Triunfo de Macri y reacción del kirchnerismo

Las cifras electorales de los comicios porteños facilitan el análisis. El 45 por ciento de la sociedad votó por Mauricio Macri, un porcentaje de votos que ni siquiera Fernando de la Rúa en sus mejores tiempos logró obtener. El nivel de adhesión en la primera vuelta se proyecta hacia el 24 de junio como una tendencia muy difícil de revertir por parte del oficialismo nacional, al punto que más de un observador ha llegado a insinuar que la segunda vuelta desde el punto de vista político -no jurídico- es innecesaria.

En verdad, el triunfo de Macri en los comicios del domingo era un dato que la mayoría de las encuestas había anticipado, pero nadie -ni siquiera los operadores de PRO- imaginó una ventaja tan pronunciada sobre el segundo candidato. Más de veinte puntos de diferencia con Filmus es un testimonio de contundente elocuencia.>

Sin duda que en el voto a Macri el electorado porteño privilegió la gestión local sobre las especulaciones políticas nacionales, pero también es verdad que en ese voto hay una crítica implícita al gobierno de Kirchner. Es más, la baja performance de Telerman se explica por su incapacidad o ambigüedad para expresar una oposición frontal al poder nacional. Conviene recordar, en ese sentido, que Telerman inició su campaña pretendiendo ser el candidato de la Casa Rosada y concluyó expresando exactamente lo contrario.>

En lo que al kirchnerismo concierne, hay que decir que vivió estos resultados como una buena noticia. En realidad, la apuesta fuerte de Filmus era la de ingresar a la segunda vuelta. Su condición de candidato impuesto por el presidente era su debilidad pero también su fortaleza. Los resultados están a la vista: desde el modesto cuatro por ciento que registraban las encuestas al inicio de la campaña, a este efectivo 24 por ciento, hay una diferencia sugestiva que probablemente evidencie más los errores o límites de Telerman que las virtudes de su candidatura.>

Según se mire, el 60 por ciento de la sociedad porteña votó contra el presidente o, por el contrario, más de la mitad de los vecinos no apoyó a Macri. En estos temas, la teoría del vaso medio lleno o medio vacío sigue vigente. Cada fuerza política intenta evaluar la realidad desde el prisma de su propia conveniencia.>

Especulaciones interesadas al margen, la segunda vuelta se expresará en un escenario en el que la Casa Rosada intentará nacionalizar la campaña confrontando dos modelos supuestos de país, mientras que, por su lado, Macri insistirá en que es un candidato para la ciudad de Buenos Aires. Todas las proyecciones electorales coinciden en señalar en que es muy probable que Macri obtenga más del 50 por ciento de los votos y sea el nuevo jefe del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, pero para el peronismo obtener un porcentaje que supere el 35 por ciento significaría un gran logro, sobre todo si se tiene en cuenta que esto ocurre en un distrito que no ha sido favorable a las pretensiones del kirchnerismo. A la vez, no hay que olvidar que en estos comicios dos referentes importantes de la oposición -como son Elisa Carrió y Roberto Lavagna- no quedaron bien posicionados.>