Apuntes de política provincial
Los límites del propio Estado
Por Teresa Pandolfo

El jueves, en declaraciones a El Litoral, el ministro Coordinador, Rubén Michlig, abrió la partida con los gremios estatales cuando precisó que la pauta general de incremento de los sueldos estará en el orden del 12 por ciento. A renglón seguido, indicó que entre 2001 y 2006 la inflación se ubicó en el 90 por ciento, la Canasta Básica Alimentaria creció un 80 y que los haberes de la provincia en los últimos tres años se incrementaron por encima del 100 por ciento. "De un haber mínimo de 300 pesos se pasó a uno de 1.000", remarcó.

El gobierno considera, entonces, que no hay que hablar de recuperación de salarios, porque ello ya ocurrió, sino de mejoramiento de los sueldos, y de ciertos segmentos en particular. Michlig, al referirse a la pauta indicada, siempre habló de que se aplicaría sobre los sueldos de bolsillo.>

En noviembre pasado, la UPCN había planteado el requerimiento de un básico de 1.800 pesos para 2007. En aquel momento y ahora, el Ejecutivo consideró que dicha petición superaba todas las posibilidades: representaba un 80 por ciento más sobre el volumen de la masa salarial.>

Sin embargo, conocidos los dichos, primero de Michlig y luego del propio Jorge Obeid, UPCN y los demás gremios estatales salieron a rechazar de plano la postura del gobierno. Incluso, el gremio que conduce Alberto Maguid ha hablado de la posibilidad de convocar a un plenario para la adopción de medidas de fuerza.>

La posición de Obeid y de los ministros del área económica es realista. "Pagamos 4.600 millones de pesos en sueldos en un año", dijo el mandatario y el 12 por ciento que se propone significan 552 millones más. Si se suman ambas cifras, se superan los 5.100 millones de pesos en haberes sobre un proyecto de presupuesto de 8.100 millones (en números redondos) que se encuentra en la Legislatura.>

Cada vez se exige más

Hasta aquí la postura exhibida en estos días por el gobierno. Un análisis desde la otra vereda no puede obviar que el Estado debe previsionar los recursos para el funcionamiento de los servicios -cada vez se los exige de una mayor complejidad-; para la obra pública y para la promoción de las actividades productivas. Tiene funciones que son indelegables.

El destino de un presupuesto estatal no puede ser sólo el pago de los haberes a sus agentes, por más que aspiremos en la provincia a contar con una Policía mejor retribuida o con carreras docentes o de profesionales dignificadas por sus ingresos, todo lo cual nos permitiría exigir idoneidad.>

Otro elemento para no obviar ha sido la decisión de la administración de Obeid de no producir incrementos en los impuestos, una forma indirecta de contribuir al sostenimiento del salario.>

Es ponderable que el gobierno, en un año netamente electoral, marque en el mes de enero cuál va a ser su comportamiento en cuanto al manejo de las variables que componen su gasto. Es una señal importante la que tratará de cumplir, en un ejercicio que estará signado por presiones tanto de los gremios estatales como de las empresas que trabajan con el sector público.>

La idea de Obeid, de terminar su segundo mandato sin déficit y con cierto equilibrio interno, merece ser reconocida. Por otra parte, sería deseable que en una época de prosperidad económica se desaliente el empleo público que no sea altamente calificado, porque el Estado cada vez más está obligado a prestar servicios de mayor calidad.>

El atraso tecnológico de los hospitales es mal visto por los profesionales y por quienes concurren a los efectores públicos para su atención. Los pacientes buscan acceder a la misma calidad de prestación que un instituto de alta complejidad de la actividad privada. Lo mismo se demanda de la educación y se reclama el equipamiento necesario y más moderno; que los edificios se encuentren siempre en condiciones y una convivencia interna propia de ámbitos sin tensiones sectoriales. Dicho en otro nivel de conceptos, un presupuesto que guarde racionalidad interna para no tener que volver a hablar de la "frazada corta" de otras épocas, en las que para mantener los servicios básicos, se eliminó la obra pública y el retraso en este sentido costó muy caro, incluso se pagó con vidas.>

Entonces, debe haber una conciencia pública sobre lo que se quiere del Estado y mucho de ello pasa por la asignación de los recursos y de los límites que se impongan para el gasto. A esta periodista, por ejemplo, no le gusta la entrega de subsidios a comunas y municipios; por el contrario considera que los fondos no deberían salirse del sistema de coparticipación: a más recursos, más se coparticipa. Lo otro invita a pensar en favoritismo o en clientelismo en épocas electorales. El Estado no puede ser un botín para nadie: ni para los empresarios, ni para el sector político, ni para la puja de los gremios por una mejor tajada. Es una aspiración, sabemos que esto está esmerilado.>

Puerto

Una última consideración en esta entrega semanal de "Apuntes...", referida al anuncio de la obra del tercer vínculo de enlace energético de alta tensión con Paraná y la construcción de una estación transformadora en el predio portuario santafesino, medidas ambas que colaborarán a cubrir la demanda energética en la zona.

El Master Plan con el proyecto inmobiliario incluido; la construcción del hotel-casino en el lugar -que prevé además un centro de compras- y la reactivación de nuestra estación fluvial, son todos escenarios de futuro que requerirán más potencia energética instalada. La inversión de la provincia de 20 millones de pesos y el hacer el tendido en forma subterránea son puntos que deben reconocerse. El cableado se está concretando, la estación transformadora es un anuncio. Sería deseable que el convenio con el Ente Portuario firmado el jueves sea una realidad, en toda su amplitud.>