La obesidad, algo más que una enfermedad

Dr. José Carlos Carrera - Especialista en obesidad

La obesidad no es sólo la acumulación y aumento de la masa grasa en el cuerpo humano, es un estado metabólico mucho más complejo. Ésta es estudiada e investigada por un número creciente de profesionales y científicos de muchos países y de diversos orígenes. Y si bien aún se muere mucha gente en el mundo por falta de alimento y desnutrición, proporcionalmente estamos en presencia de una pandemia de esta enfermedad.

Desde épocas muy remotas se trató de ayudar al enfermo de obesidad con técnicas contra natura, desde atarles los dientes para que no pudiese abrir la boca (cerclaje oral) hasta intentar desviaciones complejas del viaje del bolo alimenticio (cirugía de derivación), pasando por técnicas de ocupación o disminución del volumen del estómago con dispositivos internos tipo balón o externos tipo echarpe gástrico, e incluso la mutilación parcial del estómago, sin dejar de lado los intentos de bloqueo de la absorción de nutrientes y las prácticas de dietas tremendamente restrictivas, actuando así como si fuera un objeto, sin tener en cuenta que nadie es gordo porque quiere, sino porque tiene una predisposición para serlo.>

No al reality show

El gordo no es un objeto, ni la obesidad es motivo de competición como para hacer con ella un reality show. Quienes consideramos que la obesidad es una enfermedad crónica e inflamatoria en donde hay un complejo desajuste neuro-endócrino-metabólico, la utilización de algunos fármacos puede llegar a ser útil, aunque hasta ahora no se ha podido sintetizar un producto que tenga los mínimos efectos colaterales y reacciones adversas posibles como para que sea utilizado por mucho tiempo.

Es por eso que siguen siendo los planes alimentarios las armas adecuadas para el control de la obesidad, siempre y cuando sean consensuados, equilibrados nutricionalmente, ajustados a los horarios de los pacientes y muchas cosas más.>

Pero el hilo no se corta aquí. Si tomamos al paciente como un todo, teniendo en cuenta que es una persona, esto es un ser bio-psico-social, las obesidades se hacen más complejas, ya que al hablar de lo bio (biológico), encerramos aquí lo concerniente a lo neuro-endócrino-metabólico, sin tener en cuenta que se trata de un ser humano con deseos, necesidades, demandas y disímiles situaciones emocionales que perturban su relación con los alimentos y el acto de comer (psicológico). Y ni hablemos de los millones de dólares que gastan las empresas en campañas publicitarias tratando de estimular el consumo de alimentos engordantes y lo poco que el Estado invierte para contrarrestar o equilibrar esta ecuación (social).>

Necesidad de una legislación

Promulgar una legislación que cubra los tratamiento de obesidad es algo muy serio y complejo porque el Estado debe hacer participar a los múltiples ministerios y secretarías que están involucrados en la temática, los que deberán actuar con responsabilidad y respeto, para que los pacientes no queden olvidados como los abuelos del Pami.

Juego de ejemplos y preguntas

Bromatología: ¿Se encuentra en condiciones operativas a nivel nacional, provincial y municipal desde el punto de vista técnico y con personal adiestrado? ¿Cuál será la respuesta del Ministerio de Economía cuando tenga que nombrar nuevos empleados y montar técnicamente los laboratorios?

Educación: ¿Los colegios cómo pueden educar a los alumnos para que éstos sepan elegir los alimentos menos engordantes? ¿Tienen el suficiente espacio físico para realizar una comida?>

Salud: ¿Cuántos profesionales lo suficientemente entrenados para contener a un paciente obeso en crisis e institutos equipados a tal fin debe haber? ¿Cuál será la actitud del Ministerio de Economía en cuanto a presupuesto para instalar centros en condiciones de prestar servicios a los pacientes con esta patología?>

Economía: ¿Podrán los planes alimentarios ser accesibles en todo el país? ¿Las cirugías, las cuales datan de 1954/56, aun con técnicas menos invasivas (que en algunos casos lo que hacen es cambiar una enfermedad por otra), podrán estar al alcance de todos los pacientes? ¿Cuál será la postura de las obras sociales y las prepagas?>

Estos son algunos de los aspectos a tener en cuenta para construir una ley que contenga el sentido común que esta enfermedad requiere. No me gustaría ver a los pacientes mendigando por un servicio de atención cuando el que está en curso se encuentra al borde de la quiebra.>