El pensamiento vigoroso y esclarecedor de Mons. Zazpe
Publicación necesaria. El Arzobispado santafesino acaba de editar los volúmenes 2 y 3 del tomo 1 de los textos que integraron el ciclo "Habla el arzobispo". Foto: Archivo El Litoral. 

El Arzobispado santafesino, a través de la Comisión de Homenaje a Mons. Zazpe, acaba de editar los volúmenes 2 y 3 correspondientes al tomo 1 de los textos que integraron el ciclo "Habla el Arzobispo" que, durante años, el siempre recordado prelado difundió por una emisora local.

Estas publicaciones, como expresa en uno de los prólogos el actual arzobispo, José María Arancedo, son "además de un reconocimiento a la persona de Mons. Zazpe, un servicio pastoral y cultural a la Iglesia como a la sociedad".

Los trabajos reunidos en estas recopilaciones abarcan el período que va desde el 6 de abril de 1975 al 25 de diciembre de 1983, a pocos días de su fallecimiento (acaecido el 24 de enero de 1984), una época bastante conflictiva en la vida de los argentinos, con momentos democráticos, con otros más decididamente oscuros (que hasta incluyó una guerra) y con el advenimiento de la nueva democracia.>

Desentrañar el sentido de la historia

Ese espectro social no le fue ajeno a Zazpe, como testimonió en cada una de estas charlas. Ya el 26 de diciembre de 1976, en plena dictadura militar, propugnaba la reconciliación entre los argentinos, porque -proclamó entonces- "la Argentina necesita de una unidad de criterio para desentrañar el sentido de su historia, juzgar el presente tan complejo y preparar su futuro: una escala común de valores para reafirmar la vida nacional y una cuota inmensa de paciencia y esperanza para recorrer esta etapa difícil y asegurar el encuentro definitivo de la Nación".

Asimismo, el 3 de julio de 1983, cuando una nueva democracia se estaba vislumbrando, reclamó la necesidad de que conservásemos la memoria de los sucesos de 1976, para evitar su reiteración después de 1984.>

El 15 de agosto de 1982 ("ante un país derrotado bélica y económicamente y con una frustración política, que se ha fagocitado varias generaciones de argentinos"), señalaba que una auténtica participación política exigía conocer la situación real de la Nación; no de modo superficial, sino desde las causas que la han producido. Y sentenciaba: "La dura experiencia nacional nos ha mostrado que, sin exigencias, previas concomitantes y consecuentes, la situación no ha mejorado, sino que ha empeorado".>

Un discurso aún vigente

Reconocía también que en ese entonces volvían a reiterarse las posibilidades políticas, después de un nuevo fracaso del gobierno de facto, para enfatizar de inmediato que los cristianos que militan en partidos deberían exigir la presentación de candidatos de indudable honestidad, capacidad, imaginación y representatividad rechazando compromisos que les impidan actuar después con plena libertad.

Como se advierte, el concepto data de un cuarto de siglo atrás, pero en este año también electoral, no es ajeno a la situación actual y a nuestra realidad.>

Más tarde, el 4 de setiembre de 1983, el prelado reflexionó sobre el manejo de la economía en clave cristiana, ya que ella -consideraba- no es independiente de un encuadre ético, político y social.>

Entonces se formulaba cuestiones que, aun hoy, continúan siendo esenciales, como que la economía no puede prescindir de la educación, ni de la salud de la población, tampoco del hábitat nacional o de la realidad laboral. Entendiendo que la economía podía ser rentable, "pero sin prescindencia de las otras dimensiones de la vida social y mucho menos a costa de ellas. Si la economía impone implacablemente el valor rentable al resto de las actividades humanas o se independiza de lo social, se cerrarán escuelas, se clausurarán dispensarios, hospitales y estafetas y se levantarán ramales de ferrocarril".>

De lo expuesto entonces proféticamente por Zazpe, cabe preguntarse: ¿qué otras cosas, sino ésas, han sucedido en la Argentina de los últimos tiempos?>

La conciencia colectiva

"El problema de la conciencia colectiva es fundamental -consignó el 10 de julio de 1977-, si apuntamos a subsistir como pueblo y no transformándonos en una masa argentina, sin personalidad nacional ni valores propios. En estas perspectivas es necesario subrayar la responsabilidad que cabe a la autoridad pública y familiar, a la educación sistemática y asistemática, a los medios de comunicación social y a la Iglesia".

Los viajes del Papa Juan Pablo II, la Guerra de Malvinas, las tribulaciones de la gente de la tercera edad, el Sínodo Episcopal de Roma, la relación entre Iglesia y Fuerzas Armadas, la fe de la juventud o la Conferencia de Puebla, fueron también algunos de los ítems abordados por Zazpe en estos análisis, siempre vigorosos, esclarecedores y elocuentes, ahora reunidos en esta publicación necesaria, por la suma de reflexiones que ella atesora y por la vigencia de sus conceptos.>

Firma: Graciela Daneri