Benjamín Sosa
Cantante y animador de fiestas
Entre el show y la solidaridad.

Es simpático, perfeccionista y le encanta ser centro en los shows. Con su carisma y su amor por la música, el conocido "Benja" es uno de los más populares animadores de fiestas de la ciudad. En gratitud al cariño que recibe de la comunidad, da clases en el hogar Miguel Magone, adonde formó un coro de gente careciente.

Los primeros pasos.

"Desde chico cantaba en todos los actos de la escuela. `El niño Orlando va a cantar...', anunciaban (todavía no me decían `Benja'). Mis viejos me mandaban al Liceo Municipal, a la escuelita de fútbol, querían que su hijo deslumbre, brille, y a los 7 años ya estudiaba teoría y solfeo, guitarra, canto. Cantaba y me gustaba lo que me enseñaban... cuando fui creciendo, a los 11 ó 12 años -ya se escuchaban Sui Géneris, Pink Floyd, Queen-, a mí me gustaba el rock liviano, nacional o internacional. Yo empecé cantando canciones de Sui Géneris, de Juan Carlos Baglietto, y folclore, por mis padres, tíos y primos. Gané mi primer concurso musical en un pub, cuando recién salía de la colimba, con `Era en Abril', de Fandermole".

Aprendizaje

"Fui al Instituto de Música, no me recibí, pero hice muchas materias e intercalé aprendizaje musical con el intercambio con gente que sabe mucho más que yo y que son mis verdaderos ídolos, con quienes pude aprender un acorde más, una nota más. De todo ese camino he cosechado muchos amigos".

Onda Latina.

"Integré el grupo Onda Latina, que hacía música centroamericana, con 17 músicos en escena, una cosa imponente, nos dirigía el trombonista Rubén Carughi... con eso te digo todo. Llenamos dos Teatro Municipal, y yo tenía 24 ó 25 años, tenía muchas expectativas, pero lamentablemente el grupo se fue diluyendo y se disolvió. Anteriormente, formé parte de Prisma, hacíamos música retro, de Marca Registrada y Industria Nacional, entre otros. Hasta que me matriculé como músico profesional en la Sociedad de Músicos. Después integré el grupo Transamérica. Luego seguí tocando con Lengua Larga, y con el tiempo pude armarme una orquesta propia. Tengo mi sonido, iluminación, monto mis propios shows para fiestas, toco música, hago imitaciones, ambiento todo... Siempre tengo un grupo de colaboradores, que me ayuda en la parte previa y posterior al show".

Emociones

"Por naturaleza me gusta toda la música. Tengo que deleitarme cantando, aunque por cuestiones de trabajo tengo que saber interpretar tanto un tema de Los Pibes Choros como de Andrea Bocceli, la gente te pide, aunque sea un tema de cada intérprete. Si fuera por mí, elegiría el estilo melódico, con contenido poético, me gusta emocionarme con una melodía o con una letra. Que el corazón se me agrande cuando la escucho".

El duende que está adentro

"Me pasó muchas veces olvidarme la letra, lo que pasa es que ahí está la cancha del improvisador, te llega un duende que no sabés de dónde aparece y vos podés recurrir a una rima parecida. Puede pasar desapercibido, pero el que escucha atentamente se puede dar cuenta... entre los músicos o el sonidista nos miramos y nos matamos de risa".

En la escuelita

"El hogar Miguel Magone es una cosa increíble. La gente va, participa de una comida, de un aprendizaje, la gente se forma con los distintos talleres: de mimbrería, electricidad, computación, de carpintería, del de canto que dicto yo, la escuela primaria para adultos... Funciona un comedor escolar que alimenta a más de 300 chicos. La obra se agranda cada vez más, reciben mucho apoyo de la gente... Son varios talleres, al mío van entre 20 y 30 personas de todas las edades, así que aprenden música y canto, logré que esta gente humilde -que va por recreación- se interese por temas de Silvio Rodríguez, de Serrat, de Fito Páez, y sobre todo, que sepan que no todo es cumbia".

Todas las voces, todas

"Con el tiempo formé un coro. Les enseño desde canto a cómo ubicarse, respirar, hacen ejercicios de dosificación de aire, todo. Conforman un grupo increíble, de fierro, no faltan nunca. Quieren ensayar, agregar más días, entienden el sentido de la música, el por qué cantamos".

Vivir de la música.

"Como todo músico de alma, de entrañas, de tuétanos, yo no quiero ser ni Gardel ni Luis Miguel, no quiero ser una estrella, quiero vivir del oficio que me gusta. Sería mejor haber aprendido mucho más, mostrar mi música y ser reconocido económicamente. íQué lindo!, cantándole a la gente, divirtiéndola, yo estoy viviendo... materialmente hablando. El talento no se cotiza, es increíble: tenés que ser empresario para poder vivir de lo que hacés, y el producto sos vos".

Personal

"Benja" Sosa forma parte de una familia de músicos, entre los cuales se cuenta su tío Mario -quien formara parte del grupo de René Aráoz y actualmente dirige un coro- y sus primos Martín y Mario Hugo Sosa, reconocidos músicos de la ciudad.

Un deseo. "El ser escuchado por toda la gente es lo máximo de nuestra carrera artística. Yo hice muchos demos, pero en la cancha se ven los pingos y no en un CD. El tema es que nos vean en el show, que te valoricen en vivo. Muchas veces la gente me dice: vos tendrías que estar en Buenos Aires, o me preguntan por qué no estoy con Tinelli. Pero eso ya lo sabemos, la suerte no es para todo el mundo. ¿Cuánta gente famosa canta mal y no tuvieron ningún aprendizaje musical?. Me encantaría hacer un CD, pero para venta, la difusión, no para que venga un familiar y me diga: íqué bien que te salió!".>

Qué espera de la vida. "Quiero que mi hija crezca bien, que los míos estén bien. Que ella pueda ser feliz, crecer con todas las puertas abiertas. Simplemente, que todos sepamos vivir mejor, que no nos estorbemos unos con otros, que podamos transitar pese a tropiezos absurdos y seguir creciendo".>

textos de Luis Gudiño.