"El condenado pierde la libertad ambulatoria y algunos otros derechos como los políticos, pero no pierde ninguno de los atributos que tiene como persona humana, y entre los derechos que no se pierden, está el derecho de aprender", afirmó el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, al inaugurar las dos escuelas para adultos que funcionan ya dentro del Instituto Penitenciario `César Raúl Tabares' de Coronda.

Rosúa encabezó el acto de inauguración de las escuelas Primaria para Adultos Nº 2002 y Media para Adultos `José Pedroni' Nº 1148 ocasión en que destacó "el esfuerzo del Estado en la realización de obras que mejoran la calidad de la vida de la gente".>

El ministro aprovechó la visita al penal para entregar cuatro camionetas, doce camiones celulares para el traslado de internos y un camión de apoyo logístico al Servicio Penitenciario.>

Resaltó en su discurso que "dos corrientes doctrinarias se unen en una sola finalidad que es la de mejorar las condiciones de vida de los internos, de contribuir desde distintos ámbitos tanto del Servicio Penitenciario como del Ministerio de Educación a la mejor formación, a completar la formación de cada uno de ellos y a ayudarlos a habilitarse para la vida externa. Alguna vez en estos mismos recintos dijimos que cuando alguien es condenado, pierde la libertad ambulatoria y algunos otros derechos como los políticos, pero no pierde ninguno de los atributos que tiene como persona humana, y entre los derechos que no se pierden está el derecho de aprender".>