No aparecen pistas firmes
Podrían quedar libres los detenidos por el caso Zuliani
El nuevo juez de la causa, Diego De la Torre, estuvo esta mañana en Recreo. Escuchó el relato de un grupo de niños, amigos de Leandro. Intentan reconstruir las últimas horas de la víctima.

Tal como lo adelantó El Litoral, las escasas pistas que se manejaron desde un principio en el caso de la muerte del niño Lisandro Zuliani parecen destinadas a esfumarse. De hecho, hasta este mediodía continuaban detenidos cuatro hombres, pero con el correr de las horas se acrecentaban las posibilidades de que recuperaran su libertad porque no existen indicios ciertos que los vinculen con esta causa.

La investigación está ahora en manos del juez de Instrucción, Diego De la Torre, quien esta mañana se trasladó ante la comisaría de Recreo para escuchar el relato de un grupo de amigos de Lisandro -que tenía 6 años-. Sin embargo, de estas declaraciones no surgieron tampoco elementos de peso, aunque fueron los últimos que lo vieron con vida.>

A partir de las muestras obtenidas de la autopsia, se intentará ahora determinar qué alimentos se encontraban en el estómago de Leandro en el momento de su muerte. Esto permitirá saber si comió por última vez en su casa lo que cocinó su madre o si, por el contrario, estuvo en otro lugar en el que le dieron comida.>

El objetivo de estos estudios apunta a determinar cómo fueron sus últimas horas. Sin embargo, hasta hoy no existen elementos concretos que permitan saber qué es lo que ocurrió, aunque todos consideran improbable que Leandro haya ido hasta el río Salado por sus propios medios durante aquella tarde-noche del 17 de este mes.>

Lisandro se ausentó de su casa, en Crucero Belgrano y Héroes de Malvinas, de la localidad de Recreo, para dirigirse a un almacén cercano con intención de comprar sus masitas preferidas.>

Tres días después apareció ahogado en el río Salado, unos 300 metros río abajo del puente de la autopista Santa Fe-Rosario. Entonces los médicos no observaron en su cuerpo signos de violencia e informaron al juez que el menor había fallecido "por asfixia por inmersión".>

Resulta absolutamente improbable que este chico haya caminado desde su casa hasta el río Salado y cayera accidentalmente en las aguas. Son viejos lugareños insisten en que el chico nunca pudo superar por sí mismo el ancho reservorio repleto de agua, más el elevado terraplén de la defensa, para caminar entre 4 y 6 kilómetros entre chircales. También dicen que si, a pesar de todos esos obstáculos, el chico pudo llegar a orillas del río, nada explica que tres días más tarde su cadáver apareciera flotando aguas abajo del puente de la autopista.>