Los que hacen las cosas bien
Brasil, con un plan ganadero digno de imitar
Mientras en la Argentina la producción bovina sigue a la deriva, los vecinos continúan creciendo con visión estratégica. La actual situación, con las idas y vueltas de nuestro país, muestra una realidad que anticipa un escenario de importación en el mediano plazo desde ese mercado.

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El análisis realizado por la empresaria Diana María Thomas de Friz, en la edición 2006 del Simposio de Ganadería organizado por Aapresid (Asociación de Argentina de Productores en Siembra Directa), anticipó que la producción de carne en el país iba a caer y la escasez -probablemente- "puede llegar a tal punto que no habrá ni exportación, ni carne barata para los pobres".

Es posible, entonces, que se termine importando carne de Brasil, de la misma forma que se viene haciendo con otros productos; por encima de la abundancia se que podría obtener si se fijaran políticas de Estado. >

Plan ganadero. Desde hace unos años, la Argentina está buscando los mecanismos para implementar un plan ganadero nacional que se complemente al desarrollo productivo de cada provincia.>

Según Diana Friz -a cargo de la empresa Aguas Dulces-, un ejemplo por analizar es el modelo de Brasil, que logró en poco tiempo lo que en el país se intenta desde hace 60 años, con el agravante de una dirigencia política caracterizada por frustrar los avances y detener la posibilidad de un esquema capaz de abastecer al mercado interno y al mismo tiempo aumentar la exportación. >

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Una cronología que avergüenza

A priori, ya el año 1970 Brasil producía la misma cantidad de kilos de carne que la Argentina. Hoy, los ganaderos brasileños han duplicado la producción de carne vacuna y bajaron el consumo doméstico en forma significativa, sustituyéndola por otras carnes.

Tienen un plan ganadero definido y lo mantienen estable, más allá de los cambios políticos que se producen en el país. Por su parte, los gobiernos de turno apoyan con firmeza los programas para aumentar la producción (mejor índice de preñez, destete precoz), controlar la sanidad e implementar sistemas de trazabilidad. >

Pero también existen otras ventajas que podrían enumerarse en los siguientes puntos: >

Brasil actúa en consenso. El Ministro de Agricultura, la Asociación de Industrias Exportadoras de Carnes Industrializadas, la Agencia de Promoción de Exportaciones y la Confederación Nacional de Agricultura. >

Valor agregado a los granos. Brasil consume casi por completo su propia producción de granos forrajeros. Llega a tal nivel, que tiene que importar para satisfacer su demanda interna. Lo mismo pasa con la producción de harina. En vez de exportar commodities, Brasil las consume en su país, creando valor agregado para la exportación. >

Complementación. No se conoce una competencia entre carne de vaca, de cerdo o de pollo. Todo es carne, todo se come y todo se exporta. La producción de las tres carnes creció en un ritmo acelerado, superando ampliamente a los valores argentinos. >

Platos alternativos. Para atenuar la caída del consumo interno, se hicieron programas de promoción de comida alternativa a la carne bovina. La iniciativa tuvo éxito, porque en vez de obligar compulsivamente al consumidor, éste se vio seducido con informaciones sobre las distintas carnes. >

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Un modelo exitoso

Sólo estos cinco puntos marcan los principales pasos de un modelo exitoso, que tal vez no se pueda copiar de igual forma en la Argentina, pero muchos analistas consideran que es posible llegar lejos si se considera como necesidad la idea de juntar las fuerzas de toda la cadena de la carne confiando en una política de Estado firme y estable a largo plazo. Valorizando la promoción, no castigando la producción de valor agregado, sino ayudando al sector y toda la sociedad.

Actitud del productor. En la Argentina, el productor ganadero debe saber y analizar que tiene un gobierno con ideología desfavorable para la producción y el libre mercado. Es posible que con esta situación tenga que convivir un buen tiempo. En muchos casos, sin el apoyo de los gobernadores, ya que dependen de la financiación de la Nación (coparticipación). >

Ante esta adversidad, la pregunta pasa por pensar qué pueden hacer los productores ganaderos en la Argentina de hoy. Entonces, el desafío para el futuro a mediano plazo puede pasar por seguir produciendo, controlando con cautela los gastos y estando siempre atentos a nuevas intervenciones de los gobiernos nacional, provincial, municipal o las organizaciones públicas (Senasa, Oncca, centros ganaderos). >

Organización e información

Al mismo tiempo, y por encima de lo productivo, quienes participan de este segmento entienden que las bases de la ganadería argentina pasan también por organizar y financiar campañas de información a la sociedad, dejando claros los números, la forma de producir y la calidad de los productos. Este tema será retomado los días 9 y 10 de mayo en la localidad puntana de Potrero de Funes, que volverá a ser la sede del Simposio de Ganadería en Siembra Directa organizado por Aapresid. Otros temas serán eficiencia del uso del agua; aspectos ecológicos del modelo; rejuvenecimiento de montes en San Luis; nutrición en pasturas y verdeos; efecto de pastoreo en suelos sobre directa; coyuntura, perspectivas y experiencias de establecimientos agroganaderos.

¿Qué debemos hacer?

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Bajo este contexto y la actual coyuntura, varios referentes del segmento pecuario consideran primordial las siguientes medidas:

Llevar todas las hectáreas (aptas) a la agricultura.

Bajar en todo el nivel tecnológico en la producción ganadera (menos la genética).

Restringir el uso de medidas de alto costo y bajar la carga del campo. Rever el planteo de cría. La vaca puede caer a su valor histórico, que sería 30 a 50 por ciento del valor novillo. Va a pasar hambre, porque no tendrá más sentido económico darle silo de maíz, grano o verdeo.