Las denuncias convenientes

Desde hace unos tres días, las tapas de los diarios ya no mencionan las investigaciones del intrigante caso de la desaparición y reaparición del militante kirchnerista Luis Gerez.

Tampoco hablan sobre qué pasó en el proceso que se abrió contra el piquetero y ex funcionario Luis D'Elía, cuando copó una comisaría en La Boca. Ni sobre cómo va la investigación de los ex directivos de Southern Winds, entonces aliados al Estado, cuando se descubrió que utilizaban los vuelos de esa compañía mixta para transportar enormes cantidades de cocaína a España.>

No recuerdan cómo marcha la causa contra el titular del Ejército, Roberto Bendini, por presuntas irregularidades, ni revelan la decisión de terminar de una vez por todas con el tráfico de drogas como el "Paco", en puestos de venta que están perfectamente identificados por los vecinos, por gente de carne y hueso que sufre día a día la contaminación, la caída en la delincuencia y hasta la muerte de sus hijos, tentados por esos canallas que trabajan con tranquilidad a plena luz del día.>

Son muchas las causas abiertas en los tiempos más recientes que parecen dormir el sueño de los justos. Tal vez a cada uno de los acusados les toque, si sobreviven, tener que comparecer ante los estrados judiciales dentro de treinta, cuarenta años... No debería imaginarse nunca que haya alguna "patita" del poder político actual tratando de influir sobre la actitud y las decisiones de los jueces, no, porque eso pertenece al pasado, al menemismo, a la época de los "jueces de la servilleta". Hoy, la Justicia supuestamente actúa en forma independiente, porque ésa es una de las demandas que hizo la sociedad cuando se subió al tren del cuasi golpe de Estado ocurrido en diciembre del 2001.>

Entonces hubo una sucesión de cinco presidentes, y el fruto de tantos casamientos políticos de emergencia tuvo nombre y apellido: Néstor Kirchner. Inició su presidencia como una bocanada de aire fresco y llenó de esperanzas a los argentinos sobre la posibilidad de que por fin este país bendecido por la naturaleza tomara el camino que casi nunca transitó. Kirchner demostró en sus años de administración que algo podía cambiar bajo el cielo de este castigado país: inició reformas aplaudidas para la elección de jueces de la Corte Suprema, se enfrentó a los factores de poder establecidos asegurando que nunca volvería a la etapa del amiguismo y el clientelismo que tanto frecuentó Carlos Menem durante sus dos períodos de gobierno.>

Y consiguió reencauzar la economía y, gracias a la devaluación practicada por su antecesor, Eduardo Duhalde, vio cómo el dinero y los recursos comenzaban a llover sobre estas tierras generosas como maná caído del cielo. Con ello fue más que suficiente para ganar su primer gran test electoral en octubre del año pasado, aunque desde esa fecha las cosas parecieron comenzar a cambiar, sutilmente, hasta que el manejo de la política, hoy, vuelve a espejarse en algunos tramos del pasado.>

Los diarios no exhiben en sus primeras planas novedades sobre las irregularidades o los presuntos delitos que comenzaron con la era kirchnerista: y si lo hacen, en pocas horas desaparecen, tapadas por alguna otra historia relumbrante que resta atención a los problemas de hoy para tozudamente hacer volver la mirada hacia un pasado casi remoto.>

Las sospechas duras sobre el caso de Gerez, tal vez uno de los más inciertos durante esta etapa política, desaparecieron como por arte de magia por lo que en la jerga periodística se tilda de "notición": nada menos que una orden de detención para la ex presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón, por casos de desapariciones y torturas ocurridas en los primeros años de la década del 70, antes de la dictadura, hace treinta años.>

Y es bueno que ello ocurra, porque durante todo este lapso los represores y asesinos de la Triple A gozaron de una impunidad absoluta, rayana con lo insoportable, como la disfrutaron todos los represores que actuaron durante los casi diez años de la toma del país por parte de un grupo de enloquecidos militares, sedientos de sangre, de poder y de dinero.>

Pero también sería bueno que esas causas no oculten, opaquen o directamente hagan desaparecer de la escena pública a las tantas que tienen que ver con la actualidad. Porque lo que tiene que ver con el hoy, sirve para que en el día a día los delincuentes reciban ejemplares escarmientos y como efecto cascada, se vayan limitando las pretensiones de quienes deseen cometer crímenes. Sin embargo, parece ser ya una actitud recurrente la de los jueces de hoy -supuestamente independientes del Poder Ejecutivo- que casualmente rebuscan en el pasado casos que luego darían presuntos réditos políticos al actual mandatario.>

No obstante, hasta hoy, esa supuesta estrategia probó no ser tan efectiva a la luz de sus resultados. De hecho, por ejemplo, la tranquilidad que sigue gozando Luis D'Elía es llamativa; ni qué decir de la que disfrutaba siendo nada menos que funcionario del Gobierno, en un área en la que se pusieron a su cuidado cifras millonarias para manejar a su criterio. En el caso del jefe del Ejército Roberto Bendini, también es extraño constatar que allí el presidente no tomó la decisión de ponerlo a un costado mientras se desarrolla una investigación en su contra, sobre cuya marcha poco y nada se informa a la prensa.>

Kirchner no salió bien parado del caso Gerez, menos de los disturbios ocurridos en la quinta de San Vicente en el vergonzante traslado de los restos de un ser humano, que además había sido tres veces presidente de la Nación y fundador del partido que más poder y permanencia logró conservar en la historia del país.>

La orden de detención contra Isabel Perón causó sorpresa y distracción, pero en este caso la oposición reaccionó con mucho más pulso que en otros anteriores y al unísono, desde todas las vertientes, desde la centroizquierda hasta la centroderecha, de inmediato hizo conocer sus dudas sobre la independencia judicial a la hora de abordar ese caso.>

Los peronistas disidentes interpretaron que el kirchnerismo quiere ir desmitificando al máximo los propios personajes históricos de su partido; los de la oposición, creyeron que Kirchner sigue sacando de su caja de mago espejitos de colores o bien para distraer a la opinión pública de cuestiones más acuciantes, o para mostrarse como el hombre en cuyo período de gobierno se hizo "justicia" sobre todos los desaguisados del pasado. No sea cosa que ahora algún juez decida reabrir la causa por el fusilamiento de Dorrego, que no vendría mal tampoco, pero que hoy por hoy, con las necesidades cotidianas de los ciudadanos argentinos sobre la posibilidad de acceder a una mejor calidad de vida, no tendría demasiada influencia.>

Por más causas espectaculares que se abran, tampoco podrá quedar escondido por mucho tiempo el efecto del crecimiento económico de estos días, que no es nada más y nada menos que el que siempre surtió en la Argentina: están haciéndose infinitamente más ricos los ricos, un sector privilegiado de la clase media está mejorando visiblemente sus posiciones, pero el grueso de los argentinos, integrado por clase media baja, por los pobres y los indigentes, no ven hasta ahora que el maná que está cayendo del cielo les llegue a sus hogares. El progreso sigue siendo para millones de ciudadanos solamente el sueño y la posibilidad de otros, no el propio.>

Carmen Coiro (DyN)