Reclamos básicos y respuestas que claman rapidez

Iluminación, asfalto o al menos mejorado de las calles, desmalezado, reparación de espacios públicos. Los pedidos que emanan de los barrios de la ciudad se suceden en forma permanente y tienen como eje cuestiones que hacen al desenvolvimiento cotidiano de los vecinos. Calles rotas impiden el paso de vehículos particulares y servicios públicos; una iluminación deficiente aumenta la sensación de inseguridad; espacios públicos degradados estimulan nuevas degradaciones y limitan todavía más el acceso a los pobladores que carecen de una alternativa de esparcimiento.

Si se repasan los reclamos acumulados en las últimas semanas se encuentra como denominador común que la mayoría están enfocados en cuestiones elementales que hacen a la más básica prestación de los servicios públicos y que requieren de una respuesta rápida, efectiva y duradera.>

Sin desconocer los efectos devastadores que tuvo la copiosa lluvia de marzo sobre la infraestructura vial -además de los serios perjuicios que ocasionó sobre una importante porción de pobladores del oeste santafesino- y los costos que demandará la recuperación de calles y de instalaciones, es evidente que algunos reclamos son anteriores a la inundación que, en muchos casos, agravó situaciones ya existentes. Luego de aquel fenómeno, que derivó en gestiones de fondo para financiar planes de recuperación, nuevas licitaciones y un diagrama de obras que posibiliten la reparación de los barrios más afectados, reaparecieron baches y deformaciones que suman inconvenientes a la ya compleja tarea de conducir un vehículo.>

Y así como se está desarrollando un programa de bacheo en calles del centro y de barrios residenciales, también es cierto que en las zonas más alejadas los pedidos para que se solucionen situaciones derivadas del estado de las calles se fueron convirtiendo en un clamor.>

Una demanda permanente para que se concreten trabajos públicos, la necesidad imperiosa de devolver la transitabilidad a las vías que quedaron bajo el agua, una distribución pareja de recursos y proyectos con alcance para todo el territorio, aparecen como prioridades en una ciudad que requiere de continuidad en la ejecución de trabajos junto con -vale la pena insistir- una distribución equilibrada de los recursos.>

Es necesario que a las obras que se concretan en la ciudad visible y transitada se sumen tareas en los barrios, donde el estado de una calle puede condicionar el ingreso de unidades de transporte, la atención en un caso de emergencia y de todo tipo de servicios públicos.>

No cabe duda de la importancia que revisten para una ciudad capital de provincia, que aspira a posicionarse como sede turística, obras de magnitud como las que se están ejecutando y las que se proyectan. Pero es fundamental atender con el mismo empeño las necesidades de los barrios. De lo contrario, se estará reforzando el desbalanceado esquema de las "dos ciudades" que no sólo es intrínsecamente injusto; también es fuente constante de conflictos y desequilibrios que operan como contrapeso de un desarrollo genuino.>