Entrevista con el enfermo
Un vía crucis por la leptospirosis
Esteban Cocco, de 30 años, estuvo internado entre el 11 y el 21 de abril pasados en el hospital Cullen, con diagnóstico de leptospirosis. Foto: Agencia Santo Tomé

Un vecino santotomesino, que cumple tareas para el municipio y ayudó a evacuar gente en la zona de Adelina durante la emergencia hídrica, contrajo la citada dolencia. Permaneció internado diez días en el hospital Cullen.

Uno de los casos de leptospirosis confirmados en la provincia se dio en un vecino de Santo Tomé, Esteban Patricio Cocco, trabajador contratado por el municipio santotomesino, que vive en Av. Luján y Maipú (Adelina Centro) y que dialogó con El Litoral en compañía de su padre, Héctor Ramón, para narrar las particularidades de su situación. "Comencé con los primeros síntomas cuando estaba sacando gente del agua en el mismo barrio en el que vivo y llevándola a los cuarteles, porque trabajo en el obrador N° 2 de la Municipalidad", relató Esteban.

"Me empezaron a doler las piernas; después, seguí con fiebre y dolor de cabeza. Entonces, fui al Samco, donde me dieron una inyección para combatir los dolores (analgésicos) y me mandaron de vuelta a mi casa; a los dos o tres días tuvimos que ir al Cullen", siguió, a la vez que aclaró que, en un principio, su estado "era como el de una gripe". Tras dichos conceptos intervino Héctor, quien aclaró: "El 9 de abril lo llevé al Samco, donde le pusieron otra inyección más, por la fiebre; no obstante eso, le dijeron que fuera al infectólogo a hacerse un análisis; al otro día, se lo quiso hacer, pero, cuando llegó a la ventanilla, le indicaron que sólo daban cuatro números (turnos) para esos casos, por lo que pidieron que acudiera al otro día".>

"Escupía sangre"

"Cuando le pregunté si se había hecho los análisis y me dijo que no, que estaba en la casa, le dije: `Ya voy urgente para allá'. Entonces, lo llevamos a un médico particular, Carlos González, quien con una carta nos derivó al hospital Cullen, con varios nombres de médicos para que lo vieran", siguió contando el padre de Esteban. "Lo internaron en el hospital de día y lo atendió la doctora María Alejandra Reyes, una excelente profesional; allí le hicieron nuevos análisis; a las dos horas, teníamos los resultados y, a partir de ese momento, decidieron ponerlo en terapia intermedia", prosiguió.

"Ahí nos dicen que había un alto porcentaje de probabilidad de que fuera leptospirosis, pero no podían decir lo que tenían, porque podía ser otra enfermedad o una neumonía aguda", detalló Héctor luego, no sin antes aclarar que "Esteban escupía sangre", porque "el cuadro se agravó hasta el domingo (15 de abril), cuando ya hacía una semana que estaba internado, puesto que llevaba miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo en el hospital.>

"Como lo había visto muy mal -todo hinchado, con dificultades para respirar-, desesperado, el lunes 16 encontré a una conocida y le pregunté si pertenecía al gobierno; me dijo que sí; entonces, le conté todo. A partir de ese momento, a Esteban lo pasaron a terapia intensiva y en 24 horas mejoró un 50 %", y agregó que fue entonces cuando le explicaron que era leptospirosis.>

"Cuando le dieron el alta, el sábado 21 al mediodía, le pregunté a uno de los doctores: `Si es leptospirosis, ¿por qué no se da a conocer a la población?' y él me dijo: `Yo estoy para curar, quienes tienen que informar son las autoridades'. No me quedó otra que disculparme y darle las gracias; nosotros en esos momentos ya estábamos contentos, porque Esteban se encontraba mucho mejor. Fueron varios médicos los que lo atendieron en el Cullen, uno mejor que el otro; sobre su atención no tenemos nada que decir; fue muy buena".>

Enfermo de alto riesgo

Luego, Héctor remarcó que los especialistas le informaron "que la leptospirosis puede venir de las ratas, de la orina del perro o del caballo, porque tiene varios factores que pueden producirla".

"Estar en contacto con el agua mucho tiempo es uno de los problemas. Yo estuve una semana larga con el agua arriba de las rodillas en mi casa, porque mi vivienda quedó inundada y me quedé a cuidarla; inclusive después de que estuve sacando gente de mi barrio. Me dieron el alta, pero con la precaución de que debía mantener un reposo absoluto: tres días en cama. Después, el martes 24, volví a ir; me hicieron de nuevo los análisis y las placas; salió todo bien, por lo que me dieron el alta definitiva", remarcó Esteban, tras la aclaración de su padre. "Debo cuidarme del frío y la humedad, principalmente, porque existe la posibilidad de una recaída", detalló.>

"Si llega a orinar oscuro o vuelve a tener fiebre, hay que llevarlo enseguida al hospital. La enfermedad le atacó hígado, riñón y pulmón; el virus se depositó ahí", completó Héctor Cocco, quien especificó que, en su momento -cuando esperaba la confirmación del diagnóstico-, los médicos le dijeron: "Es un enfermo de alto riesgo, no le podemos dar ninguna garantía. Se puede complicar y puede pasar lo peor".>

Para finalizar, su hijo -que tiene reposo hasta el 7 de mayo- aseguró que en terapia del hospital tuvo la oportunidad de observar "varios cuadros" iguales al suyo: "Estuve cinco días en terapia intermedia y tres en intensiva; después del dolor de cabeza y piernas, empecé a escupir sangre; tuve problemas para respirar, retención de líquidos; por eso estaba hinchado. Nunca había estado enfermo".>

"Esta vez, le tocó y la pasó realmente mal; a mí, de entrada me dijeron: es un virus que entró por la sangre y hay que ver de dónde viene... El caso es serio", concluyó Héctor.>

Cigarrillo

Esteban Cocco está casado con Angela Díaz y tiene tres hijas: Joana Evelyn, de 12 años; María Anabel, de 9; Candela Yuliana, de 5. Desde hace un año desempeña tareas en el Obrador Municipal N° 2 de Santo Tomé. Su comprometida situación médica empezó con un cuadro de cefalea, mialgias y equivalentes febriles, generado al parecer por su contacto con el agua durante la emergencia hídrica, probablemente al ingerir pequeñas cantidades de líquido por ser fumador; no está de más observar que se socorría a la gente con el agua a la altura de la cintura -o más arriba-, tarea que Esteban llevaba a cabo sin dejar el cigarrillo, lo que hacía que se llevase las manos continuamente a la boca.

Ariel Durán-Sergio Ferrer