SOCIEDAD / HISTORIAS DE VIDA
Con el arte a cuestas
Creatividad rodante.

Son dibujantes, pero su lugar de trabajo no es un tablero en la comodidad del hogar, sino el espacio urbano: la calle, las plazas y los parques durante el día, y los bares por la noche. Graciela Marrufo y Jesús María Clavijo integran el proyecto Arte Caracol, que ya les permitió retratar a gente de ésta y otras tierras.

"¿Qué hacemos? Arte en movimiento. ¿Por qué caracol? Porque llevamos la casa a cuestas". Las respuestas a las preguntas más elementales que se conozcan para iniciar una entrevista pertenecen a Jesús María Clavijo, quien junto con Graciela Marta Marrufo, integran Arte Caracol. La casa es la mochila, la carpa, el termo..., y los elementos de trabajo: básicamente papel y lápiz.

Graciela y Jesús María son de Buenos Aires, ella de Caballito y él de Belgrano. Por eso los identifica, a modo de logotipo, un caracol y el obelisco, "que nos representa y es símbolo en todo el país".>

Desde hace algún tiempo, a los dos se los puede ver por la ciudad recorriendo plazas y parques durante el día, y bares y restaurantes por la noche, ofreciendo su trabajo: un retrato instantáneo a grafito o un retrato más elaborado a partir de fotografías.>

Ella se especializa en la técnica de los retratos más apresurados con grafito y él en el dibujo más detallista basado en imágenes reales. Los dos trabajan con la consigna de que "un retrato perdura para siempre y va a ser distinto según quien lo haga. Todos vamos a dibujar los ojos celestes pero, a lo mejor, los vamos a hacer distintos". Y para que no queden dudas aclaran: "la gente cree que un retrato es una foto, pero no tiene nada que ver. No sale ningún dibujo igual".>

Un largo camino

"El caracol vive dentro de su casa y lentamente se va desplazando. Así hacemos nosotros". Y es cierto que se mueven, desde una plaza a otra, de una ciudad a otra... y de un país al otro. En el año 2003 decidieron probar suerte en Europa y les fue bien. Tanto que planean volver durante este 2007.

"Nuestra propuesta es andar por el mundo haciendo arte, algo loco si se quiere porque vivir de ésto no es fácil pero tampoco imposible", confiesa él y aporta su receta: "con esfuerzo, levantándose temprano, poniendo voluntad a lo que uno hace, se logran los objetivos".>

El proyecto de Arte Caracol tomó forma en el año 2001, aunque la trayectoria de los dos viene desde hace mucho. "Me gustó la idea y de ahí salió", resume Graciela, quien acredita una muy larga experiencia de más de 18 años de dibujante en publicaciones como Rico Tipo, Cháchara, Humor (R) y Cuarta Dimensión, por sólo mencionar algunas.>

Los dos se conocieron en el año 1998 y desde entonces empezó a gestarse esta iniciativa que los llevó por Uruguay y a recorrer la amplia geografía de nuestro país. Ambos coincidieron en un comienzo ligado a la pintura, pero comprendieron que para andar transitando por el mundo, es mucho más práctico dedicarse al dibujo.>

Usos y costumbres

La posibilidad de volver a Europa los tiene entusiasmados. Mientras tanto, recuerdan con alegría que hace tres años estuvieron en Francia, Portugal, Italia y Alemania, y "nos dimos el gusto de cobrar en euros", apuntaron. Pero, además, confirmaron que la presencia de chicos y chicas practicando esta forma de arte es habitual en el viejo continente. "El europeo tiene un espíritu romántico y de mucho respeto por el arte. Se respetan los monumentos, los espacios verdes...", reflexiona Jesús.

La comparación le permite anclar nuevamente en estas tierras y admitir que una de las cosas que no les atrae de Santa Fe es que esos espacios urbanos no se respeten. "Vemos que la gente destruye lo que se hace, que nadie toma la responsabilidad de preservarlos ni ama las plazas", a pesar -aclaran- de los esfuerzos oficiales.>

"En la plaza Colón hay una pileta con peces que la gente usa para tirar de todo, para bañar a los perros, y es una falta de respeto hacia ese hábitat de los animales", ejemplifican. Pero así como cuestionan las actitudes que afectan a una "ciudad linda", rescatan la historia de una joven pareja, Antonela y Lucas, que todas las semanas y por sus propios medios -y con materiales que llevan de sus casas-, recorren la misma plaza Colón para mantenerla limpia. Obviamente, a ellos también les hicieron un retrato.>

"La vida para nosotros es como un gran película -grafican-. Vemos cosas lindas y malas". Entre las segundas -que no se pueden modificar- están los días de lluvia que "son malísimos", pero que difícilmente les impide trabajar. "Nosotros, con la mochila, andamos por todos lados. No paramos ni lunes ni domingos, porque de esa manera podemos llevar el pan a nuestra casa".>

¿Ser o parecer?

