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íVivan los solteros!
Independencia y soledad.

La soltería es un estado en el que el hombre o la mujer han ganado la independencia que les concede el hecho de vivir en soledad, pero también puede conducir a la melancolía por carecer de una persona que les acompañe en los momentos duros de la existencia. Para algunos éxito; para otros, fracaso... hay que saber extraer lo mejor en cada caso.

Los solteros por opción, han realizado un acto de valentía que exige poseer una especial mentalidad y una fuerza innata para soportar el peso de la soledad. Aquí, Joaquín Cortés durante su espectáculo "Mi soledad".. 

Solteros hay muchos, pero hay los que lo son por decisión propia, porque no han encontrado a la persona adecuada o porque la vida les ha negado la posibilidad de conocer a quien les amara y se comprometieran con ella para compartir la existencia.

Los solteros que han optado por no comprometerse con ninguna otra persona para vivir ni compartir la existencia han realizado un acto de valentía que exige poseer una especial mentalidad y una fuerza innata para soportar el peso de la soledad. Generalmente, se trata de hombres y mujeres que prefieren no comprometerse y vivir la vida a su antojo. Son los más divertidos, pero ícuidado!, porque son los más peligrosos si se intenta que una relación tenga planes de futuro.>

A los solteros que tienen vocación de estar solos, hay que tratarlos de una forma especial. Acostumbrados a cambiar de relación para no comprometerse, son expertos en seducir y en utilizar sus mejores armas para atrapar al contrario y, sin embargo, más tarde, abandonar el esfuerzo realizado sin que la otra persona, con afán de perdurarlo, pueda entender sus motivos.>

No es lo mismo estar soltero a los cuarenta años que a los treinta. A los cuarenta la soltería representa ya un título, una carrera de fondo en la que la constancia por la vida solitaria se ha transformado en un legado para el futuro. A pesar del peligro que representa enamorarse de un hombre o una mujer a esa edad, esa circunstancia suele favorecer la atracción en los demás.>

Los hombres solteros, a los cuarenta, ya son personas maduras que normalmente están establecidos, tienen una casa y un trabajo que les permite ser independientes. Pueden ser hombres huraños y maniáticos, meticulosos con su orden de vida cotidiana y su entorno o, por el contrario, abandonados de su imagen y de su forma de vida. En todo caso, son personas que ya han cultivado manías y no son dóciles ni fáciles, puesto que la existencia solitaria les ha enseñado a sobrevivir con sus propios recursos.>

Casas diferentes según el género

Si una mujer entra en la casa de un hombre maduro y soltero comprobará que todo lo que le rodea habla de él, que realmente se trata de una casa que carece de la mano femenina, es decir, no cuenta con esos pequeños detalles que suelen ser producto del tacto y observación de las mujeres. Los manteles y los jarrones con flores, los cubrecamas o la calidez y alegría que ofrecen unas cortinas apropiadas... Los hombres suelen ser más parcos en sus gustos y tienden a preferir las líneas rectas o los cuadrados, los colores sobrios y las luces puntuales.

Posiblemente, la casa de un hombre soltero esté diseñada principalmente para sus artefactos electrónicos y todo el universo tecnológico que los rodea: discos, computadora, impresora, equipo de música... Su interés estará centrado en la comodidad para poder utilizar de la forma más rápida y práctica los aparatos que le procuran sus pequeños placeres cotidianos.>

Si un hombre llega a entrar en la casa de una mujer soltera, observará que ésta estará diseñada principalmente para agradar el ojo y hacer la vida lo más alegre posible. Las telas estarán dibujadas con motivos de colores y no serán las líneas rectas las que imperen, sino los volúmenes de diversas texturas. Los pequeños detalles, desde los paños de cocina hasta los jabones y jaboneras suelen ser motivo de dedicación femenina. Los hombres prefieren lo práctico, y las mujeres lo decorativo.>

La vida social disoluta

Pero, aparte de estos detalles caseros y singulares, los hombres solteros se sienten más jóvenes a los cuarenta que las mujeres solteras a esa edad, tan sólo por el hecho de saberse poseedores de la capacidad de reproducir que la mujer comienza a perder. Aunque esto parezca una cuestión baladí, psicológicamente afecta a la vida social de las personas.

El hombre soltero suele gastar más dinero en copas y salidas nocturnas, donde establecer relaciones pasajeras, que la mujer.>

La mujer comienza, a esa edad, a sentir cierto miedo a su envejecimiento, por lo que se cuida más en todos los sentidos y, uno de ellos es a establecer relaciones fortuitas y transitorias. Ellas, a pesar de la soltería, son más cuidadosas -por lo general- en cuanto a esos encuentros que surgen en cualquier lugar nocturno de moda.>

Los hombres solteros suelen dedicar buena parte de su tiempo al cuidado de su aspecto, porque están más volcados a gustar a ellas que los que tienen hijos y mujer, cuyas vidas carecen de tiempo y de interés para los escarceos amorosos. Cuidan de su vestimenta y su perfume e intentan, posiblemente, aparentar menos edad para poder disfrutar de la compañía de mujeres más jóvenes que, además de poseer más frescura e inocencia, suelen ser las que menos trabas les ponen para evitar compromisos serios.>

Las mujeres solteras, a los treinta disfrutan y luchan por la soltería y la independencia, pues es una experiencia que no han vivido sus antecesoras, las hace fuertes y las iguala a la capacidad que hasta ahora sólo tenían los hombres para decidir en sus vidas. Pero las mujeres solteras, a los cuarenta, suelen añorar la compañía de un hombre que las acompañe en lo que, ya creen, es el comienzo del declive de sus vidas.>

En todo caso, cuidado con los solteros empedernidos, pueden dar más de un disgusto a cualquiera.>

textos de Isabel Martínez Pita.