, del espíritu, que son distintos a los tiempos del almanaque. Son otros tiempos los que se manejan acá adentro."

Llega el final de la obra, que sigue y con grandes aspiraciones: para el año que viene está previsto llevarla a otros muros: el de Vera, la cárcel de mujeres, la Colonia Penal de Recreo, la Unidad 3 de Rosario y Coronda.>

Los nueve, abrazados, miran al público y cantan "...Yo seguiré adelante atravesando miedos, sabe Dios que nunca es tarde para volver a empezar. Volver a empezar que no termina el juego... queda mucho por andar y que mañana será un día nuevo bajo el sol, volver a empezar...", el tema de Alejandro Lerner. Cristóbal acompaña con la guitarra.>

ANA LAURA FERTONANI