Señores directores: Antes de la televisión, del teléfono celular, del DVD, MP3 y otros adelantos de esta tecnología de la comunicación que nos tienen tan "incomunicados", los hijos preguntaban a los padres y abuelos cómo sería el futuro, interesados en saber lo que les esperaba. Y ahí, desde la hora del té hasta entrada la noche, ellos exponían acerca de lo que suponían que sería el porvenir. Siempre se hacía énfasis en la preparación y formación cultural y en la importancia de llegar a ser profesional. Los temas de política y economía no se trataban, ya que eso era algo muy especial, que no atañía a los hijos, ya que la política era algo casi ad honorem; nadie hacía dinero con ella para mantener a la familia. Con respecto a la economía, recordemos que había estabilidad y un punto esencial era fomentar el ahorro. En todas las casas había una botella de leche con monedas. Monedas que se obtenían de "asaltar" al padre de familia al regreso del trabajo al mediodía. Se conocía el valor del dinero, haciendo "changas" o mandados a los parientes.

Hoy sólo se dialoga con las paredes, ya que los hijos o no están o están con sus conexiones electrónicas. El futuro, ¿cuál? "Ya veremos, ahora estoy ocupado". Fin del diálogo familiar.>

Martha Kelly. DNI: 6.437.720.>