Caras hermosas, rostros asimétricos, complejos y temores, la necesidad de verse lindos porque se sienten feos. De todas estas experiencias saben Graciela y Jesús en sus largos años haciendo retratos. "Primero observo bien a la persona", describe Graciela mientras en diez minutos ofrece un dibujo terminado. "Hay caras que parecen no decir nada", pero en ellas también la artista encuentra un punto de partida para su creatividad.

"Las caras con más asimetría son las más lindas para hacer", apunta Jesús y opina que "cuando dibujás un rostro de cirugía estética, no sabés si estás representando a la persona que su mamá dio a luz o al producto de un cirujano".>

La poca aceptación del propio cuerpo y la falta de autoestima llaman la atención de ambos dibujantes. "Las personas mayores de 45 años te dicen que no por las arrugas, las canas, la panza, el cuello. Te piden que los hagas con pelo, sin arrugas, sin canas. Pero yo no puedo mentir", asegura Jesús, y se ríe: "tenemos que ser cirujanos estéticos, estilistas y odontólogos". Pero "sentirse con 20 años menos es un autoengaño y aún así te aseguro que se enojan si ven una arruga".>

Así como los días de lluvia son los más complicados, los lunes les deparan buenas sorpresas. Martes y miércoles sí transcurren con más letargo.>

Miércoles fue el día en que se hizo esta nota. El último miércoles de mes, bien temprano y con todo el sol por delante para recorrer las plazas. Y allá se fueron Graciela y Jesús, con sus mochilas y carpetas, prácticamente con su casa a cuestas, una vez más a escaparse del encierro, a conjurar estadísticas y cálculos de fin de mes.>

Lo bueno, lo malo y lo feo

Proyectos

Con tanto camino recorrido y gracias al contacto con la gente -materia prima de su trabajo- Graciela y Jesús se permiten opinar sobre la forma de ser de los santafesinos y la idiosincrasia de la ciudad. "Nos parece que a Santa Fe le cuesta abrirse. Es como si tuviera un techo, como si permaneciera en un container, como si le faltara movimiento", sintetiza Jesús.

Sin embargo, a estas características que descubren en el modo de ser de los pobladores de esta ciudad, oponen ciertas actitudes positivas, alguhnas anécdotas y proyectos. En este último sentido, cuentan que se abrió una posibilidad en la Biblioteca Muttis, a través de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad, para realizar -en fecha aún no confirmada-, una muestra conjunta con el caricaturista santafesino Lucas Cejas. "Por eso digo que nada es tan bueno ni tan malo...", concluyen.>

Una opción de vida

Jesús María Clavijo, quien se especializa en dibujar a partir de fotografías, es el encargado de la logística del proyecto compartido con Graciela Marrufo. Al menos, de todo eso que permite un trabajo que se funda en la negación del encierro y el gusto por una vida más bohemia que estructurada.

Organizarse es la clave

Aún así, "me pareció que había que organizar el trabajo, que requería algún grado de raciocinio", explica Clavijo, por ejemplo para planificar los lugares en los que trabajarían. Así fue como tomó el mapa y comenzó a organizar la tarea que desde hace algunos años los traslada de un lugar al otro.

Mapa de ruta

Para empezar eligieron Punta del Este, Montevideo y Piriápolis. A Uruguay le siguió la costa atlántica y el sur de argentina. "Vimos que podíamos vivir con lo que ganábamos, pagarnos alojamiento -en algunos casos un camping-, alimentarnos, comprar los elementos de trabajo y que quede algún dinerillo extra".

A Santa Fe llegaron por primera vez en 2004 y volvieron hace unos meses, después de recorrer Paraná, Victoria y otras ciudades cercanas. "Ahora nos vamos a quedar por un tiempito más", cuentan, sin más precisiones.>

textos de Nancy Balza.